La entidad suiza UBS ha sido demandada por un inversor particular, argumentando que el banco pagó menos que su rival Credit Suisse Group AG en el acuerdo negociado por el gobierno en marzo y exige una compensación económica.
UBS ofreció a los accionistas de Credit Suisse solo 0,76 francos suizos (0,78 euros por acción) por cada una de sus acciones, mientras que las acciones cerraron en 1,86 francos suizos el 17 de marzo, el último día de negociación antes de que se acordara el acuerdo. UBS, que pagó 3.000 millones de francos (3.050 millones de euros) por su rival para salvarlo de la quiebra, confía en poder cerrar la operación a finales de mayo o en junio.
«Ofrecer a los accionistas menos que el precio de las acciones en ese momento va en contra de todas las convenciones de adquisiciones e ignora el valor más alto de Credit Suisse» defiende el abogado Dimitri Santoro en nombre de su cliente, según informa Bloomberg.
«En una adquisición, las acciones normalmente tienen una prima alta», según se justifica en la demanda. El escrito fue presentado por Santoro al Tribunal Comercial de Zúrich en nombre de un inversor privado. Una portavoz del tribunal no ha querido responder sobre si la denuncia ha sido recibida o no
Por su parte UBS declinó hacer comentarios, mientras que un portavoz de Credit Suisse ha declinado igualmente hacer cualquier tipo de valoración al respecto a la espera de que se aclare todo por la vía judicial.
Santoro dice que su cliente tiene como objetivo conseguir una compensación de al menos 1,09 millones de euros, según el cálculo por acción multiplicada por la cantidad de acciones que posee. UBS tiene en mente esperar para cerrar el acuerdo a fines de mayo como muy pronto, aunque es probable que ese calendario se posponga hasta junio. La entidad suiza y el gobierno de ese país están negociando sobre los términos precisos de una garantía estatal para el acuerdo.
UBS PODRÍA ENFRENTARSE A MÁS DEMANDAS
Si la demanda prospera, podría alentar a otros accionistas a presentar más, lo que podría dar aún más dolores de cabeza legales para UBS. Al menos 230 demandas que representan a unos 2.500 tenedores de bonos que se siente agraviados, se han presentado en Suiza desde marzo por la controvertida amortización de una clase de bonos conocidos como AT1 que formaba parte del paquete de rescate.
La Comisión Europea ha aprobado este jueves sin condiciones la fusión entre las dos entidades, poco más de dos meses después del colapso de esta última, por lo que no se prevé que existan problemas en el Espacio Económico Europeo (EEE).
Ambos bancos forman parte de un grupo de 30 entidades mundiales de importancia sistémica, que se consideran «demasiado grandes para caer» por lo que la quiebra de Credit Suisse repercutiría en todo el sistema financiero a nivel mundial. Por eso motivo las autoridades suizas buscaron una solución de urgencia, tras la quiebra de otras entidades como First Republic o Silicon Valley Bank.
De hecho la ministra suiza Keller-Sutter indicó que la quiebra de Credit Suisse «hubiese tenido consecuencias irreparables» no sólo para su país, sino para la banca en el resto del mundo, y que por esta razón «asumimos responsabilidades que van más allá de nuestras propias fronteras».
ORIGEN DE LA CRISIS FINANCIERA
Las caídas de varias entidades financieras provocaron un terremoto bursátil en el mes de marzo, con fuertes caídas de la banca por el miedo al posible contagio a otras compañías. Por lo que para evitar precisamente que se desatase una crisis como la de 2008, las autoridades bancarias y los estados prefirieron esta vez actuar rápido y poner un cortafuegos que evitase un efecto dominó, evitando así una crisis mundial.
La subida vertiginosa de los tipos de interés por parte de los bancos centrales tanto de la Reserva Federal como del BCE, con el fin controlar la elevada inflación, supuso un efecto contraproducente para algunas entidades medianas en Estados Unidos y para otras que ya venían arrastrando problemas de liquidez anteriormente.
Actualmente las aguas parecen haber vuelto a su cauce, aunque algunos analistas apuntan que todavía la crisis financiera no ha finalizado y que otras compañías bancarias podrían principalmente norteamericanas de tamaño medio, podrían tener dificultades este año y tener un final similar al de First Republic o Silicon Valley Bank.
Con todo esto, las quiebras bancarias superan a las de la crisis de 2008, JP Morgan se ha hecho cargo de tres de las mayores quiebras bancarias estadounidenses de este siglo, tras la absorción de Bear Stearns y Mutual en 2008. Mientras los bancos centrales de los mercados desarrollados sigan su senda de subidas de los tipos de interés, los organismos supervirsores de los mercados emergentes tendrán que mantener el rumbo con su renovada credibilidad en política monetaria y por tanto los tipos de interés reales también seguirán altos lo que podría provocar más quiebras bancarias este año