El confinamiento por la pandemia del Covid-19 trajo consigo un aumento de usuarios en las aplicaciones para ligar. La barra de un bar o la pista de baile se reemplazó por un formato digital que permitió que muchas personas conozcan a otras desde la comodidad de sus casas. Se podría debatir si es el mejor método, o si resulta algo impersonal. Sin embargo, es una nueva tendencia que ha venido para quedarse y que dentro de sus novedades han surgido aplicaciones para que liguen las mascotas, específicamente los perros, e incluso, sus propios dueños.
En este contexto, Tinder, Bumble, Happn, entre otras, ya no son las únicas aplicaciones para conseguir una cita, ahora han llegado alternativas como Tindog, Twindog o Dogcha las cuales ofrecen que se cree un match entre mascotas según la elección de sus dueños o apasionados por los perros. De esta forma, se logra la primera cita, con la buena excusa de que se conozcan nuestras mascotas y con un antecedente en común: el amor por los animales, que a la hora de ligar permite ganar puntos.
Por esta razón, Julien Muller, uno de los creadores de esta app señala que “el amor de un dueño por un perro es algo que mueve montañas”, al nivel de meterlo en este tipo de herramientas digitales.
1Tindog, de las aplicaciones más conocidas para los perros
La aplicación Tindog es una réplica de Tinder. El usuario se registra y completa la información del perro sobre su edad, sexo, raza y ubicación geográfica. Al mismo tiempo, el dueño del animal completa su información para el completo registro del perfil de la mascota. Al activarse el radar de búsqueda por geolocalización e interés comienza el desfile de perros. La función es la misma que la app de ligue humana, ‘like’ para la derecha y no ‘like’ para la izquierda. Si hay coincidencia de interés se crea un ‘match’ y con ello se abre un chat para dar comienzo a la conversación entre los dueños de los perros. De esta forma la aplicación de ligue animal ha logrado que más de 100 mil personas se registren para encontrar el amor entre sus mascotas y, por qué no, entre los dueños.
