Los productos más codiciados de los supermercados estos días son el vino, la cerveza, los aperitivos y especialmente, la levadura, que desaparecen rápidamente a las pocas horas de abrirse las tiendas. La producción de levadura ha tenido que incrementarse, aunque parece que aún se están quedando cortos. Parece ser que a estas alturas de la cuarentena, preparar postres caseros genera emociones positivas y placer en el hogar. Se puede preparar en familia y genera un ambiente acogedor en la casa. Pero cómo decíamos, es un producto que escasea, como en su día ocurrió con el papel higiénico. Sin embargo, si se te antoja preparar un bizcocho o un buen pan de pueblo, tienes la alternativa de preparar levadura casera. Te explicamos como hacerlo.
TIPOS DE LEVADURA
Existen varios tipos de levadura dependiendo de su presentación y cada una de ellas tiene un uso recomendado en la cocina.
LEVADURA EN POLVO SECA
Es un tipo de levadura en gránulos, y no hace falta hidratarla. Solamente hay que mezclarla con el resto de ingredientes. No tiene sabor y proporciona una textura esponjosa.
LEVADURA FRESCA O DE PANADERÍA
Se encuentra en la sección de refrigerados del supermercado. Se presenta prensada en un bloque en forma de dado, y antes de utilizarla hay que diluirla en agua o leche.
LEVADURA MADRE
Se prepara con harina mediante un proceso de fermentación láctica unida a la fermentación alcohólica. Se suele elaborar con harina de espelta o centeno. Es la levadura preferida por muchos porque es apta para celiacos, más digestiva y con un mayor aporte de vitaminas y minerales. Además, para algunas personas, tiene una mejor textura y un sabor más delicioso. Ahora te desvelamos su proceso y cómo prepararla de forma sencilla con tres ingredientes que todos tenemos en casa.
