El Gobierno eleva su previsión para el PIB en 2025 al 1,9% y mejora la estimación para el déficit al 2,5%

El Gobierno prevé un incremento del 2% del PIB para este año y del 1,9% para 2025, una décima por encima de la previsión anterior, al tiempo que mantiene en el 3% sus estimaciones para el déficit público este año y lo rebaja dos décimas el próximo ejercicio, hasta el 2,5%.

El Gobierno ha remitido a la Comisión Europea la actualización de las previsiones macroeconómicas y fiscales para los años 2024 y 2025 que confirman el «buen comportamiento» de la economía en estos años y el compromiso de bajar el déficit al 3% este año, cumpliendo así con el Pacto de Estabilidad de la Unión Europea.

Con la entrada en vigor del nuevo marco europeo de reglas fiscales cesa la obligación de presentar el Programa de Estabilidad de los Estados miembros. En su lugar, se debe enviar un Plan Fiscal Estructural antes del 20 de septiembre, que sí será vinculante.

En cualquier caso, el Gobierno de España ha considerado oportuno remitir una actualización de las previsiones macroeconómicas y fiscales para 2024 y 2025.

En el plano macroeconómico, el Gobierno prevé un incremento del 2% del PIB para este año y del 1,9% para 2025, una décima por encima de la previsión anterior, destacando así «la sólida evolución de la economía española, en un escenario internacional complejo».

«España seguiría liderando el crecimiento económico entre las principales economías europeas en 2024 y 2025», subraya el Ejecutivo en los documentos remitidos.

Por el lado fiscal, la estimación del Gobierno es que el déficit disminuya hasta el 3% en 2024, tal y como estaba previsto en la senda fiscal del último Programa de Estabilidad. Esto permitirá que España cumpla con el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. Además, la previsión de déficit en 2025 se sitúa en el 2,5%, lo que supone dos décimas menos que en la anterior senda.

SUPERÁVIT FISCAL PRIMARIO EN 2025

Según el Gobierno, la estrategia fiscal permitirá a España seguir reduciendo su déficit estructural, alcanzando en 2025 un superávit fiscal primario. Se prevé que el esfuerzo de ajuste estructural continúe en los próximos años en el contexto de aplicación del nuevo marco fiscal europeo.

El esfuerzo fiscal estructural primario acumulado desde 2022 permitirá que en 2025 el saldo estructural primario sea superavitario (0,1 puntos de PIB), de acuerdo con las proyecciones del Ejecutivo.

DISMINUCIÓN DE LA DEUDA, HASTA EL 104,1% DEL PIB EN 2025

El impulso económico, la fuerte creación de empleo y el compromiso con la responsabilidad fiscal permitirán seguir la senda de reducción de la ratio deuda-PIB. Esta reducción, superior a la proyectada, continuará este año bajando hasta el 105,5%, una disminución de más de 20 puntos en cuatro años, y seguirá en 2025, situándose en el 104,1%.

El Gobierno ha destacado que la actualización fiscal remitida a Bruselas resalta que la mejora del déficit público ha sido compatible con desplegar un escudo social de 120.000 millones para sostener el Estado de Bienestar durante la pandemia y el alza de los precios como consecuencia de la guerra de Ucrania.

En este contexto, el documento remitido a Bruselas apunta a que la actualización de las proyecciones fiscales se realiza reflejando el incremento del gasto en defensa. En línea con los compromisos adquiridos, el peso del gasto en defensa, que se materializa principalmente en consumos intermedios y formación bruta de capital debe alcanzar el 2% del PIB en 2029.

LA DEMANDA INTERNA SERÁ EL PRINCIPAL MOTOR DE LA ECONOMÍA

De acuerdo con el escenario esbozado por el Gobierno, la demanda interna será el principal motor de la economía, impulsada por la positiva evolución de la inversión, gracias a la positiva evolución de la inversión por la ejecución del Plan de Recuperación, y por el consumo de los hogares, apoyado en el dinamismo del empleo y la ganancia de poder adquisitivo de los salarios.

Este dinamismo del mercado laboral, junto con las previsiones de crecimiento de la remuneración de asalariados, la progresiva desaceleración de la inflación y fortaleza financiera de los hogares, permitirán seguir mejorando el poder adquisitivo de los ciudadanos. La inversión se acelerará en los próximos años, especialmente la de bienes de equipo, gracias a la positiva evolución de la confianza empresarial y el continuado impulso del Plan de Recuperación.

«Se mantendrá la solidez y competitividad de las exportaciones, en especial las de servicios, lo que permitirá mantener la capacidad de financiación de la economía española», aseguran desde el Ejecutivo.

LA TASA DE PARO CAERÁ AL 10,7% EN 2025

Por su parte, el Gobierno espera que la fuerte creación de empleo en España se prolongará en los próximos años. El escenario macroeconómico proyecta que se alcanzarán nuevos máximos de ocupación y una reducción de la tasa de paro hasta cifras inferiores al 11% en el horizonte de previsión –11,2% en 2024 y 10,7% en 2025–.

Esta dinámica se verá reforzada por un significativo crecimiento de la población activa. El dinamismo del empleo, junto con la recuperación de poder adquisitivo de los salarios, será el principal motor de la evolución del consumo de los hogares.

En cuanto a los precios, el Gobierno estima que en 2024, el deflactor del PIB y del consumo privado mantendrán un comportamiento similar y continuarán avanzando hacia el objetivo del 2 por ciento. Para 2025 se proyecta una desaceleración del deflactor del consumo privado hasta un crecimiento anual del 2,3% lo que, unido a las perspectivas de evolución de la remuneración por asalariado, se materializará en ganancias de poder adquisitivo de los hogares.

ALZA DE INGRESOS POR PIB Y POR LA RETIRADA DE MEDIDAS ANTICRISIS

Por su parte, las previsiones fiscales se han elaborado en un escenario inercial, es decir, en ausencia de aprobación de nuevas medidas, y en un contexto de prórroga de los Presupuestos Generales del Estado 2023.

Por el lado de los ingresos, el informe prevé que la ratio de recursos no financieros de las Administraciones Públicas respecto al PIB se sitúe en el 42,6% del PIB en 2024 y en el 42,9% en 2025.

Este ligero aumento se debe, por una parte, al aumento de la actividad económica, pero también a seguir la recomendación de la Comisión Europea de retirar de forma progresiva las rebajas fiscales aplicadas para combatir el alza de la inflación por la guerra de Ucrania.

El documento analiza la evolución por figuras fiscales. Así, señala que el IRPF mejorará por el buen comportamiento del empleo. También que el Impuesto sobre Sociedades aumentará gracias a los mayores beneficios empresariales como resultado del crecimiento económico.

Se prevé un incremento de la recaudación del IVA gracias al sólido consumo privado, que crecerá un 2,4%, superior al 1,8% de 2023. También afectará la retirada gradual de algunas de las medidas aplicadas en dicho gravamen para mitigar el alza de los precios –como por ejemplo a los alimentos–.

Por su parte, la previsión es que el gasto público se sitúe en el 45,6% del PIB en 2024 y baje al 45,4% en 2025. Aquí se incluyen medidas de gasto que se mantendrán en cualquier situación, como la revalorización de las pensiones conforme al IPC o el incremento del sueldo de los empleados públicos en 2024 cumpliendo con el Acuerdo alcanzado con los sindicatos para una Administración del Siglo XXI.