La vida de la Casa de Alba tras la muerte de la duquesa

La muerte de la Duquesa de Alba conmocionó a todos los ciudadanos y es que siempre fue una mujer muy querida, a pesar de que, para algunos hiciera algunas de las cosas muy mal. Tras su muerte, parece que todo en la Casa de Alba ha cambiado muchísimo y que la relación entre los habitantes de la Casa de Alba ya no es la misma.

¿Cómo es la vida de la Casa de Alba tras la muerte de la duquesa? Vamos a conocer cómo están las cosas en la familia de Alba tras la muerte del pilar más importante.

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La donación: el fin

No habían pasado ni dos años cuando la duquesa anunció a sus hijos Carlos y Cayetano su intención de casarse, lo que ambos gestionaron sin avisar al resto. Era 2011 y el mayor y el pequeño de los hijos de la duquesa trabajaron codo con codo para que su madre les donara la herencia en vida y evitar posibles futuros desmanes del futuro marido, Alfonso Diez. Esos fueron los últimos tiempos en los que ambos hermanos se mantuvieron unidos. La decisión final de Cayetana de legar su patrimonio en vida rompió la frágil cordialidad entre los Alba para siempre.

“Los más indignados eran sobre todo Jacobo y Alfonso. Eugenia y Fernando permanecían en silencio. Y Carlos mantuvo su actitud, protegido detrás de mí, que recibí, y sigo recibiendo, los golpes”. La duquesa tuvo una pelea con Jacobo que ha sido documentada en diversas ocasiones y quedó a la luz cuando el duque de Siruela se ausentó de la boda de su madre. Y eso que, según Cayetano, la duquesa regaló un cuadro valorado en un millón de euros a Jacobo para intentar rebajar su enfado. No hubo manera. Quien salió airoso y contento, según Cayetano, es Carlos, el actual duque de Alba: “Carlos, que recibía el 60% del patrimonio y los bienes y los títulos, permanecía en silencio, testigo mudo, eufórico interiormente porque su hermano pequeño le había arreglado la vida”.

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