Noruega y la Unión Europea se encuentra en plena batalla por la industria pesquera. Los pescadores europeos, reunidos en la patronal pesquera Europêche, han denunciado la apropiación ilegal por parte de Noruega del cupo de bacalao en aguas de Svalbard y la autoasignación de caballa. Estas prácticas irregulares por parte del país nórdico amenazan a la supervivencia de la industria pesquera y a las poblaciones de estas especies.
Para intentar ponerle solución, ante la pasividad de la Comisión Europea, los pescadores de los estados miembros han pedido a los consumidores comunitarios para que dejen de consumir pescados noruegos y a los minoristas y proveedores de alimentos a detener las compras de productos del mar capturados por ese país. Para intentar ponerle una solución, la patronal ha pedido a las instituciones comunitarias que cierren el mercado único a los pescados procedentes del país nórdico. También que eliminen las preferencias comerciales concedidas a los productos pesqueros noruegos, especialmente al bacalao y la caballa, como medidas para proteger a las empresas de la UE.
El director general de Europêche, David Voces, afirma que Noruega no tiene la más mínima intención de recuperar las conversaciones con la Unión Europea y solucionar este problema. “Noruega parece haber abandonado el camino del diálogo y la cooperación al decidir unilateralmente y saltándose la legalidad apoderarse de la cuota de pesca de la UE. Con estas decisiones, el Gobierno noruego está mostrando un desprecio flagrante por el derecho internacional y una falta de respeto hacia la UE como socio y aliado”.
EL BREXIT FUE EL DETONANTE DE LA CRISIS
Además, como ya se ha visto en otros casos de problema arancelarios con productos importados a Europa proveniente de terceros, la salida de Reino Unido complica aún más la situación. La lógica dictamina que, al haber 64 millones menos dentro de la UE, se debería regular las importaciones.
Sin embargo, parece que Noruega está haciendo oídos sordos a este tema con el beneplácito de la CE. Actualmente, Noruega se está apropiando ilegalmente de la cuota de pesca comunitaria de bacalao y de caballa. Este hecho está provocando que otros países se tomen la justicia por su mano y establezcan su propia cuota, como es el caso de Islandia.
El problema con el bacalao comenzó tras el Brexit. Noruega encontró un resquicio en mitad de la discusión entre Londres y Bruselas y recortó el cupo. A esto le siguió la autoasignación de caballa, especie que se encuentra desde las aguas frías hasta el sur de España. El país nórdico decidió aumentar su cuota en un 55% a pesar de los totales admisibles de capturas acordado a finales del pasado año.
Los países que más afectados se están viendo por el incumplimiento de estas cuotas son España, Portugal, Alemania y Francia. De hecho, los cuatro ministros de Pesca de estos países han enviado una carta a Virginijus Sinkevicius, comisario homologo, alertando de los problemas que se pueden producir en alta mar entre los pesqueros comunitarios y las autoridades noruegas.
Los cuatro países reiteran que el bacalao es una especie de vital importancia y de gran valor económico. Además, han mandado un mensaje claro para que Noruega cese con sus intentos de romper el acuerdo que se basa en el Pacto de París. Así mismo, insistieron en la necesidad de que el contingente arancelario para la caballa no sea aprobado como medida de presión contra Oslo.
EL GOBIERNO ESPAÑOL MUEVE FICHA
El director general de Europêche destaca que “a menos que la UE envíe una señal contundente a estos países, nada les impedirá hacerse con cada vez más cuotas comunitarias de estas y otras especies de peces. Los ciudadanos de la UE deben saber que ahora se cuestiona la legalidad y la sostenibilidad del pescado procedente de Noruega”. Además, Voces añade que “el comportamiento inaceptable y desleal de Noruega no muestra ningún respeto por los derechos de pesca acordados y establecidos por la UE en el Atlántico. Esto sienta un precedente peligroso en un socio importante de la UE, como es Noruega. Sería escandaloso e indignante que la UE continúe otorgando acceso preferencial al mercado de productos del mar procedentes de un país que se ha apropiado ilegalmente de la cuota comunitaria”.
Por su parte, parece que el Gobierno español ha movido ficha. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha firmado un escrito donde se recoge un recorte unilateral de la cuota comunitaria de bacalao pasando de las 24.645 toneladas a las 17.885.
Curiosamente, desde la industria pesquera aseguran que existe una gran cuota de caballa producida en la UE, por lo que no habría necesidad de un suministro adicional. Sin embargo, los datos de importación de pescado noruego en España no dicen lo mismo. En 2020, España importó un total de 96.135 toneladas de productos de mar de Noruega, un 12% más que el año anterior.
Desde el sector pesquero europeo subrayan que la actitud de Noruega y sus aumentos unilaterales de cuotas ponen en peligro la supervivencia de la industria y el empleo de los pescadores comunitarios y la sostenibilidad de importantes poblaciones de peces, como la caballa y el bacalao. Además, supone una seria amenaza para el futuro de una asociación constructiva con la UE.