martes, 10 diciembre 2024

Cómo «dar a luz» el nombre perfecto de tu producto

Si vas a comenzar un negocio, lo más probable es que ya tengas una idea sobre qué va a ser, cómo lo vas a poner en práctica y todo ese tipo de cosas técnicas relacionadas. Sin embargo, cómo vender el producto es clave a la hora de que tu idea tenga éxito y un buen nombre siempre tiene mucho que ver con esto.

Emociones, sentimientos… Todo eso es lo que tienes que tener en cuenta a la hora de forjar un buen branding, que guste, enganche y que, sobre todo, atraiga a la mayor de cantidad de clientes potenciales posible.

¿Existe un truco para dar con el nombre adecuado? Descubre cómo hacer para encontrar ese naming perfecto.

Ten claro el concepto a comunicar con el nombre de tu producto

concepto de marca

¿Qué concepto necesita comunicar tu marca? Esa es la primera pregunta que tienes que hacerte a la hora de ponerte a pensar un nombre para tu producto.

El concepto de marca, qué se pretende transmitir, es lo más importante a la hora de decidir el cómo. Es decir, se debe pensar en la personalidad de la marca para poder crear nombres funcionales, con sentido y que funcionen a la hora de vender el producto.

Un consejo es no intentar pensar demasiadas florituras. Muchas veces, cuanto más simple es el nombre mejor funciona, pues sabe transmitir a la perfección cómo es el producto e incluso a quién se dirige.

La investigación: clave del proceso

investigación

De eso va el marketing, de investigar a más no poder. En el proceso del naming la investigación es una parte primordial.

En cuanto tengas claro qué quiere transmitir tu marca, qué vende en realidad, es hora de ponerse a investigar el cómo poder hacerlo. Gracias a este proceso de investigación, podrás sacar varias palabras claves que serán el eje vertical sobre el que versará la creación del nombre para tu producto.

Atrévete a probar cosas. Una vez que conoces a tu público, has investigado sobre el tema y además sabes a la perfección cuál es el ADN de tu producto, sabrás cómo enfocar el marketing para conseguir más ventas del mismo. Y no solo eso, también un reconocimiento.

Prepárate para conocer cultura general

cultura general

Para probar con todo, es ideal saber de todo. No, no es imposible. Basta con interesarse por conocer un poco de todo.

No hace falta que te lo sepas y estudies todo de memoria, pero sí es bueno que te suenen conceptos claves. Por ejemplo, algunos temas relacionados con el tema pueden ser la mitología, literatura, ciencia, cultura popular, cultura pop, folclore, etc. Es decir, todo aquello que podamos relacionar con nuestra marca y que además despierte algo en el público.

Sabiendo un poco de todo, es mucho más fácil participar en una lluvia de ideas para crear en equipo el nombre perfecto para el producto en cuestión.

Trabaja en equipo

equipo

Hacer un brainstorming con el equipo ayuda mucho a la hora de conseguir el nombre perfecto. Esto se debe a que, como bien se sabe, dos cerebros trabajan mejor que uno y entre todos podéis llegar a conclusiones más variadas.

En realidad, pasamos la vida buscando nombres, creándolos. Pero debemos tener un punto muy claro en cuenta: lo que suena de forma estupenda en nuestra cabeza no significa que lo haga en la de otro. Por ello, poner los pensamientos en común con el resto del equipo es una parte primordial del proceso.

Esto, además, forma una parte muy importante de la investigación. Saber cómo suena el nombre en unas mentes y en otras también es un testeo perfecto para conocer cómo puede hacerlo en la mente de nuestro público.

Dirígete a tu público objetivo

público objetivo

El nombre de tu producto te tiene que encantar. Eso es así, será algo que deberás vender y defender por mucho tiempo. Pero no olvides a tu público objetivo.

El cliente manda y, por ello, es necesario conseguir que ese nombre también cree algo en su mente. Que se le quede. Que le resulte inolvidable. Un buen producto se vende casi solo, es cierto, pero solo una vez que el público que lo quiere (o que aún no sabe que lo quiere) sea capaz de descubrirlo.

Mensajes cortos, directos. Palabras que recuerden a algo. Que evoquen. Todo eso son buenas prácticas a la hora de crear el nombre perfecto para lo que vayas a vender.

Debe haber una relación entre el nombre y el producto

relación nombre producto

Para que exista una buena sinergia entre marca y producto debe existir una complicidad. Es decir, una relación con la que ambos conceptos se sientan cómodos.

Que el nombre complemente al producto y viceversa, esa es la meta en cualquier creación de un buen naming. Que puedan existir el uno sin el otro pero que, juntos, consigan despertar esos sentimientos en el consumidor. Para llegar a ello, es de vital importancia, como durante prácticamente la totalidad del proceso, realizar una buena investigación.

Se debe crear un vínculo fuerte entre ambos. Conocer el ADN del producto es esencial para conseguirlo. Sabiendo todas las debilidades y fortalezas del mismo, se pueden llegar a crear grandes cosas.

Preocúpate de que sea funcional

funcional

Un concepto claro, corto y bien definido. Tres de los pilares fundamentales para crear un buen nombre son estos.

A la gente se le queda mucho mejor en la cabeza una sola palabra, corta, simple y directa que algo más elaborado a nivel visual. Que sea corto y sencillo no quiere decir que no haya tenido que pasar por un largo período de investigación previo. Muchas veces, lo más sencillo nuestra mente tiende a complicarlo.

Por ello la importancia de conocer a nuestro público. Dónde se mueven, qué marcas usan, por qué lo hacen. Todo esto nos dará pistas y la posibilidad de crearnos un perfil mental del mismo.

Sé distinto

diferencia

En un mundo lleno de competencia, cada vez es más difícil destacar. Pero difícil no es imposible, y siempre se debe buscar ese punto que consiga hacernos distintos al resto.

¿Por qué se diferencia nuestro producto? A lo mejor puede ser por el color, por ejemplo. No temas adaptar ese color e incluirlo en el nombre. Que sea el punto que los une pero también que los separa del resto de productos. Muchas veces, tan solo hace falta analizar el producto para saber lo que, sí o sí, debemos destacar de un primer vistazo.

Acompáñalo de una historia. Algo que conecte con el consumidor. Esto hará que nadie se pueda resistir.

Lánzalo y recoge opiniones

lanzamiento

El paso más importante. Atrévete a lanzarlo en cuanto lo tengas bien atado y perfilado. Sin miedo.

El público objetivo es el que debe juzgar y, hasta que no esté listo el lanzamiento te estará faltando la parte más importante: el saber la acogida que va a tener entre los consumidores.

Esto puede servir como un test post lanzamiento, con el que poder analizar si todo es correcto o si se deben aplicar algunos cambios para que funcione mejor.


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