Almendras: 3 razones para tomarlas y otras 3 para no acercarte

Las almendras son de los frutos secos más consumidos en todas sus variantes. Es mucho lo que se habla últimamente sobre ellas. La leche de almendras está de moda y es imprescindible en las dietas de las personas con intolerancias o con la digestión pesada.

Asimismo, las almendras son un buen recurso para llevar en el bolsillo y comerlas si te entra hambre y no quieres picotear entre horas. Sirven tanto para comerlas como para fabricar cremas, jabones y aceites. El uso de este fruto seco tiene muchas posibilidades y casi todas son beneficiosas para tu salud.

No obstante, todo en esta vida tiene un “pero” y el caso de las almendras no iba a ser diferente. En este artículo te contaré algunos de los motivos por los que consumirlas y otros por los que es mejor mantenerte lejos de ellas.

2
Salud

almendras

Está demostrado que las almendras bajan el colesterol malo y ayudan a mejorar tus niveles de colesterol bueno.

En lo que corresponde a los huesos las almendras tienen una cantidad significativa de vitamina D que hace que estén saludables, que tus defensas mejoren y que tengas más energía durante el día.

Los diabéticos también pueden usarlas en su dieta sin pensar en si les subirá la glucosa o no. Las almendras tienen ácidos grasos insaturados que benefician a tu organismo. Y no tienen nada de azúcar, por lo que no afecta a la glucosa en sangre.

También sirven si tienes hipertensión ya que influye en que tu nivel de tensión arterial se mantenga estable.

Este fruto seco es un genial analgésico así que si te duele la cabeza cómete algunas y espera a que hagan su magia. Si te encuentras un poco alterado estas consiguen que tus nervios se apacigüen. Además de ayudar a una mejor circulación y a que tus músculos se destensen.