Pepe Domingo cicatriza sus heridas con De la Morena doce años después

Subraya Pepe Domingo Castaño en el libro ‘Hasta que se me acaben las palabras’ el contraste que le producía su tristeza de la noche del 11 de julio de 2010 y la de la felicidad de los madrileños con los que se cruzaba en Gran Vía.

El mítico comunicador, deambulando por la arteria más célebre de la Villa y Corte, sabía que cerraba esa noche, la del gol de Andrés Iniesta contra Holanda en el Mundial de Sudáfrica que ganó ‘la Roja’, más de cuatro décadas de relación profesional con la Cadena SER.

Y lo hacía por fidelidad hacia el periodista con el que se reenamoró de la profesión, Paco González, que encauzó una carrera que parecía languidecer después de que la Transición sepultase a los locutores y cantantes del ‘blanco y negro’.

«TU PRIMA LA COJA»

Menos de tres meses antes de aquella noche, Paco González negocia con Daniel Anido la cobertura que va a realizar la SER del Mundial. El directivo le impone realizar la primera fase del evento desde Madrid, en vez de viajar hacia Sudáfrica. ¿El motivo? La crisis de 2008 había afectado a la sociedad en general, y a los medios de comunicación muy en particular.

González, que había tenido que rebajarse el sueldo cuando le intentaron recortar la plantilla del ‘Carrusel deportivo’ y se había dolido por la sanción de un mes de empleo y sueldo a su compañero y amigo Jorge Hevia (que insultó a un exanunciante mientras alardeaba de beber alcohol en una cobertura de la Superbowl), le dice que los programas los iba a hacer su «prima la coja».

En realidad, el equipo de ‘Carrusel deportivo’ llevaba tiempo arrastrando rencillas hacia la cúpula de Gran Vía 32 por el confort que le proporcionaban a la millonaria estrella José Ramón de la Morena, que había adoptado todos los vicios que años atrás criticó a José María García (mesianismo, endiosamiento y aburguesamiento).

DE LA MORENA

El divorcio entre ‘Carrusel deportivo’ y ‘El Larguero’ explica por qué 50 de los 70 miembros de la redacción de Deportes de la SER se marcharon a la COPE mientras De la Morena miraba para otro lado y decía en una charla universitaria que sus ya excompañeros eran unos «peseteros».

Pepe Domingo le contestó en antena: «El mentiroso tiene dos penas, que ni cree, ni es creído. Tendría que taparle la boca a alguien que no cesa de rompernos el alma, pero no voy a hacerlo. Tendría que revolver en mis recuerdos y recuperar historias extrañas de otros tiempos, pero no voy a hacerlo».

El de Brunete años después recorrió un camino similar hacia Onda Cero, que a diferencia de la COPE nunca amortizó la millonaria inversión, y Pepe Domingo Castaño estuvo años sin hablarle hasta que Juanma Castaño hizo de ‘Celestino’ para templar gaitas antes de que se le acaben las palabras.

MEDIO SIGLO DE COMUNICACIÓN

La solidaria autobiografía ‘Hasta que se me acaben las palabras’, presentada por las polémicas estrellas del PP madrileño, cuenta la vida de un animoso joven que cambia Padrón por Santiago en 1964 para convertirse en locutor de Radio Galicia y que salta desde su tierra hasta Madrid en 1966.

Los inicios en la capital, recuerda, no fueron fáciles: «Yo tenía un dinerillo de la radio y contraté una pensión un mes para vivir en Madrid, pero no fue así, pasaron tres meses y no podía pagarla. La pensión Leonesa era y no iba y dormía en una oficina; pero una noche aparece el dueño de la pensión, me abraza y me dice que por qué no duermo en la pensión; cuando le dije que no podía pagar me dijo que yo iba a triunfar y que le pagaría. A los pocos días me llaman de la televisión, un tío que le llevé una carta de recomendación, y era poner voz a unos documentales, después el realizador queda contento, me hacen una prueba de imagen para presentar ‘Biblioteca Joven’ y ganó mi primer sueldo».

EL LIBRO

Pepe Domingo ha confesado que arrancó el libro en un momento «que no estaba bien, estaba aburrido de lo que hacía… la primera parte la escribí hace 20 años. En ese momento no estaba a gusto. Normalmente, escribo versos, y esta vez me puse a escribir y me salió casi el libro entero. Me había olvidado, lo consideré tan malo que no pensé que nadie lo pudiera publicar».

«Yo no iba a publicar esto. El libro estaba escrito a la mitad, lo había olvidado porque pensaba que era muy malo. Un día con un compañero le comenté que tenía escrito esto, que se titulaba ‘Callejón de dos salidas’ por un callejón que hay en mi pueblo. A los pocos días recibo un correo de un señor que está relacionado con el mundo editorial que me decía que el que tiene que decidir si el libro es bueno o malo soy yo. Se lo mandé, me convenció, y me sorprendió que a los tres días me mandó una carta diciendo que tenía en las manos un bestseller», añade.

Pepe Domingo explica que «la única manera de triunfar es creérselo. Estar seguro de lo que has elegido y no venirse abajo nunca. Hay muchos trenes, solo hay que coger el adecuado. Se cerrarán muchas puertas, hay que insistir. Cuando me fui a Madrid o Santiago pensaban que estaba loco, ahora nadie lo piensa. Me llamaban loco, ya no me llaman loco. Es un orgullo sano, no es fácil, pero cuando lo consigues es una felicidad tan grande…».