domingo, 15 diciembre 2024

Antonio Ruiz es experto en neuroarquitectura

Los entornos cotidianos activan de forma orgánica estímulos en las personas que afectan las funciones cerebrales y propician la creación de experiencias personales o grupales.

Estas se registran consciente o inconscientemente en los archivos de la memoria y se nutren de reacciones individuales a situaciones externas que producen ciertas emociones, estimulan la concentración o generan respuestas motoras específicas.

Aunque no es tarea sencilla determinar qué tipo de situaciones se enlazan a qué tipo de respuestas cerebrales, los estudios sobre la actividad neuronal han logrado parametrizar en cierta medida algunas respuestas provenientes de estímulos externos específicos. Las características ambientales de ciertos lugares, por ejemplo, producen respuestas que pueden llegar a influir positiva o negativamente en la tranquilidad de las personas.

Las respuestas neuronales de las personas ante la arquitectura

De ahí que arquitectos e ingenieros se hayan concentrado en reconocer qué elementos presentes en las construcciones pueden brindar sensaciones de bienestar para, de esta manera, diseñar partiendo de la respuesta neuronal de quien habita sus espacios. El experto en neuroarquitectura, Antonio Ruiz ha realizado durante años un completo análisis sobre las respuestas neuronales de las personas ante la arquitectura y en este escrito presenta algunos aspectos a tener en cuenta para que una edificación genere respuestas positivas en sus usuarios.

En primera instancia, es necesario reconocer que un edificio, sea una vivienda o un lugar de trabajo, es una entidad global cuyos espacios se articulan de forma rizomática, por lo que los estímulos que genera varían de acuerdo a la manera como el usuario lo habita. Sin embargo, existen algunos criterios estandarizados sobre los cuales se pueden esperar algunas respuestas neuronales en común.

Los espacios abiertos y con mucha luz natural, por ejemplo, activan las ondas alfa del cerebro que se encargan de brindar calma, lucidez y tranquilidad, en especial cuando hay ausencia de pensamientos complejos. Los espacios cuyos programas están diseñados con esquemas de funcionalidad sencillos, hacen que los usuarios puedan construir rápidamente mapas mentales de los lugares, lo que en consecuencia disminuye sentimientos de estrés al facilitar su interconexión y tránsito.

Por último, los espacios que se cargan de estímulos sonoros o visuales externos producen un aumento en la frecuencia cardíaca por lo que es necesario que los arquitectos redireccionen la atención de los usuarios a puntos específicos en el espacio que permitan estabilizar sus palpitaciones para disminuir la sensación consciente de episodios de ansiedad.

La arquitectura en el bienestar mental y emocional

La arquitectura contemporánea ha venido dando pequeños pasos en el uso de espacios abiertos, espejos de agua y texturas naturales para maximizar la experiencia de usuarios en espacios de vivienda y trabajo. Sin embargo, siguen siendo escasos los lugares cuyo diseño se concentra 100 % en brindar experiencias que favorezcan estímulos positivos a las personas que los habitan.

Por tal motivo, en ARK Architects, gracias al director creativo Manuel R. Moriche, la neurociencia es un ingrediente más en el desarrollo de los proyectos, ya que son villas pensadas para las personas que van a vivir en ellas, gracias a la colaboración de Antonio Ruiz.

La revolución en el sector inmobiliario en la Costa del Sol

Este tipo de villas diseñadas de manera inteligente con una clara orientación a las personas están sufriendo una alta demanda en todo el territorio nacional y con especial incidencia en la Costa del Sol. Adaptar el estilo de vida de cada familia y cada persona en una vivienda se ha convertido en una necesidad fundamental, la neurociencia viene a complementar la labor de los arquitectos para convertirse en una herramienta que se puede utilizar cuando sea necesaria.

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