La ‘megafusión’ entre Shell y BP vuelve al tapete del mercado

¿Cómo encajaría el mercado el fruto de una eventual fusión entre Shell y BP (antigua British Petroleum)? ¿Están preparados los parqués y el sector energético para soportar el peso de semejante ‘fenómeno’? Estas especulaciones han estado presentes en los mentideros del mundo del petróleo, con más o menos intensidad, desde hace décadas; y en las últimas semanas, tras los ‘pelotazos’ protagonizados por otros grandes (Chevron y Exxon), han desatado valoraciones no públicas que vaticinan esta ‘conjunción de galaxias’ han regresado a la atmósfera económica.

Ha sido la compañía francesa de inversiones, fusiones y adquisiciones Alphavalue la que ha avivado el fuego con la publicación de un artículo llamado ‘¿Podría una fusión entre Shell y BP ser el próximo mega acuerdo petrolero?‘. En el análisis, expone que las colosales operaciones de otros ‘primeros espadas’ han despertado «las expectativas de más fusiones y adquisiciones», resucitando la vieja conjetura sobre la madre de todas las uniones.

SEGÚN LA INTERPRETACIÓN DE ALPHAVALUE, El mercado espera más actividad de fusiones en los Estados Unidos DESPUÉS DE LOS ‘PELOTAZOS’ DE EXXON Y CHEVRON

Si bien Alphavalue parte de la premisa de que «la adquisición de BP por un gigante estadounidense ha disminuido», no ha renunciado a realizar la simulación de una posible fusión Shell-BP, obteniendo unos resultados «bastante emocionantes, especialmente para los accionistas».

«El mercado ahora espera más actividad de fusiones y adquisiciones en los Estados Unidos y, aunque nombres como Occidental han perdido un par de compradores potenciales, todavía podrían ser objetivos de fusión -explica Alphavalue- «Se rumorea con frecuencia que empresas como Devon Energy están en rumbo de fusión».

TRAS LA ‘MADRE DE TODAS LAS FUSIONES’ ENTRE SHELL Y BP, LOS INVERSORES VERÍAN UN AUMENTO DEL 10% EN SUS GANANCIAS POR PARTICIPACIÓN, QUE PODRÍA MULTIPLICARSE CON EL TIEMPO

Con esta premisa, la financiera gala realiza un ejercicio predictivo sobre la valoración que el mercado podría hacer de la ‘megafusión’, sobre la base de los recientes ‘hachazos’ de Chevron y Exxon. Las conclusiones de la simulación retratan un «gigante británico» con una capitalización superior a los 300.000 millones de dólares (283.000 millones de euros), capaz de mirar de tú a tú a sus contrapartes estadounidenses.

¿Y los inversores? verían, de primeras, un crecimiento del 10% en sus ganancias por participación, que durante los años siguientes podría verse multiplicado por «los beneficios impulsados por la sinergia», ya que las empresas amalgamadas «ajustarían mejor la fuerza laboral y optimizarían la generación de ingresos».

SHELL Y BP ¿CONDENADOS A ENTENDERSE?

Como se ha dicho, no es la primera vez que los analistas dejan volar la imaginación a este respecto. Ya en 2006, Fadel Gheit, experto de la empresa de brokers neoyorquina Oppenheimer, levantó polvareda con un artículo, publicado en el diario británico The Guardian en el que calificaba de «ideal» un escenario en el que se consumara «la madre de todas las fusiones» entre Shell y BP.

Hace solo un par de días, Arjun Murti, analista de la consultora e inversora energética estadounidense Veriten, respaldó el vaticinio que hace 17 años hiciera Gheit, declarando a Financial Times que una vinculación entre BP y Shell podría ser «lógica».

«Se necesita tamaño y escala para competir y se puede ver ExxonMobil y Chevron cada vez más grande con sus recientes ofertas», dijo Murti, quien es conocido por haber anticipado el ‘rally’ que los precios del petróleo experimentaron en 2008, cuando era un analista de acciones en Goldman Sachs.

LOS ANTECEDENTES

La actividad de fusiones y adquisiciones en el mercado de los hidrocarburos había sido mínima durante los últimos veinte años. El último tramo de Septiembre, sin embargo, ha hecho saltar esta tendencia por los aires: el martes 24 se conocía que Chevron, gigante entre gigantes, había llegado a un acuerdo para la compra de la compañía de exploración de gas y petróleo Hess por 53.000 millones de dólares (unos 50.000 millones de euros).

Ésta era la segunda ‘megaoperación’ en el sector en tan solo unos días, después de la adquisición de Pioneer Resources por parte de Exxon Mobile a cambio de 58.000 millones de dólares (54.680 millones de euros).

Alphavalue señala a estas dos operaciones, inesperadas por su tamaño y relevancia para el sector, como las catalizadoras de la renovada especulación sobre la ‘reina de las fusiones’: «Después de más de dos décadas de tranquilidad en la industria petrolera, el resurgimiento de las ‘megaofertas’ por parte de Exxon y Chevron ha hecho temblar de emoción al mercado del petróleo y a los analistas».