La cadena de supermercados DIA sigue su descenso bursátil en el que lleva inmerso años. La debacle en su valor de mercado es tal que comprar una simple bolsa de plástico en el propio supermercado ya cuesta trece veces más que hacer lo propio con una acción de la compañía. Suena a broma, pero la realidad es que actualmente los títulos de DIA se sitúan en los 0,0115 euros, mientras que la típica bolsa de plástico donde los consumidores guardan la compra cuesta 0,15 euros.
Es solo una comparación gráfica que demuestra la caída en picado por la que ha pasado la empresa española desde que el multimillonario ruso Mikhail Fridman entrara en su accionariado. Situación agravada por el estallido de la guerra y los problemas relacionados con el oligarca y LetterOne, la sociedad a través de la cual todavía controla DIA. Desde que estalló la guerra en Ucrania por la invasión de Rusia, las acciones de la cotizada acumulan un descenso del 22%, lo que supone una pérdida de valor de mercado de unos 191,5 millones de euros.
Y es que, a penas han pasado tres semanas desde que se iniciara el conflicto y la sucesión de consecuencias en Dia no ha cesado. Bruselas incluyó al magnate ruso en su lista negra de oligarcas con negocios en la Unión Europea y Fridman dimitió de su puesto como consejero en LetterOne. A pesar del gesto y de los intentos de DIA de desvincular su imagen a la del empresario, el mercado sigue castigando a la cadena de supermercados.
DEVALUACIÓN CONSTANTE DESDE QUE LLEGÓ FRIDMAN
Los títulos de DIA llevan tiempo a la deriva en el selectivo español y no parecen tocar fondo, menos aún en el contexto internacional actual. Lejos queda la época en la que la firma española poseía una capitalización de mercado de 3.500 millones de euros, momento en el que LetterOne irrumpió en su capital haciéndose con el 10% en 2017. Varias ampliaciones de capital después, el vehículo inversor del multimillonario ruso controla el 77,7%, pero su valor se sitúa en torno a los 667 millones de euros, tras el cierre de mercado en la sesión de este martes.
Las refinanciaciones de deuda y una estrategia que pasa por la reestructuración de su negocio -reduciendo y reformando tiendas- no parecen estar dando sus frutos en un mercado caracterizado por la enorme competencia. Todo lo contrario, pues año tras año DIA ha ido perdiendo cuota de mercado en España frente a sus competidores directos y ahora tiene que hacer frente al las consecuencias de la guerra, tanto las asociadas a Fridman como las relacionadas con los elevados costes energéticos.
Asimismo, los problemas judiciales y las multas millonarias a las que se enfrenta la compañía son problemas adicionales que suponen un lastre para redirigir el rumbo hacia la rentabilidad financiera. En este sentido, los resultados cosechados en 2021 mostraron una reducción en las pérdidas del 29,3%, hasta los 257,3 millones de euros al cierre del ejercicio. Sin embargo, todavía sigue siendo una situación complicada a la que dar la vuelta, especialmente por la reducción de las ventas respecto al año anterior.
DIA NECESITA MEJORAR EN VENTAS
DIA registró un total de 6.648 millones de euros en ventas netas, un 3,4% menos que en 2020. La propia compañía achacó la situación al cierre de tiendas que ha llevado a cabo y a la devaluación de las divisas oficiales de los mercados latinoamericanos donde opera (Brasil y Argentina). Y son estas cifras las que preocupan a los analistas, que creen que la multinacional debe mejorar sus ventas en en los siguientes años si quiere volver a ser una de las grandes empresas del sector.
«Las ventas en tienda de DIA subieron un 5% el año pasado frente a 2019, dada la pandemia, pero pueden ser necesarias fuertes mejoras de volumen sostenidas durante al menos tres años para demostrar el cambio de rumbo del supermercado», señalaban los analistas de Bloomberg en una nota tras la publicación de resultados de la compañía.
Además, la inflación actual y la que todavía tiene que llegar, así como las presiones competitivas del mercado hacen que DIA necesite mejorar en esta faceta. «La empresa necesita un aumento de las ventas en las tiendas y del margen para acercarse a sus homólogas europeas, a medida que se actualizan las tiendas en España y se producen avances digitales», indican.
Todo ello en un contexto en el que la escalada en el precio de la energía y de las materias primas puede suponer un lastre más a la empresa. «El aumento de los costes de las materias primas y de la energía puede suponer una mayor presión para que DIA impulse la eficiencia de las tiendas y de la cadena de suministro, de modo que su competitividad no se vea afectada por tener que subir demasiado los precios», advertían los expertos.