Michaela Reischl: «Lidl ensaya con vehículos eléctricos como alternativa»

Una de las apuestas de Lidl en su lucha contra el calentamiento del planeta tiene que ver con el uso de combustibles alternativos para sus operaciones de logística y transporte. De momento, están promoviendo el suministro de productos a través de una flota de camiones propulsados por gas natural. Se trata de un parque de 80 vehículos, el doble que en 2018, en siete de sus delegaciones. “Seguimos buscando alternativas al vehículo convencional, realizando en la actualidad ensayos con vehículos eléctricos como posible alternativa”, señala Michaela Reischl, directora de RSC de Lidl España.

No son los únicos planes de Lidl para ser más sostenibles durante los próximos años.  “En materia de plásticos seguiremos innovando con el fin de sustituirlos o eliminarlos allí donde no aportan valor”, añade Michaela Reischl. De ahí que, entre otros proyectos, se centrarán en la reformulación de los envases de varios productos, asegurando la calidad de los mismos.

Tienda Lidl Baleares fotovoltaica Merca2.es
Tienda de Lidl en Baleares con energía fotovoltaica.

Así, por ejemplo, ya han reducido el gramaje de distintos envases. “En el caso de la ternera premium, se ha optimizado más de un 80%. También se ha reducido hasta un 20% el gramaje de plástico utilizado en la familia de frutos secos”, añade la directora de RSC de Lidl España. Asimismo, han aumentado la fruta y verdura a granel, a la par que han fomentado materiales reutilizables como la bolsa de malla para fruta y verdura, o las bolsas de rafia para la compra.

El fin de Lidl no es otro que reducir el uso de plástico al menos un 20% hasta 2025, y garantizar la reciclabilidad del 100% de sus envases. “El enfoque holístico abarca desde la prevención, el diseño, el reciclaje y la eliminación hasta la innovación y la educación. Nos adelantaremos en al menos cinco años a los objetivos fijados por la Unión Europea en la Estrategia de Plásticos 2030”, concreta Michaela Reischl.

LA ECONOMÍA CIRCULAR DE LIDL

Resultado de estas medidas, Lidl ha dejado de distribuir más de 200 millones de bolsas de plástico al año. Ello se traduce en un ahorro de más de 1.500 toneladas de dicho material al medio ambiente.

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El compromiso medioambiental de Lidl tiene como eje apostar por una economía circular en la que los residuos pasan a ser recursos. El modelo es el de producir-usar-reciclar-. “El 100% de los residuos que se gestionan entre las plataformas logísticas de la península es reciclado certificando su destino final, garantizando en todo momento su trazabilidad”, sostiene Michaela Reischl.

Lidl cuenta con la certificación de Aenor de Residuo Cero en todos sus centros logísticos de la península. Una forma de acreditar la correcta gestión, clasificación, valorización y recuperación de todos los componentes de forma centralizada, consiguiendo reintegrarlos en el sistema como nuevos recursos o materias primas, y evitando el vertedero como destino final. “El 85% de los residuos gestionados en las tiendas se retornan a los almacenes por logística inversa”, indica la responsable de RSC.

Michaela Reischl confirma a MERCA2 que “seguiremos apostando por construcciones sostenibles, y trabajamos para obtener la certificación Edge, basada en el diseño ecológico de los inmuebles”. Las tiendas de Lidl tienen una superficie fotovoltaica de 144.355 metros cuadrados. Y, en lo que se refiere al entorno, su apuesta seguirá siendo la producción sostenible. “Fuimos los primeros en dejar de comercializar huevos de gallinas enjauladas y en certificar toda nuestra leche con el sello Bienestar Animal. También somos referentes en producción ecológica y pesca sostenible. Continuaremos avanzando en ambos ámbitos y en otras muchas iniciativas”, concluye.