Esto son los casos en los que tomar amoxicilina es un riesgo

La amoxicilina es un antibiótico que elimina bacterias y microbios. Lo receta el médico cuando se detecta una infección en el cuerpo para acabar con ella, sobre todo cuando se diagnostica sinusitis, otitis, amigdalitis o neumonías.

Pero también se usa para tratar infecciones de orina, de piel o incluso de dientes. Lo que hace el antibiótico es impedir que esas bacterias formen una cobertura externa para protegerse de los fármacos. Pero es importante recordar que no se debe utilizar a la ligera, sobre todo en caso de resfriados y catarros comunes, como erróneamente hacen algunas personas.

La amoxicilina es buena, de hecho, es el tratamiento más recomendado para las embarazadas y también se ha incluido en la lista de medicamentos esenciales para la gestión de la crisis sanitaria del covid-19. Pero hay que tener en cuenta algunos de sus efectos secundarios y en qué casos, tomarla es un riesgo.

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EL RIESGO DE ABUSAR

Su uso indiscriminado está originando que se pierda su efecto para cuando realmente es necesario. En la mayoría de los casos las personas se automedican porque han recibido la indicación en una farmacia o por el consejo de algún familiar o amigo.

Pero esto provoca el efecto contrario, los antibióticos se hacen resistentes a las bacterias, lo que quiere decir que el medicamento ya no sirve porque la bacteria se hace más fuerte y se tendrá que usar un antibiótico más potente. Además, las infecciones pueden ser más graves e incluso intratables pudiendo causar la muerte del paciente, transmitirse a otras personas y generar grandes costos tanto para los pacientes como para la sociedad.

Paralelamente, los expertos recomiendan estar muy atentos de cuando se empieza con el tratamiento para que pueda hacer mejor efecto. Y recomiendan no abandonar la toma antes de finalizar el tratamiento. Al dejar de tomar antibióticos antes del tiempo indicado, la infección puede volver a aparecer.