Tras semanas de negociación, finalmente se ha roto la cuerda. La tensión entre patronales y sindicatos no ha aguantado más y la mesa de negociación donde se definía el convenio de trabajo para los conductores de Cabify, Uber y Bolt en Madrid, de momento, queda en pausa. En sus comunicados, el Sindicato Libre de Transporte (SLT) habla abiertamente de una huelga en la capital. Es un golpe complicado de encajar para las empresas involucradas, que saben que Madrid es la ciudad más importante para el negocio en España y esperaban que hubiese un acuerdo en las próximas semanas.
De momento en UGT no usan la palabra huelga, pero sí avisan de más concentraciones en sus comunicados y no sería una sorpresa que se sumarán a este método de protesta. En cualquier caso, por primera vez desde el mes de febrero no hay fecha para una próxima reunión y esto solo puede hacer que la tensión siga en aumento.
El motivo sigue siendo el sueldo mínimo anual de 18.000 euros. Es un punto que para los sindicatos representa una línea roja y desde la principal patronal de las VTC de la capital, Unauto, consideran requiere más discusión, insistiendo, como lo han hecho desde el principio de las negociaciones, en la necesidad de un «convenio sostenible» que sea beneficioso para las dos partes. Al mismo tiempo, responden que esperan que se normalice la negociación más temprano que tarde, con la idea de superar esta nueva crisis.
Por su parte, los sindicatos insisten en que no se puede seguir conversando hasta superar el escollo de la remuneración de los trabajadores. Ellos recuerdan que la oferta actual de las patronales para los conductores de Cabify, Uber y Bolt se mantiene en 16.000 euros anuales, a los que se suman los bonos por facturación, es cierto que esta vez se aceptó ofrecer un aumento de hasta 500 euros anuales a los trabajadores con más de 6 meses en las flotas, un primer avance, pero sigue lejos de lo que piden los sindicatos.
En cualquier caso, desde la patronal siguen mostrando calma, señalando que más allá de las presiones que puedan aplicar los sindicatos entienden que estos procesos pueden ser largos, y que cada una de las partes relacionadas lo deben entender, aunque entienden que los sindicatos tienen la legitimidad de convocar la protesta que consideren necesaria. De momento, no hay fecha mencionada para una huelga ni para una nueva concentración, con los sindicatos en procesos de consulta aún, pero el reloj de arena parece estar cerca de vaciarse.
UBER, CABIFY Y BOLT, SIN POSICIONES PARA NEGOCIAR
El problema que enfrentan Uber, Cabify y Bolt es que por la forma en que se organiza el negocio no tienen representación en la mesa de negociación para el convenio. La realidad es que en una situación como esta solo pueden esperar que, de haber huelga o paros escalonados, la situación no se extienda demasiado. Las empresas intermediarias representadas en las patronales son las que manejan las licencias de VTC y son dueñas de las flotas de vehículos, y, por tanto, son las que contratan a los conductores.
Hasta ahora no han hecho en la negociación debido a esta realidad, pero si la subida de los salarios termina afectando el costo del servicio, puede ser suficiente para hacerles daño de forma profunda. Hace unos días los taxistas presentaron una denuncia ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por lo que perciben como una coalición para rebajar los precios por debajo del taxi y, aunque aún no hay resolución, no hay duda que para las nuevas VTC que sus precios cerrados fuesen menores que el taxímetro era siempre uno de sus grandes argumentos a favor.
MIENTRAS TANTO, PÉRDIDAS
Tras terminar por primera vez en números verdes (2023), Uber ha cerrado el primer trimestre de 2024 volviendo a su estado anterior: pérdidas. No es una novedad y no es demasiado diferente a los resultados de sus competidores, por tanto, ninguno de los tres está en posición de asumir una huelga en la ciudad más importante para su negocio en España y menos ahora que estaban lanzando otros servicios como el Uber X Share o en el que Cabify espera expandir sus proyectos de sostenibilidad.
Además, en los últimos años, espacios que antes eran clave, como los festivales, han marcado distancia con este tipo de plataformas de movilidad. Sumado a la expulsión casi completa que se ha hecho en Cataluña de estos servicios, 2024 se presenta complicado.
