La serie Juego de Tronos de HBO ha sido de las más seguidas de los últimos años, sin embargo, Netflix ha terminado pegando fuerte con The Witcher. Ambas series están basadas en novelas de fantasía medieval.
Juego de Tronos está inspirada en las novelas de George R. R. Martin, “Canción de hielo y fuego” mientras que The Witcher lo está en las novelas de la saga con la que comparte nombre del escritor polaco Andrzej Sapkowski.
Era inevitable que las comparaciones entre ambas series comenzasen incluso antes del estreno de The Witcher. Netflix ha estado dos años rodando esta primera temporada en la que ha querido poner todo el fuego en el asador y con la que ha conseguido más de una ovación.
Los seguidores de Juego de Tronos decían que las escenas bélicas de la serie eran extremadamente sangrientas y estaban bien realizadas hasta que The Witcher ha dicho “aquí estoy yo”, dejándonos a todos los suscriptores de la plataforma de streaming con la boca abierta. Veamos los motivos.
The Witcher y Juego de Tronos
Los amantes de las series de fantasía estamos en deuda con los creadores de The Witcher y Juego de Tronos. Estas series han permitido que saquemos nuestro lado más friki a la luz. Las aventuras de Geralt de Rivia en The Witcher han dejado con ganas de más a los que se han tragado los ocho capítulos en una noche.
Las escenas de las batallas de Juego de Tronos en las que los guionistas han matado a la mayoría de los actores, sean protagonistas principales o no, eran bastante gore y han dejado con la piel de gallina a muchos de los que la vieron.
La definición de sangrienta toma un nivel nuevo después de contemplar The Witcher. En ella no falta la sangre por donde quiera que mires. Con cada nueva escena hay más cadáveres, pero no pienses que muere de un espadazo o de un golpe en la cabeza. No, en esta serie las flechas atraviesan ojos, las cabezas salen disparadas, los brazos son amputados y las gargantas son cercenadas.
