Por qué en 1950 el trabajo más difícil del mundo era probar un labial

En la antigüedad, los trabajos u oficios eran muy distintos a los de hoy día. Esto se daba a causa de que ante la falta de muchos avances tecnológicos que facilitaran las tareas, quedaba todo a mano, literal, de las personas.

En este caso, te hablaremos del trabajo más peligroso de los años 50: probar lápiz labial. Un oficio que puede parecer supersencillo, pero, al contrario, era uno a lo que muy pocos se sometían a causa de la dificultad que significaba. Quédate leyendo este artículo para enterarte sobre la raíz de este problema.

El riesgoso trabajo de probar lápiz labial

En la década de los 50, el lápiz labial estaba en su auge, ya que este era el cosmético más popular de la época, no había mujer que no tuviera varios de estos en su cajón. Por lo que era imprescindible realizar varias pruebas para su uso seguro.

Aquí entra a cuestión el “difícil” trabajo de los hombres: someterse a ser besado por labios pintados con el cosmético para comprobar su calidad, durabilidad y el color del producto antes de ponerlo a comercialización. Fue gracias a estos curiosos testeos que la empresa Hazel Vision desarrolló el primer lápiz labial de larga duración y que no manchaba, que luego se conocería como «a prueba de besos» que se promocionaba con el eslogan “se queda en ti y no en él”.

En la actualidad

Por qué en 1950 el trabajo más difícil del mundo era probar un labial

En tiempos actuales, esta manera de probar este cosmético ya no existe, además de que no sería un método práctico. En los laboratorios confeccionan los cosméticos llevando a cabo el paso a paso y se finaliza el proceso vertiendo en moldes la mezcla del producto que luego será enfriado para solidificar.

Sin dudas se trata de un proceso complejo, pero puesto que los laboratorios ya tiene un claro conocimiento de los ingredientes que utilizan para la realización de su producto, no les requiere de curiosas e increíbles pruebas como la que mencionamos en este artículo. Otro dato positivo, además, es que cada vez son menos los laboratorios que realizan sus pruebas en animales, sumándose a las campañas «cruelty free», ¡Al fin!

No cabe duda de que los avances de la tecnología y la ciencia han permitido a pasos agigantados las facilidades de la sociedad, evitando riesgos de salud y dificultades como las mencionadas en este artículo. ¿Y tú, te hubieses animado a ejercer este curioso trabajo?

Florencia Argañaraz
Florencia Argañaraz
Licenciada en Periodismo. Posgrado en Periodismo de Investigación.