miércoles, 11 diciembre 2024

Arabia Saudí despilfarra 110 M€ para monopolizar el deporte

Arabia Saudí se ha inmiscuido en el deporte a golpe de talonario. Tras robarle el Dakar a América del Sur, consiguió que por primera vez la Supercopa de España se celebrara lejos de nuestras fronteras. En 2021 el país de Oriente Medio entrará en la F1, la competición de automovilismo más seguida del mundo. Un plan, proyectado en apenas unos meses, que supondrá una inversión por encima de los 110 M€ sólo por acoger las prueba, sin tener en cuenta los gastos que conlleva poner a punto pruebas de esta dimensión.

El Gobierno de Valencia, por situarnos, desembolsó en torno a cien millones de euros para construir de cero un circuito que ahora ha quedado en el olvido. Es una muestra de que el gasto va más allá del habitual canon, que será el más elevado de toda la parrilla (y de la historia). Arabia Saudí pagará en torno a 58 millones de euros al año por albergar su Gran Premio. Sin embargo, tiene el buen ejemplo de Bahrein y Abu Dhabi, dos vecinos que han conseguido instaurar circuito exóticos con beneficios para la ciudad, aunque de un perfil algo alejado al de los más míticos.

Lo que está claro es que la F1 no es un capricho ocasional para Arabia Saudí. La intención de este país es monopolizar el deporte. Una estrategia que ha querido emprender a pasos agigantados. En este mes de enero los principales eventos deportivos se han celebrado precisamente en territorio árabe. Una muestra de que el dinero lo puede (casi) todo.

ARABIA HA ACAPARADO LOS FOCOS EN EL INICIO DE 2020

Hace solo un par de años nadie hubiese imaginado que la Supercopa de España pudiera celebrarse en otro país. Menos aún, a miles de kilómetros, en Arabia Saudí. Los 40 millones de euros que se embolsó la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) fueron suficientes para que Luis Rubiales ignorara las protestas de las principales televisiones (RTVE, Mediaset y Atresmedia), que se negaron a pujar por los derechos por la escasa libertad que impera en el país.

Con ese montante, la RFEF logró seducir a los equipos, los otros grandes beneficiados de la operación pese al castigo que supuso el desplazamiento en un mes con el calendario apretado. Además, el ‘sí’ de Movistar terminó por aliviar a Rubiales. Pero realmente fue Arabia Saudí quién logró su propósito: acercar el deporte rey a sus habitantes. Pero no era suficiente, el viernes concluyó el Dakar, que por primera vez se celebró en el desierto de Oriente Medio y que le supuso un buen ‘pico’ al país.

En concreto, 13 millones de euros sólo por la edición de 2020. Pero el contrato firmado para birlarle el rally más duro del mundo a Sudamérica se firmó a cinco años vista, así que sólo por el acuerdo desembolsarán 60 millones de euros en el próximo lustro. Una cantidad ínfima en comparación con lo que supondrá la F1, que entre canon y gastos de organización obligará a Arabia Saudí a desembolsar cerca de 100 millones de euros al año. Traducido a términos económicos, en un año habrán gastado 110 millones de euros solo por acceder al deporte, sin tener en cuenta gastos organizativos que elevarán la cifra por encima de los 600 M€ en los próximos cinco años.

ARABIA SAUDÍ SE APOYA EN ARAMCO

Arabia Saudí habrá pagado más que nadie por albergar cada competición, pero la rentabilidad de este tipo de pruebas está más que comprobada. A nivel de impacto económico en el país, y de imagen. Además, el país de Oriente Medio no ha lanzado un órdago inconsciente. Arabia Saudí tiene el mejor socio en casa. Y como no, se trata de una petrolera estatal. Y no cualquiera: Aramco.

El país árabe tiene atado un acuerdo con esta compañía, que es una de las principales petroleras del mundo. Según el diario Expansión, es conocida como la empresa con más beneficios del mundo. Sólo en 2018 se embolsó 111.000 millones de dólares. Aún se desconoce cuánto aportaría al Gobierno para promocionarse en uno de los escaparates televisivos más grandes, pero lo que está claro es que Arabia Saudí ha dado el paso de la mano de un socio fiable.

Hace solo menos de un mes Aramco protagonizó la mayor salida a Bolsa de la historia, con una cotización de aproximadamente 1,8 billones de dólares americanos. Una muestra de la fortaleza y del respaldo con el que cuenta Arabia Saudí, que se ha permitido pujar a lo grande para conseguir tres eventos significativos en apenas un año.


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