A medida que vamos cumpliendo años todos nos preocupamos por la jubilación. El momento de retiro laboral parece muy lejano a los 30 años, pero en una década más comienzas a darte cuenta que quizá la pensión que te corresponda el día de mañana no sea suficiente para cubrir tus necesidades, por lo que toca buscar alternativas.
En este sentido, un autónomo tiene incluso más poder sobre la preparación de su jubilación que un asalariado, puesto que puede aumentar su base de cotización en los últimos años de trabajo para cobrar más al jubilarse, algo que no puede hacer un trabajador por cuenta ajena. No obstante, lo que hay que tener claro es que al final nadie se queda totalmente sin recursos, en España existe lo que se conoce como la pensión mínima.
1¿Cómo se calcula la pensión?
Para saber qué pensión le corresponde a una persona que va a jubilarse se tienen en cuenta varios aspectos. El primero de ellos es el número de años que se han cotizado. Esto determina además si se puede cobrar una pensión contributiva o si, por el contrario, se tiene que cobrar una pensión de jubilación no contributiva, cuya cuantía es siempre menor.
Otro aspecto a tener en cuenta es lo que se haya cotizado en los últimos años de trabajo. En la actualidad se hace la operación partiendo de las bases de cotización de los 22 años anteriores al momento de la jubilación. Se suman las últimas 300 bases de cotización y se dividen entre 350. No obstante, este sistema va a cambiar y a partir de 2020 se tendrán en cuenta los últimos 25 años de trabajo. Y es previsible que de cara al futuro se amplíen los años a tener en cuenta, lo que dará lugar a una bajada en las pensiones, puesto que lo normal es que se vaya cobrando más a medida que se gana experiencia laboral.
Por último, también se tiene en cuenta la situación personal del nuevo pensionista y si tiene cónyuge o algún familiar a cargo, ya que en estos casos la cuantía que cobrará será algo mayor que si no tiene a nadie que dependa de él económicamente.
