Unicaja ‘espera’ a Banco Sabadell si evita la fusión con BBVA

El intento de fusión de BBVA con Banco Sabadell tiene aún vueltas por dar. Una de las posibles derivadas afecta a uno de los bancos a los que el mercado sigue viendo como candidato a entrar en una fusión para ganar rentabilidad: Unicaja. Su ‘novio’ ideal es Banco Sabadell, según el mercado, pero está posibilidad que contemplan los gurús se irá al traste si la unión BBVA Banco Sabadell sale adelante.

UNICAJA, BANCO SABADELL Y EL DISCURSO DE LA INDEPENDENCIA

Unicaja también mantiene el discurso de Banco Sabadell sobre mantenerse independiente, lo cual no significa que tenga que mantenerse en solitario, aunque ese es el mensaje que quieren mandar. Es un convidado de piedra y espectador de lujo de lo que pueda pasar entre Banco Sabadell y BBVA, pero esa operación, salga o no, tendrá relevancia en el sector financiero español.

Unicaja también mantiene el discurso de Banco Sabadell sobre mantenerse independiente, lo cual no significa que tenga que mantenerse en solitario

Primero hay que ver si, tras el ‘portazo’ recibido, BBVA mueve ficha en relación con Banco Sabadell. Fuentes financieras conocedoras de los entresijos de la operación apuntan que a BBVA le quedan tres opciones: rendirse, presentar una nueva oferta u optar por la política de tierra quemada e ir a o todas en una opa hostil, pero con pago en efectivo y fuerte, porque «con acciones no funcionaría».

Esta posibilidad, la de la opa, hace que cobre sentido una frase que la leyenda atribuye al ex ministro de Economía, Carlos Solchaga, que fue titular de esta cartera en época de Felipe Gonzalez como presidente del Gobierno. El destinario de la misma fue el entonces presidente del Banco de Vizcaya, Pedro Toledo en los 80′ del siglo pasado: “U opas o te opan”. Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya se fusionaron en 1988, una operación de la que nació Banco Bilbao Vizcaya, el conocido BBV.

«Aparentemente el acuerdo, que se anunció el 21 de enero de 1988, se alcanzó con facilidad, aunque la decisión de quien presidiría la nueva entidad fue el primero de una larga lista de problemas que dificultaron el funcionamiento de la entidad el primer año tras la fusión». José Ángel Sánchez Asiaín, que era el presidente de Banco de Bilbao, y Pedro Toledo, su homólogo en el Vizcaya, pasaron a ser copresidentes de la nueva entidad: Banco Bilbao Vizcaya, recuerdan en la web ‘finanzas para mortales’.

«El copresidente del Banco Bilbao-Vizcaya [Pedro Toledo] dijo que perdió toda incertidumbre sobre la necesidad de fusionar su entidad cuando el ministro de Economía, Carlos Solchaga ‘amigo de años, me dijo en su despacho que, debido a la estructura de capital, la salud financiera y la alta capacidad de gestión de mi banco, u opaba o era opado’. Era en diciembre de 1987. Poco después se concretó la operación con el [Banco] Bilbao», según contó el diario ‘El País’ el 20 de julio de 1988.

Esta frase cobra fuerza en un momento como el actual, después de la oferta de BBVA a Banco Sabadell. Cobra fuerza en el sentido de que Unicaja y otras entidades pueden ‘espabilar’ y mostrarse más abiertas a operaciones corporativas que hasta ahora no han visto necesarias o no se ha atrevido a afrontarlas. Desde luego, si Banco Sabadell se ‘libra’ de BBVA y sigue solo, va a haber oportunidades

EL RETO DE LA RENTABILIDAD

Mientras tanto, Unicaja sigue pendiente mejorar su rentabilidad para convencer al mercado de que no necesita una fusión. Por su parte, Banco Sabadell considera que está en una excelente posición para seguir independiente.

Unicaja sube en bolsa, pero sigue pendiente mejorar su rentabilidad para convencer al mercado de que no necesita una fusión

Está por ver qué pasa con Banco Sabadell, pero sí, por lo que sea, acaba uniéndose a Banco Sabadell y Unicaja quiere una fusión, a la entidad de origen andaluz solo le quedarán, sobre el papel, Kutxabank, Abanca e Ibercaja, recalcan fuentes financieras.

El resto de bancos que pueden estar en la agenda de cara a una operación corporativa son como mucho una unión entre iguales o casi.  No obstante, la operación de BBVA con Banco Sabadell podría venir bien a Unicaja en su aspiración de seguir en solitario. La unión con la entidad que preside Josep Oliu supondría muchos dolores de cabeza para Unicaja, sobre todo si se pusiera en el tapete que la sede social salga de Málaga. Esto será así sea quien sea la entidad que se quiera fusionar con el banco de origen andaluz.

Ahora bien, el mercado se puede mover más allá de Unicaja. «En el entorno bancario español, diversas entidades se perfilan como candidatas para futuras fusiones o adquisiciones. Bankinter destaca por su robusta presencia en banca retail y privada, siendo atractivo, pero con retos en integración por su cultura única. Unicaja, ahora fusionada con Liberbank, se posiciona como un importante jugador con su sólida base en Andalucía», señala el Sales Operations Analyst de IG, Diego Morín.

«Ibercaja y Kutxabank, con fuertes lazos regionales y diversificación de servicios, también son considerados objetivos potenciales, aunque su independencia y estructuras complicadas presentan desafíos. Abanca, con su enfoque en innovación y crecimiento dinámico, completa la lista como un atractivo pero modesto candidato para grandes movimientos corporativos. La evolución de estas posibilidades dependerá de las condiciones de mercado y las estrategias corporativas de cada entidad», apunta.

LAS OTRAS OPCIONES

En el caso de Unicaja, la cuestión es qué parejas de baile hay disponibles y si sirven, porque Ibercaja, Abanca o Kutxa, tienen un corte similar al de Unicaja y quizás no resuelvan la cuestión de la rentabilidad de la entidad que tiene como CEO a Isidro Rubiales. Abanca, si ve una oportunidad, puede ser una opción pero, por una cuestión de pocas duplicidades, el mejor candidato es Banco Sabadell, pero primero hay que ver qué pasa, finalmente, con BBVA.

Otro punto es el ‘timing’. Y es que Unicaja, que se encuentra inmersa en el último año del Plan estratégico 2022-2024, un plan que marcaba como objetivo un 9% de rentabilidad sobre activos tangibles (RoTe), una meta que el banco espera superar cuanto termine este ejercicio. De hecho, Unicaja tiene que presentar un nuevo plan estratégico que será la ruta para el periodo 2025-2027. El guía de este plan será el CEO Isidro Rubiales y puede que no quieran una fusión hasta ver qué pasa en 2027 con la rentabilidad. Por ahora, se resisten.

UNICAJA SE ENCUENTRA INMERSA EN EL ÚLTIMO AÑO DEL PLAN ESTRATÉGICO 2022-2024

Ya pasaron los peores momentos en relación con la gobernanza del banco de origen andaluz y según fuentes de la entidad y del ámbito de los trabajadores, no hay cambios en la apuesta del banco por seguir en solitario y no entrar en fusiones. Quieren seguir en solitario y consideran que tienen fortalezas suficientes para hacerlo. “No ha habido contactos ni está sobre la mesa ninguna operación corporativa. En todo caso, el objetivo del banco es mejorar la rentabilidad y la calidad del servicio a nuestros clientes. Estas dos son las dos cuestiones en las que está centrada la entidad», vienen remarcando fuentes de Unicaja.

El freno a la fusión puede llegar por parte de los equipos gestores de las dos entidades, especialmente del nuevo equipo que inicia su andadura en Unicaja, al que probablemente le apetece disponer de tiempo para “intentarlo” en solitario o incluso buscar otra alternativa que les permitiera ser ellos “cabeza de ratón”, antes que ser “cola de león”, apuntan fuentes del mercado.

EL OBSTÁCULO DE LA FISICALIDAD

Entre los aspectos que pueden hacer que la posible fusión ente Banco Sabadell y Unicaja no se llegue a plantear o que si se hace, pueden hacer que encalle, hay tres que destacan varias fuentes financieras consultadas por MERCA2. La fiscalidad relativa a la Fundación Unicaja, máxima accionista de Unicaja, el reparto de los cargos en la hipotética entidad resultante y dónde esté la sede social.

LA FISCALIDAD RELATIVA A LA FUNDACIÓN UNICAJA, EL REPARTO DE LOS CARGOS EN LA HIPOTÉTICA ENTIDAD RESULTANTE Y DÓNDE ESTÉ LA SEDE SOCIAL SON OBSTÁCULOS PARA UNA POSIBLE FUSIÓN DE SABADELL Y UNICAJA

Una de claves para una posible fusión es el vínculo con Andalucía, que solo es seguro al 100% y en la manera en la que quiere la sociedad andaluza, si Unicaja se mantiene en solitario.

Este punto es fundamental. Sin acuerdo sobre la sede social, básicamente que siga en Málaga, será complicado que haya una fusión con Unicaja.