El efectivo y la tarjeta, en guerra: ¿son los cajeros multientidad la solución?

N26 defiende que aquellas empresas que se adapten hacia “un mundo sin cash” serán las grandes ganadoras. Según sus datos, en marzo hubo una caída del 70% en las retiradas de efectivo. Y actualmente, los españoles pagan con tarjeta un 15% más que antes de la pandemia. La fintech entiende que la digitalización es el presente y el futuro de la banca.

Pero hay una realidad muy distinta en la España rural. Las fusiones y adquisiciones de los últimos años han reducido el número de oficinas bancarias en más de 22.000 desde 2008, según los datos del Banco de España. Esto ha hecho que el índice de penetración bancaria (ratio de oficinas por cada mil habitantes) se haya reducido casi a la mitad, pasando de 0,95 en 2009 a 0,51 en diciembre de 2019. Y en total, 4.109 municipios españoles (51,8 % del total) no tienen acceso a ninguna oficina bancaria.

Y esto no ha hecho más que empezar, las nuevas operaciones de consolidación en el sector (CaixaBank con Bankia y Unicaja con Liberbank), volverán a traer el cierre de sucursales y cajeros automáticos, y esto supone un riesgo relevante de exclusión financiera para una gran parte de la población. En concreto, en la población rural española y en los colectivos con rentas más bajas no bancarizados o con un bajo nivel de bancarización que podrían encontrarse con crecientes dificultades para acceder al dinero en efectivo, entre otros servicios bancarios. Así lo explica un estudio de Aproser.

NUEVOS AJUSTES

Desde la Asociación informan que entre 2020 y 2021 se cerrarán otras 4.000 sucursales, situando a la red de oficinas bancarias de España en 19.900, la cifra más baja desde hace más de 40 años. 

Y estos datos contrastan con los resultados del Barómetro sobre Hábitos y Percepción de los Ciudadanos respecto al Pago en Efectivo publicado por Aproser junto a Canal Sondeo, que destaca que la ciudadanía continúa teniendo preferencia por el dinero en efectivo, ya que un 74% de la población emplea este método de pago para hacer frente a sus gastos del día a día, prevaleciendo su uso en importes de menos de 20 euros, en especial, en el pequeño comercio de proximidad en los barrios y en hostelería (bares y cafeterías).

Por eso, en los últimos meses han surgido diversas propuestas en distintas regiones de la geografía española. Por ejemplo, las diputaciones de Granada y Badajoz han desarrollado un plan de actuación para dotar a todos sus municipios de servicios financieros tales como la retirada de efectivo o las consultas bancarias. En concreto, Badajoz ha instalado cajeros en 30 localidades, y Granada dispone de servicios bancarios en 37 zonas rurales. 

CAJEROS MULTIENTIDAD

Precisamente, el Senado ha dado luz verde recientemente a la activación de un plan específico contra la exclusión financiera en la España rural, en la que se tuvieron en consideración varias de las propuestas presentadas por Teruel Existe.

El acuerdo al que ha llegado la Cámara Alta insta al Gobierno a que se implanten cajeros multientidad en el medio rural como medida más inmediata, de modo que se favorezca el acceso al dinero en efectivo, junto con la promoción de cursos de capacitación en colaboración con las entidades financieras que permitan a los habitantes del medio rural (especialmente los de mayor edad) familiarizarse con el sector y las nociones más básicas de digitalización.

En los próximos meses, este mismo debate dará el salto al Congreso, tras la presentación (por parte del Grupo Socialista) de otra iniciativa similar. Ahora, todos los avances promovidos en el ámbito legislativo para dar respuesta a esta situación de riesgo están a la espera de que el Ejecutivo las ponga en marcha.

EL GRAN DEBATE

El estudio de Aproser señala que al ritmo actual de cierre de oficinas y cajeros, “y si no se toman las medidas necesarias para atajar esta circunstancia”, el 5% de la población española no tendrá acceso al dinero en efectivo en 2025.

Aunque “esta problemática” no se limita únicamente al ámbito español, pues el Banco Mundial consideran que el auge del comercio sin efectivo amenaza a numerosos consumidores y pequeñas empresas en países de mercados emergentes. Según esta organización, alrededor de 1.700 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a una cuenta.

El debate está sobre la mesa, porque paralelamente el Banco Central Europeo (BCE) ha empezado a mover ficha para fomentar el dinero electrónico. El pasado 22 de septiembre registró la marca “euro digital”, una forma de dinero que todos los ciudadanos y empresas podrán utilizar (como los billetes, pero en formato digital) para realizar sus pagos diarios de manera rápida, fácil y segura.

El supervisor ya ha explicado que actualmente se encuentra en una fase de supervisión y evaluación, donde los expertos de todos los bancos centrales de la zona euro estudian los beneficios y desventajas de este programa llamado Central Bank Digital Currency (CBDC). Cuando termine esta evaluación, se lanzará una consulta pública. Previsiblemente el 12 de octubre.

Además, tanto el BCE como el Banco de España ya han aclarado que las deliberaciones sobre una moneda digital no significan que los bancos centrales estén planeando abolir el efectivo. Simplemente sería “un complemento del efectivo, no un sustituto” pues el Eurosistema continuará emitiendo efectivo, en cualquier caso.