El neuromarketing es una técnica que combina los conocimientos de la neurociencia con los estudios de marketing más actuales. El objetivo es comprender como funcionan los niveles de atención de las personas en determinados contextos, y como responden a estímulos sensitivos. El objetivo es estimular sus decisiones para que realicen algún tipo de transacción. Esto se utiliza tanto en publicidad, como en las tiendas físicas. Los expertos en neuromarketing conocen las respuestas de nuestro cerebro mejor que nosotros mismos y utilizan esta ventaja para que compremos más. ¿Y si cada vez que vamos al súper, no estamos haciendo la compra libremente? Para no caer en la manipulación es importante conocer algunas de las artimañas que suelen utilizar en nuestro supermercado habitual. Son sutiles y parecen inocentes, pero funcionan a nivel subliminal.
1EL CARRITO DE LA COMPRA
Si has notado que a veces te cuesta manejar con fluidez el carrito de la compra, no es que tengas el día torpe ni que ese carro en concreto esté medio averiado. Es que están diseñados así. Las ruedas no giran deprisa, precisamente para que recorras los pasillos con calma. Cuanto más despacio vayas, más probabilidades habrá de que pongas tus ojos en esos artículos que no estaban en la lista, pero vaya, de repente se te antojan. Además, casi todos se desvían ligeramente hacia la izquierda, lo que obliga a los clientes a mantenerlo sujeto con esa mano, mientras que la diestra queda libre para coger productos. Igualmente, se juega mucho con el tipo de suelo, para que se frene más en ciertas zonas. En cuanto a las cestas, cada vez son más grandes, para que el espacio nunca sea un problema. Incluso en algunos supermercados ya no existen las cestas como tal: solo hay carros de distintos tamaños.