El consorcio integrado por Air Nostrum y Trenitalia es uno de los elegidos junto a la francesa SNCF para competir con Renfe dentro del proceso de liberalización, que se iniciará a partir del 14 de diciembre de 2020. Un logro que esconde una batalla legal entre la aerolínea regional por un lado, y Renfe y el Ministerio de Fomento por otro.
En diciembre de 2017, el Gobierno acudió a la Audiencia Nacional para poner un recurso y retrasar la puesta en marcha del proyecto de AVE de Air Nostrum (entre Madrid y Montpellier) previsto para otoño de 2018. Renfe y Fomento se opusieron al alegar que la empresa se quería aprovechar del tráfico nacional de pasajeros entre Madrid y Barcelona (servicio que aún no estaba liberalizado).
Pero Gobierno y empresa pública sufrieron un duro golpe en septiembre de 2018 cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó la Resolución en la que considera que el objetivo principal del nuevo servicio de transporte internacional de viajeros por tren de Air Nostrum comunicado por Intermodalidad del Levante (Ilsa) entre Madrid y Montpellier es el tráfico internacional.
Renfe trató de torpedear los intentos de Air Nostrum por entrar a competir en el transporte de pasajeros internacional
En ese momento, Competencia consideró que el lanzamiento de este nuevo servicio internacional entre Madrid y Montpellier tendría efectos positivos para los usuarios, “dado que triplicará las frecuencias actuales entre Madrid y la ciudad francesa y las incrementará en un 50% desde Barcelona. Con ellas, se reducirá el tiempo total del viaje y mejorará la oferta ferroviaria actual”. Además, los tiempos de viaje propuestos por Ilsa son un 10% inferiores a los de Renfe y serán, según la información remitida por el operador, “más baratos”.
Esta fue la primera gran batalla que ganó Air Nostrum a Ilsa. Pero se volvió a encontrar con más trabas. Tal y como apunta ‘El Confidencial’, Ilsa solicitó hace más de un año a Renfe Alquiler el arrendamiento y mantenimiento de uno o dos de sus convoyes S-100 de Alstom, con la intención de adaptar su interiorismo, distinguirlos con su marca comercial y comenzar a vender asientos. La empresa pública se negó. Y su proyecto de paralizó.
Ahora, con el apoyo de Trenitalia este problema lo tiene resuelto. El modelo elegido por Ilsa para operar será el Frecciarossa 1000, un tren comercial fabricado por Hitachi-Bombardier con tecnologías sostenibles y un diseño aerodinámico.
El último escollo que salvó la regional de Iberia fue la ruptura de su alianza con Acciona días antes de presentar oficialmente su candidatura al servicio de AVE. Y aquí fue donde la compañía se alió con la empresa ferroviaria italiana.
ASÍ SERÁ EL AVE DE AIR NOSTRUM
Ilsa se ha hecho con el paquete B conformado por Adif. El consorcio (del que Air Nostrum controla el 55%) pondrá en marcha en el puente Madrid-Barcelona 32 servicios diarios (16 en cada sentido). La ruta Madrid-Valencia dispondrá de ocho frecuencias diarias; las conexiones de Madrid con Málaga y Sevilla tendrán siete; y el enlace Madrid-Alicante se operará con entre tres y cuatro frecuencias diarias, que se incrementarán en las semanas centrales de verano.
La compañía dispondrá de 23 unidades de Frecciarossa 1000 para atender las cinco rutas para las que tiene autorización. El comienzo de las operaciones está previsto para enero de 2022.
Un factor diferencial de la oferta de Ilsa es la intermodalidad, que permitirá combinar desplazamientos en tren y avión, lo que supondrá facilitar la movilidad de los ciudadanos e incentivar el turismo.
El nuevo operador, que hará pública la marca comercial en 2020 y cuyo director general es Víctor Bañares, «está enfocado a los consumidores españoles para hacer, por fin, accesible económicamente la alta velocidad a todos los ciudadanos desde una oferta de alta calidad», según la compañía.
