jueves, 12 diciembre 2024

El País Vasco no puede permitirse un cierre global actividad económica

Cebek ha advertido de que Euskadi no se puede permitir «un cierre global» de la actividad económica e industrial como consecuencia de la crisis del coronavirus porque la pérdida puede ser «extraordinaria e incluso irreparable», ya que «muchas empresas no volverán a abrir».

En sendas entrevistas a Herri Irratia-Radio Popular y Radio Euskadi, el presidente y el secretario general de Cebek, Iñaki Garcinuño, y Franciso Javier Azpiazu, respectivamente, han hecho una apelación a intentar mantener la actividad económica, en la medida que sea posible.

El presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, ha indicado que, en estos momentos y circunstancias, y siempre adoptando las medidas de seguridad precisas, lo «conveniente y responsable» es ir a trabajar para tratar de «mantener una «mínima» actividad económica que haga que «la cadena no se forma» para que, «el día después», las empresas sigan existiendo y «no sean un cadáver».

Garcinuño ha indicado que, aunque el cierre de algunas empresas ya fue decretado, hay otras que tiene actividad importante y que tienen que «responder a pedidos» porque Europa, salvo Italia, sigue funcionando, al igual que EE.UU. o China que lo vuelve a hacer.

Por ello, ha señalado que hay que tratar de servir los pedidos porque, si no, se pueden producir hasta penalizaciones. Además, ha indicado que el umbral de hasta dónde mantener o no la actividad, seguramente, lo marcará la caída de la actividad económica y de la demanda de pedidos.

Ello será lo que les haga «tomar medidas de ajuste cada vez mayores» y ha afirmado que es muy probable, salvo que la situación empeore y se produzca un cierre por decreto -que ahora «no ve necesario»-, que se vaya reduciendo la actividad económica hasta el punto de que «esté menos justificado el tener que abrir».

Iñaki Garcinuño ha afirmado que para determinados sectores parar 15 días sería «complicado y una penalización importante», y ha defendido implementar el teletrabajo en la medida que se pueda y, en sectores donde sea más complicado como el industrial, adoptar las medidas preventivas para que el centro productivo sea «un ámbito seguro para trabajar».

En este sentido, han recomendado a sus empresas asociadas que tengan un «protocolo de actuación». Garcinuño ha señalado que, en estos momentos, los geles desinfectantes es lo que más escasea, pero no hay problemas para disponer de guantes o gafas de seguridad y cree que podrán disponer de mascarillas nuevamente a partir de unos días.

Asimismo, ha manifestado que, como decía este domingo el Lehendakari, Iñigo Urkullu, que un cierre es «problemático». «Algunos deben pensar que esto es como darle al ‘on’ o al ‘off’, pero, cuando le has dado al ‘off’ y le vuelves a dar al ‘on’, normalmente en tu mesa no se encuentran los pedidos esperándote y los clientes que te han estado llamando y no les has atendido correctamente es muy probable que busquen otro proveedor. Y los coste económicos que se generan de esa manera, son importantes», ha añadido.

Ante quienes defienden el cierre total de la actividad productiva, cree que se están centrando en el aspecto sanitario, pero, en este momento, las autoridades sanitarias «no han decidido el cierre ni en España ni en Alemania ni en Francia o Reino Unido», aunque piden unas medidas de seguridad que las empresas están «obligadas a cumplir».

«Creemos que en el día después, desde el punto de vista productivo, este país industrial no se puede permitir un cierre global porque el comienzo a posteriori va a ser mucho más complicado y va a tener un daño muy importante para la sociedad drsde el punto de vista económico y sobre todo laboral», ha agregado.

DRAMA

Por su parte, el secretario general de Cebek, Fransciso Javier Azpiazu, ha insistido en esta idea y ha asegurado que se vive un «drama» que «afecta a todos» y la situacion es «extraordinaria», por lo que cree que es «un ejercicio de responsabilidad social» por parte de todos intentar mantener la actividad económica, «siempre que sea posible» y respetando las directrices de las autoridades sanitarias.

En este sentido, ha calificado de «irresponsabilidad» los mensajes de algunos sindicatos y agentes sociales que abogan por «cerrar todo tipo de actividad económica y marcharse a casa».

Azpiazu ha advertido de que, si se cierran empresas e industrias, «muchas no sabrán cuando van a volver a abrir y muchas no volverán a abrir». A su juicio, se trataría de una «pérdida importante extraordinaria y, en muchos casos, irreparable de muchas actividades económicas e industriales».

Sobre el impacto de la crisis del coronavirus en las empresas, Garcinuño ha señalado que están haciendo encuestas y, una de la semana pasada, estimaba que alrededor del 80 ó 85% de las empresas aseguran estar directamente afectadas por la pandemia y ven rebajada su facturación. Ha añadido que un tercio de las empresas lo evalúan en más de un 25% esa afectación y el resto entre un 0 y un 25%.

En relación a los ERTEs presentados, han señalado que el hecho de que algo más del 60% de los presentados hasta la fecha hayan sido en Bizkaia tiene que ver con el peso del sector Servicios en este territorio, si bien creen que se empezarán a presentar ahora los del sector industrial.

NO DESCARTA RECESIÓN

Iñaki Garcinuño cree que habrá un par de trimestres «muy negativos» en cuanto a crecimiento económico y no ha descartado que se pueda entrar en recesión «por esos dos trimestres seguidos en negativo». No obstante, ha indicado que la clave es saber que, «una vez lo sanitario esté solventado», se pueda producir un segundo semestre del año con un crecimiento económico «lo suficientemente fuerte como para tratar de compensar en algo la caída que se está viviendo».

Garcinuño ha indicado que, si se produce un pico y si se da una recuperación en «V», cree que, dentro de las medidas de flexibilidad a implantar, julio y agosto deberían ser «más activos de lo habitual».

El presidente de Cebek cree que existe una responsabilidad «compartida» y que se tendrá que dar un «reparto equitativo de los costes» que se puedan producir por esta situación y, en el caso de las administraciones, ve preciso que inyecten ayudas a la economía y que se adopten medidas fiscales y laborales para «volver a poner a funcionar el motor de la economía.

PROTOCOLOS DE SEGURIDAD

En el caso de las empresas, ha insistido en que deben mantener los protocolos de seguridad de prevención y, si se puede hacer un ERTE, se haga, sin tratar de «buscar atajos» o medidas «no proporcionales» porque cree que se debe tratar de proteger «lo máximo posible al empleo». Según ha indicado, tendrán la asunción de costes que sean «capaces de asumir» y cree que les tocará «tirar de fondos propios».

En el caso de las plantillas, les ha recordado que deben cumplir las normas de prevención y les ha pedido que entiendan que las medidas de flexibilidad interna son «el «mal menor». «Hay que tratar de arrimar el hombro, no solo ahora sino cuando haya recuperación», ha agregado.

Por su parte, Azpiazu cree que las medidas adoptadas por las instituciones vascas son «acertadas» y ha defendido la coordinación. A su juicio, tiene que haber una respuesta económica internacional coordinada para dar respuesta a esta «crisis estructural que afecta a todo el mundo.

También considera que las empresas están en mejor situación que con la crisis de 2008 porque tiene mayor «solvencia». Además, ha señalado que a Euskadi esta situación le toca con «un superávit presupuestario» que no se tenía en 2008, por lo que la situación de partida para afrontar la crisis es «distinta».

Sin embargo, cree que se han «perdido años estupendos para tomar decisiones estructurales por la situación de incertidumbre política e institucional que se ha vivido en el Estado».


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