viernes, 13 diciembre 2024

Tratamiento de microbiota intestinal, modulación terapéutica

Clínica Umebir es el primer centro sanitario de Europa dedicado desde el año 2012 al estudio, la investigación, el diagnóstico y el tratamiento de la microbiota, que no es ni más ni menos que realizar intervenciones nutricionales, de suplementos o fármacos, por prescripción médica y tras un diagnóstico por un examen de microbiota por secuenciación masiva de ADN con su correspondiente interpretación médica en base a la clínica, los síntomas y la entrevista médica.

En una forma simplemente académica realizan una subdivisión de la microbiota, en base a su metabolómica o su función dentro del intestino y su interrelación con el resto de metabolitos, se puede dividir la microbiota, (en el intestino no se encuentra en capas) pero se visualiza de este modo con fines de entender su distribución y funcionamiento.

Microbiota muconutritiva: productora de butirato

Aproximadamente del 40-50% la energía disponible de los carbohidratos en la dieta se convierte en SCFA, tales como el acetato, propionato y butirato por la microbiota colónica. El butirato, ácido graso de cadena corta, y las bacterias productoras de butirato desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la homeostasis intestinal y la integridad epitelial intestinal. El butirato es un nutriente muy importante para los coloncitos. También tiene efectos anticancerígenos, antioxidantes y antiinflamatorios, Faecalibacterium prausnitzii, Eubacterium] rectale y [Eubacterium] siraeum, Roseburia intestinalis y Roseburia hominis, Anaerobutyricum halli, Anaerostipes hadrus, Akkermansia muciniphila.

Microbiota reguladora de la mucosidad intestinal

Akkermansia muciniphila coloniza la capa externa del moco del intestino humano donde desencadena respuestas metabólicas e inmunes del huésped. Esta bacteria es particularmente eficaz para aumentar el grosor del moco y aumentar la función de barrera intestinal. Como resultado, los marcadores metabólicos del huésped mejoran. Se cree que el mecanismo de regulación del huésped involucra la composición de la membrana externa, incluidos los pili de tipo IV de A. muciniphila, que son señales directas de los receptores inmunitarios del huésped. Al mismo tiempo su actividad metabólica conduce a la producción de ácidos grasos de cadena corta que son beneficiosos para el huésped y los miembros de la microbiota.

Microbiota protectora y de contención

La microbiota bacteriana con función protectora proporciona el microambiente que impide que haya un sobrecrecimiento de bacterias proteolíticas y de patógenos. El equilibrio entre las especies bacterianas residentes confiere estabilidad al conjunto de la población microbiana. El efecto de barrera se debe a la capacidad de ciertas bacterias para segregar sustancias antimicrobianas (Bacteriocinas), que inhiben la proliferación de otras bacterias; y también, a la competición entre bacterias por los recursos del sistema, ya sea nutrientes o espacios ecológicos.

Los géneros Bifidobacterium, Enterococcus y Lactobacillus forman parte de la microbiota asociada a la mucosa y cumplen un papel importante en la función protectora y de contención de patógenos. Los bajos niveles de estos géneros pueden comprometer su función. Las bifidobacterias reducen los niveles de lipopolisacáridos intestinales (LPS) y disminuyen los niveles de citocinas proinflamatorias.

Microbiota inmunomoduladora

El sistema inmune, en el aparato gastrointestinal, actúa controlando la entrada y eliminando los microorganismos que son patógenos. La microbiota inmunomoduladora actúa entrenando al sistema para poder diferenciar la microbiota comensal de la patógena. Modula las respuestas del sistema inmune disminuyendo los procesos inflamatorios. La pérdida de la mucosa intestinal y la falta de esta microbiota inmunomoduladora permite que en el tracto intestinal se estén produciendo procesos inflamatorios de forma continua y se den situaciones de permeabilidad intestinal. 

Microbiotas metabólicas / energéticas

Las especies asociadas a esta función realizan conversiones metabólicas que son esenciales para el huésped, a menudo relacionadas con la degradación de proteínas o polímeros complejos de azícares, tanto de origen animal como vegetal. Los bacteroides presentes tienen una gran capacidad fermentativa de una gran variedad de fuentes animales y vegetales.

Microbiota prteolítica

La microbiota intestinal proteolítica libera gran cantidad de intermediarios metabólicos, tales como ácidos grasos de cadenas ramificadas y sustancias potencialmente tóxicas como amoniaco, aminas, fenoles e indoles, que en determinadas situaciones pueden entrar en el interior del organismo pudiendo generar endotoxemia bacteriana.

Microbiota consumidora y productora de GABA

El ácido gamma-aminobutírico (GABA) es un neurotransmisor ampliamente distribuido en las neuronas del córtex cerebral. Es utilizada por las neuronas del sistema nervioso para comunicarse entre sí en los llamados espacios sinápticos por los cuales se conectan entre ellas. Su función es la de ser un neurotransmisor inhibitorio que envía mensajes químicos por el cerebro y el sistema nervioso. En otras palabras, participa en la comunicación entre neuronas. El papel del GABA es inhibir o reducir la actividad neuronal. Es importante en el comportamiento, la cognición y la respuesta del cuerpo frente al estrés. Ayuda a controlar el miedo y la ansiedad cuando las neuronas se sobreexcitan. Los niveles bajos de GABA se asocian a trastornos de ansiedad, problemas para dormir, depresión y esquizofrenia.

Microbiota dominio archaea productora de metano

Las archaeas, principalmente las metanogénicas, pueden ser componentes relativamente abundantes de la microbiota gastrointestinal. Methanobrevibacter smithii está reconocido como el metanógeno más abundante y, a menudo, exclusivo de la microbiota gastrointestinal humana. Otras archaeas que pueden estar presentes en el intestino humano son: Methanaphaera stadtmaniaees, Methanobacterium paludis, Methanosarcina barkeri, Methanospirillum hungatei, Methanomassiliicoccus luminyensis, Methanosarcina barkeri, etc. Siendo responsables de la distensión, de la hipersensibilidad visceral, del estreñimiento y muchos síntomas que se diagnostican como colon irritable.

Microbiota productora de sulfuro de hidrógeno

Las bacterias reductoras de sulfato producen sulfuro de hidrógeno (gas con olor a huevos podridos). Este gas, a niveles elevados, es tóxico para la mucosa intestinal, puede causar diarreas y estreñimiento a nivel de intestino grueso. También puede contribuir a la aparición de enfermedades gastrointestinales como el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal, etc. Cuando los niveles de la microbiota productora de sulfuro de hidrógeno están elevados pueden ser indicativo de un LIBO de sulfuro de hidrógeno.

Metabolismo de las isoflavonas (S-Equol). M. Productoras / Consumidoras

Las personas con dietas ricas en isoflavonas tienen una incidencia significativamente menor de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y algunos tipos de cáncer. La efectividad clínica de las isoflavonas de soja puede estar en función de su biotransformación por la microbiota intestinal de cada persona.

El S-equol, estrógeno isoflavandiol es el producto de la metabolización de la daidzeína, un tipo de isoflavona que se encuentra en la soja y otras fuentes vegetales, por la flora bacteriana en el intestino. Por tanto, la bioconversión de las isoflavonas en S-equol, solo es posible si hay una presencia de taxones bacterianos viables productores de S-equol.

Microbiota productora de etanol

El sobrecrecimiento de bacterias y levaduras productoras de etanol, a partir de los azúcares de los alimentos ingeridos, pueden provocar el conocido “síndrome de la cervecería interna” que genera una condición constante de embriaguez.

Microbiota productora de aminas biogénicas (histamina)

La histamina es una amina biógena que se puede acumular en los alimentos debido a la descarboxilación enzimática de la histidina llevada a cabo por determinados microorganismos de la microbiota intestinal. El consumo de alimentos con elevadas concentraciones de histamina puede provocar una serie de efectos toxicológicos de carácter neurológico, gastrointestinal o respiratorio. De hecho, la histamina es una de las aminas biógenas más tóxicas y que más frecuentemente se encuentra en alimentos, principalmente en pescado y alimentos fermentados.

Microbiota metabólicas de la trimetilamina

La trimetilamina es un compuesto orgánico producto de la descomposición de animales y plantas. Es la principal sustancia responsable del olor desagradable asociado al pescado descompuesto, a algunas infecciones y al mal aliento. Se encuentra asociada a la toma de grandes dosis de colina y carnitina.

La trimetilamina es formada por algunas bacterias intestinales principalmente a partir de la colina y la carnitina de los alimentos. Después es absorbida a través del intestino, llega al hígado donde es oxidada hasta N-óxido de trimetilamina (TMAO), el cual se asocia al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y renales.

Microbiota productora de succinato / consumidoras

La fermentación de las fibras vegetales y dietéticas, por parte de algunas bacterias de la microbiota intestinal, producen una gran cantidad de succinato. También lo pueden producir a partir de la fermentación de aminoácidos. El succinato es un sustrato para la formación de glucosa en el intestino. Se cree que este succinato puede ayudar a mejorar la tolerancia a la glucosa y la insulina en sangre, lo que mejora el control glucémico. En un intestino sano no suele encontrarse apenas succinato porque es rápidamente consumido por otras bacterias para producir propionato (Bacteroides entre otras bacterias). En una situación de Disbiosis por una serie de causas diversas (haber consumido antibióticos, problemas de motilidad intestinal, existencia de enfermedad inflamatoria intestinal, etc), se puede producir una acumulación de succinato en el lumen intestinal. Se cree que las causas pueden ser: una reducción de las bacterias consumidoras de succinato, o bien, un aumento de bacterias productoras de succinato como bacteroides, alistipes, etc.

Microbiota productora del indol

El sobrecrecimiento de bacterias productoras de indol a partir del triptófano puede inducir la liberación del GLP-1 (pépti similar al gluc-1 en las células-L enteroendocrinas del intestino que producen hormonas). El GLP-1 tiene la capacidad de suprimir el apetito y la liberación de insulina y también puede retrasar el vaciado gástrico. Al igual que otros metabolitos producidos por las bacterias a partir del triptófan indol atraviesa el epitelio intestinal y entra al torrente sanguíneo. A llegar al hígado puede ser transformado en indoxilsulfato, en concentraciones elevadas tiene efectos citotóxicos.

Microbiota productora de tryptamina

La triptamina es un neurotransmisor con una amplia variedad de actividades biológicas. La señalización mediada por triptamina podría afectar el tránsito de partículas de alimentos y células bacterianas a través de la luz intestinal. Como una amina traza encontrada en pequeñas cantidades en el cerebro, es un ligando para los receptores TAAR que potencia la respuesta inhibitoria de las células a la serotonina, así como un ligando para el receptor sigma-2.

La triptamina en heces induce la liberación de serotonina por las células enterocromafines. Las fluctuaciones en los niveles de serotonina intestinal se cree que modulan la motilidad gastrointestinal y pueden desempeñar un papel en la patología de las enfermedades inflamatorias del intestino. La serotonina juega un papel crítico como molécula de señalización en el sistema nervioso entérico, donde se ha propuesto la modulación de los receptores de serotonina como tratamiento para el síndrome del intestino irritable.

Las descarboxilasas del triptófano en la Microbiota intestinal aumentan la posibilidad de que los microbios puedan secuestrar el triptófano de la dieta, convertirlo en triptamina y, por lo tanto, alterar el espectro y la distribución de los metabolitos de triptófano que resultan en el huésped. La reducción del nivel de triptófano en plasma disminuiría la producción de serotonina en el cerebro y podría representar un mecanismo por el cual la microbiota influye en el comportamiento.

Microbiota productora de ácido indolacético (IAA) y ácido indolpropiónico (IPA)

Se ha demostrado que el indol y los derivados del indol, incluidos el ácido indol acético (IAA) y el ácido indol propiónico (IPA), alteran el metabolismo del SNC en estudios en humanos y animales. En general, el catabolismo de triptófano mediado por el microbioma intestinal parece ser uno de los factores reguladores cruciales que es importante para el eje intestino-cerebro.

Microbiota productora de kynurenina

La quinurenina y sus metabolitos tienen una serie de funciones biológicas, como la dilatación de los vasos sanguíneos durante la inflamación y la regulación de la respuesta inmune. Cuando la quinurenina se encuentra aumentada, puede perturbar las funciones cerebrales (cognitivas) y causar síntomas parecidos a la depresión. También se la asocia a los tics que presentan los pacientes del espectro TEA. La encontramos aumentada en algunos tumores, donde favorece el crecimiento de estos, y en la Enfermedad de Alzheimer.

Sin lugar a dudas es posible realizar en Clínica Umebir el estudio diagnóstico y un tratamiento de la microbiota intestinal en el momento en que sus profesionales disponen de datos, diagnósticos adecuados y conocimiento técnico para interpretarlo y para realizar las intervenciones médicas adecuadas con el objetivo de mejorar la sintomatología o ejercer un real tratamiento de disbiosis intestinal, que sin lugar a dudas como se puede observar en la complejidad de este examen, no se trata de prescribir probioticos, de cualquier cepa, ni consumir alcachofas o espárragos, o al menos no s trata de hacerlo de esta forma desde nuestro conocimiento científico basado en la investigación medica, y un protocolo real de modulación terapéutica, aunque vemos muy frecuentemente, el JUGAR A MODULARLA de esa forma con probioticos diversos, algún alimento con inulina y creen que eso es ciencia por parte de muchos nutricionistas terapeutas o PNI que no disponen del respaldo académico para realizar estas intervenciones, y en el ultimo de los casos ni el respaldo legal, generando perjuicios a veces irreversibles en los pacientes.


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