Campofrío espera cerrar el presente ejercicio con una facturación de 900 millones de euros en España, una cifra que reflejaría un incremento del 3%. Respecto a toda la Unión Europea, la entidad espera elevar el montante hasta los 2.000 millones de euros, con el objetivo de transformarse de cárnica a «compañía global», según ha adelantado Paolo Soares, director general de la compañía para el sur de Europa.
Soares ha ofrecido este miércoles una rueda de prensa en Bilbao, en el marco de la 34ª edición del Congreso AECOC de Gran Consumo, que se ha inaugurado este miércoles en el Palacio Euskalduna de Bilbao y que reúne a más de 1.000 directivos de compañías nacionales y multinacionales.
Según ha señalado, 2019 es un año para el sector «con muchos retos, desde las guerras comerciales» hasta la situación política, «que tampoco ayuda mucho, porque nos gustaría ya un Gobierno sólido». No obstante, ha dicho que las perspectivas de crecimiento son «muy buenas» para la compañía, con una previsión de crecimiento en facturación por encima del 3% en España, «lo que es buen dato comparado con la evolución del mercado en general».
De esta forma, Campofrío espera cerrar este ejercicio con unas ventas de 900 millones de euros en España, y de alrededor de los 2.000 millones en toda la Unión Europea, con mayor potencial de crecimiento del negocio del «curado».
En el caso de Campofrío, ha recordado que es una compañía que históricamente viene del mundo del sector «cárnico», aunque en los últimos tres años han entrado en «nuevas categorías» que «la potencia y la distinción de nuestras marcas lo permiten». Así, ha recordado que en el mercado español trabajan con cuatro marcas: Campofrío, Navidul, Revilla y Oscar Mayer, y, con éstas, «dependiendo de cada uno de los sectores y de la potencia y características de cada marca, nos permite ir evolucionando en otras direcciones».
De esta forma, ha explicado que la compañía ha incorporado quesos y variedades vegetales a su cartera de productos, y, según Soares, precisamente «la marca que tendrá más innovación en 2020 será la de variedades vegetales». Así, el directivo de Campofrío espera que estos productos supongan el 10% de la facturación del grupo «en dos o tres años». «Queremos ser una compañía de alimentación más global, no solo cárnica y ofrecer al consumidor lo que reclama», ha manifestado.
Según ha dicho, su plan estratégico contempla «evolucionar a una compañía de alimentación más global, no solo de cárnico, para responder a aquello que son las necesidades y los deseos de nuestros consumidores y, como el consumidor busca ahora una dieta más sana, equilibrada y sostenible, ése es nuestro camino». «Obviamente, la base seguirá siempre siendo los cárnicos, pero muchos de los consumidores nos están pidiendo muchas más cosas», ha añadido.
CRISIS PORCINA
En relación a la crisis porcina que afecta a China, uno de los mayores productores a nivel mundial de cerdo, Soares ha señalado que, «debido a las tensiones con Estados Unidos por los fuertes aranceles», China está buscando en otros países productos cárnicos y, «ahora mismo Europa es el principal proveedor de China, y España es el principal dentro de Europa, lo que genera una oportunidad para los ganaderos que están en ese sector más primario».
No obstante, ha reconocido que, en el caso de la fiebre porcina, la «mayor preocupación» es que la materia prima escasee y, debido a ello, suban los precios de la materia prima, lo que, según ha advertido, «acabará transmitiéndose a los precios».
Por el contrario, ha considerado que tanto el ‘Brexit‘ como los aranceles impuestos por Estados Unidos «tendrán un impacto muy limitado» en Campofrío, porque la compañía tiene «poco negocio en Reino Unido y tampoco tenemos mucha exportación a Estados Unidos, con lo cual el impacto es mínimo».
En relación a la ‘crisis’ catalana, Soares ha señalado que Cataluña es «una región importante» para la compañía. «Tenemos toda nuestra estrategia de orientación hacia el mercado perfectamente organizada cubriendo todo el país. En Cataluña tenemos un equipo comercial muy potente y relaciones con los distribuidores locales también muy potentes. La gente sigue consumiendo y el impacto no lo vemos», ha indicado.
«CAMBIO DEL CONSUMIDOR»
Por otro lado, Soares ha destacado que ha habido «un cambio radical» en el comportamiento del consumidor, debido, en parte, a una mayor disponibilidad de la información y mayor demanda de ésta. En este sentido, ha asegurado que la compañía es consciente de que la comunicación con sus clientes es «bidireccional» y «permanente.
En el caso concreto de la sostenibilidad, ha dicho que tienen «muy claro» y trabajan para que, «en un periodo relativamente corto de tiempo, seamos capaces de ir cambiando nuestros envases, principalmente la parte de los plásticos, que es ahora mismo el más reclamado por el consumidor, y con razón».
Según Paolo Soares, Campofrío está intentando junto a sus socios «reemplazar los plásticos donde podemos hacerlo» o «aumentar el porcentaje de plástico reciclado y reciclable de nuestros envases».