Las campanadas enterrarán a Telecinco: da por perdida la Nochevieja

Unos prefieren el pescado, por aquello de que su digestión es menos pesada para luego bailar. Otros, los denominados carnívoros, son fieles al cordero (si es de Riaza mejor), otros al cochinillo o en las cartas más selectas el capón. También hay discrepancias con las bebidas, incluidas las de la tarde y las que siguen a la entrada del año. En los últimos años, esas habían sido las grandes desavenencias familiares durante la cena de noche vieja, pero ahora hay una nueva: el vestido de la Pedroche o las campanadas clásicas en TVE. Pero, nadie (o casi nadie) pregunta por Mediaset y la cadena más vista, Telecinco.

La Nochevieja es el acontecimiento publicitario del año. De hecho, es el único día en el que los anuncios y su orden acaparan tanta importancia, quizás incluso más, que el programa que les da paso. Una versión reducida de lo que ocurre con la Super Bowl americana. Al final, es el momento más importante en uno de los meses claves en materia económica para las cadenas televisivas. Aunque su repercusión va más allá del simple detalle monetario, que de por sí ya es importante, y es que también «supone un escaparate incomparable para lucirse con los anunciantes», exponen fuentes del sector.

Por todo ello, tanto desde el punto de vista económico como el de repercusión mediática es un desastre sin paliativos desaparecer en dicho momento. Una fatalidad a la que se ha enfrentado Telecinco en los últimos años y que, previsiblemente, volverá afrontar en éste adiós al 2019. La cadena ha apostado en esta ocasión por un formato en un pueblo extremeño, Guadalupe, bajo la enseña de un solo anunciante: Ferrero Rocher. Bajo la batuta de Jesús Vázquez y Paz Padilla intentará remontar los aciagos años que han vivido últimamente. Realmente no lo tienen demasiado difícil, puesto que el punto de partida es el de 2018, en el que firmó su peor cifra en los últimos 20 años. Aunque tampoco hay grandes esperanzas, reconocen desde el sector.

FALLOS EN LA ESTRATEGIA DE TELECINCO

La estrategia de Telecinco se enfrenta a una serie de problemas crónicos que son muy difíciles de superar. «El acuerdo y el plan de Mediaset solo se puede firmar cuando de antemano das por perdida la noche», sentencian fuentes del sector. Por un lado, no han sabido dar con la tecla para atraer al público, al menos captar algo de atención mediática, cómo si ha hecho Atresmedia y su juego con el ajuar que luce cada año la presentadora Cristina Pedroche. Un problema importante dado que existe un líder natural como es Televisión Española (el año pasado superó el 40% de share con más de 7,1 millones de espectadores).

No es el único fallo. Por otro lado, salir de la Puerta del Sol no funciona. No lo hace de cara a captar audiencia, como quedó más que demostrado hace un año, ni tampoco de cara a «atraer más anunciantes», señalan fuentes conocedoras de las negociaciones entre televisiones y empresas. Además, impregnar todo el programa de fin de año a la marca Ferrero, una decisión que viene desde Italia (apuntan desde el sector), aleja a posibles clientes que ven como su marca queda eclipsada en el momento álgido publicitario.

LOS PROBLEMAS JUDICIALES DE GH PESAN COMO UNA LOSA

El hecho de que una cadena, que es líder, apueste en el momento álgido publicitario del año por llevar solo un anunciante fuerte (que sobresale), aunque suponga perder a otros muchos (y una parte importante de ingresos) señala que la situación no es fácil. No solo es por los bajos datos de audiencia en años anteriores, sino porque existe un descontento real de los anunciantes con la cadena y eso solo tiene un nombre: Gran Hermano y sus problemas judiciales.

«La retirada de anunciantes, unido a un empeoramiento de los cargos judiciales contra el programa, obviamente, pesan mucho en la falta de anunciantes potentes de la cadena», apuntan distintas fuentes del sector. Y lo hacen en su parrilla, muy dependiente del programa de éxito, y también en ocasiones especiales donde debe lucir la marca como en Nochevieja. «Al final, GH ha tenido tanto éxito que su nombre está ligado al de Telecinco, para bien y para mal», explican. Al final, esta situación también ha tenido mucho que ver en la decisión final de la cadena de ‘tirar’ el momento televisivo del año.