Los glúteos son una de las zonas del cuerpo que más deseamos tonificar y, sin embargo, es una de las más difíciles. Lograr unos glúteos firmes conlleva largas horas de ejercicio, sudor y un fuerte esfuerzo. Se necesitan semanas para lograr unos buenos resultados y las agujetas son inevitables en la zona.
La única forma de conseguirlo es establecer una rutina específica para estos músculos, y en ella entra en juego el refuerzo de otras zonas, como las piernas y las caderas. Desde luego, no es una tarea fácil, pero tampoco imposible. Te damos las pautas para ello.
1La importancia de fortalecer los glúteos
Durante los últimos años, conseguir unos glúteos firmes y tonificados se ha convertido en una de las máximas prioridades en el llamado ‘culto al cuerpo’. Los motivos suelen ser estéticos, pues como ya sabemos, en la era de la imagen y las redes sociales el aspecto cobra cada vez más importancia.
Pero lograr unos glúteos ‘perfectos’ no nos ayuda tan sólo a obtener un cuerpo acorde a los cánones de belleza actuales. También es fundamental para mejorar nuestra salud física, pues el simple hecho de fortalecerlos contribuye a un mejor funcionamiento de gran parte de nuestra anatomía.
Para comprender esto primero debemos saber que los glúteos están formados por unos determinados músculos (glúteo mayor, medio y menor), grandes y potentes, que ayudan al resto del cuerpo a desempeñar otras funciones relacionadas con nuestro movimiento y postura corporal.
De hecho, el glúteo mayor se encarga de la extensión de la pierna, mientras que el medio y el menor son los responsables de la abducción de la cadera; es decir, de extender la pierna de forma lateral. Estos tres músculos son, por tanto, esenciales para la salud de la pelvis y para el mantenimiento de una postura corporal correcta.
Por tanto, fortalecer el conjunto de los glúteos nos ayuda a prevenir no sólo los problemas de cadera, sino también los dolores la zona baja de la espalda. A su vez, esto repercute en las extremidades inferiores y en la flexibilidad y facilidad de movimientos de la pelvis, la cadera y el tronco.
En este sentido, unos glúteos débiles pueden dar lugar a una alineación incorrecta de la parte inferior del cuerpo, generando a su vez lesiones y molestias como calambres en las piernas, esguinces y desgarros en el ligamento cruzado anterior.
Fortaleciendo nuestros músculos prevenimos lesiones en las caderas, las rodillas y los tobillos. Es esencial también para aumentar la fuerza de las piernas y para potenciar nuestra resistencia física.