La empresa de VTC y transporte de puerta a puerta más grande del mundo, Uber, se ha cargado de controversias en los últimos meses. Algunas veces por reclamos de sus conductores y empleados, otras por reclamos de sostenibilidad y más recientemente por problemas con sus nuevos vehículos eléctricos. De momento están en un punto extraño donde son una forma de transporte muy utilizada, pero que en países como España, ha tenido problemas en cuando a la opinión popular.
Pero el escándalo que ha despegado en los últimos días tras un video donde se ve a un conductor intentar tocar de forma indebida a una de sus tripulantes. Por fortuna la joven despierta antes de que pase a mayores, pero el video ha tenido carrerilla en las redes sociales, y en la televisión, por lo que la empresa ha tenido que enfrentar otra crisis de imagen. De momento el servicio de atención al cliente respondió rápidamente informando que se darían los datos necesarios a la policía, y que se prohibiría al conductor seguir operando en la aplicación.
A pesar de que en esta ocasión Uber ha reaccionado bastante rápido no es primera vez que enfrentan una dificultad parecida. El año pasado tuvieron que encajar una denuncia por 550 casos de abuso o violación en Estados Unidos, específicamente en la corte superior de San Francisco, caso que sigue esperando por resolución. Sin embargo, ya ha sido un problema importante para su imagen, en especial en un país donde el movimiento #MeToo y los temas de igualdad han dado tanto de que hablar.
«Si bien la compañía ha aceptado que tiene una crisis de abusos sexuales en los últimos años la respuesta ha sido lenta e inadecuado, y las consecuencias terroríficas», explicaba en su momento el abogado que representa a las denunciantes a The Guardian. Es un caso especialmente llamativo, y que tiene a la empresa revisando los filtros que tienen para fichar a los conductores en varios países. Vale señalar que este problema no es tan constante en España, donde el filtro de empresas como Vecttor han servido para evitar que el problema se expanda.
UNA CONTROVERSIA MÁS PARA UNA EMPRESA EN SITUACIÓN DELICADA
Lo cierto es que a pesar de los buenos números que Uber ha venido mostrando gracias al rebote de los eventos y el turismo pospandémico la empresa tiene algunos motivos para estar nerviosa. Es que además de esta controversia saben que el transporte en vehículos de conductor está en proceso de transformación, intentando dejar de lado el uso de coches de combustión interna, y otro tipo de transportes cuyo uso está cada vez más limitado por su emisión carbónica.
Además, se suma la lucha eterna en temas de conductores. Lo cierto es que en varios países han tenido que perder denuncias por temas de derechos de trabajadores, un hackeo masivo de datos, y que les han obligado a asumir del todo a sus conductores como empleados directos. Son problemas que han golpeado su imagen, aunque de momento no han tenido un efecto negativo en sus ingresos, lo que les da tiempo de irlos resolviendo de a poco aunque algunos son evidentemente más urgentes que otros.
En cualquier caso hay varios proyectos, más allá de las medidas exactas por temas de abusos, que Uber está aplicando para completar su transformación. Uber Green para funcionar en energías renovables, los acuerdos con el Teatro Real para acercarse más a los usuarios y, por supuesto, su acuerdo con el servicio de cercanías para facilitar el traslado de última milla para los usuarios.
¿QUÉ MÁS PUEDE HACER UBER PARA EVITAR UNA CRISIS REPUTACIONAL?
Mientras tanto la empresa no tiene muchas más opciones para pasar la página de forma rápida. Como se mencionó antes ya se han tomado las medidas públicas para ayudar a la investigación del caso, y no parece demasiado probable que el conductor señalado vuelva a trabajar con Uber, o con alguna de sus competidoras. Pero lo cierto es que solo con buscar las respuestas al tweet se puede ver como los usuarios señalan que es un problema recurrente. Por tanto, quizás sea el momento de anunciar más medidas que les permitan evitar que el problema se repita.
En cualquier caso se trata, como cualquier crisis, de una oportunidad. Tocará ver si su reacción pasa más allá del mensaje a través de las redes sociales y llega realmente a decisiones de peso sobre su selección de conductores, y sobre la vigilancia de los mismos. Los que deben estar sacando filo a esta situación son los taxistas que tienen ya tiempo apuntando por la desaparición de las VTC, por lo que no dejaran de denunciar de forma repetida este tipo de situaciones.