En su última comparecencia pública, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, puesto de manifiesto que, pese a algunas rencillas con el Gobierno por el ERE y las remuneraciones de la cúpula, el banco se siente cómodo con la presencia de la Autoridad de Resolución Ejecutiva (FROB) en el capital del banco. De hecho, a su modo, Górtazar ha invitado al Estado a continuar formando parte de los accionistas de la entidad. CaixaBank va bien y al Estado le interesa apurar al máximo su salida porque recibe dividendo. El Estado está presente en CaixaBank a través del FROB, que tiene en su comisión al Ministerio de Economía.
EL FROB Y SU PARTICIPACIÓN
Gortázar tuvo un tono serio pero distendido durante su intervención en el Foro Nueva Economía. Podría haber criticado con palabras gruesas al Gobierno, pero, muy en el estilo CaixaBank, se mostró claro y conciliador. Así fue, por ejemplo, cuando tras conocerse la nueva Ley de Vivienda, le preguntaron al banquero por la seguridad jurídica en España. Frente a discursos más frontales y duros con el Gobierno -como, por ejemplo, el del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, en relación con la que va a ser la nueva Ley de Vivienda-, Gortázar fue suave en los términos y muy claro en su visión: «mantener la seguridad jurídica es clave para conservar la confianza de los inversores en España, cuya economía depende en gran medida del capital extranjero». No entró en términos que se pueden entender como palabras de confrontación.
Górtazar expuso su visión sobre la seguridad jurídica y la inversión
GENERAR VALOR
En un punto que afecta directamente al banco, el CEO de CaixaBank evitó entrar al trapo, pero colocó su mensaje. Gortázar quiso pasar de puntillas sobre la presencia del FROB (en cuya comisión gestora está entre otros el Ministerio de Economía) en el accionariado de CaixaBank, donde cuenta con el 16,1% del capital.
Así, en relación a cuándo debería el Estado vender sus acciones en el banco de la estrella azul, Górtazar evitó esta cuestión, se limitó a apuntar que la labor de CaixaBank es «ponerle las cosas difíciles para que el banco les guste mucho» y «generar valor para los accionistas para que, en un momento dado, puedan decidir recuperar parte de su inversión».
Esta respuesta del consejero delegado de CaixaBank desliza que el banco se siente cómodo con la presencia del Gobierno en el capital. El que no se siente para nada incómodo es el Ejecutivo. CaixaBank es una entidad muy fuerte y la fusión con Bankia, a priori, le hará ganar mucho más dinero.
VELOCIDAD DE CRUCERO
La velocidad de crucero aún no ha llegado, pero es precisamente esa perspectiva la que hace que el Gobierno no tenga prisa. Espera que el banco gane cada vez más y así recibir mucho más dinero por el lado del reparto de dividendo.
EL RESCATE DE BANKIA
Las cifras de CaixaBank son atractivas por el presente y por las perspectivas. CaixaBank cerró el primer semestre con un beneficio neto de 4.181 millones de euros, frente a los 205 millones de igual periodo de 2020. No obstante, esta ganancia se queda en 1.278 si se restan los extraodinarios por los fusión con Bankia.
A estos datos hay que unir que el paquete accionarial del Estado se ha revalorizado más del 70% gracias a la fusión CaixaBank. El Estado se frota las manos por el dividendo que recibirá. El cobro será en efectivo y pay-out será del 50%, pero del beneficio recurrente, es decir, sin los extraordinarios derivados de la fusión con Bankia.
LA RECUPERACIÓN DEL IMPORTE DEL RESCATE DE BANKIA ES CASI IMPOSIBLE
LA QUIMERA ACCIONARIAL
No obstante, el Gobierno no pierde la perspectiva sobre el dinero del rescate de Bankia que puede recuperar el Estado. El rescate implicó que el Estado pusiera 24.000 millones y recuperar esa cifra es casi imposible.
EL FUTURO
Por su parte, la posición de la Autoridad de Resolución Ejecutiva no ha variado. El FROB tiene un mandato del Gobierno para vender la participación estatal en CaixaBank, pero no tiene prisa por hacerlo. El plazo para llevar a cabo esta desinversión se ha extendido hasta 2023 y podría volver a prorrogarse.
De cara a la venta, hay muchos factores que van a tener en cuenta. Se valorará el precio de la acción,pero también se verán las previsiones, las perspectivas de evolución del banco…
La incógnita por despejar es si CaixaBank va a ir tan bien como para que el Gobierno se desdiga y extendienda el mandato de venta del 16,1% que tiene el FROB en CaixaBank. El plazo vence en febrero de 2023 y no se descarta que haya sorpresas.