Las alternativas dejan de serlo una vez que se convierten en realidad. Y algo así está pasando con los vehículos a gas. Primero fueron considerados como otra opción dentro del mercado de los coches menos contaminantes. Pero ahora, gracias en gran medida a la infraestructura que se ha desarrollado, se trata de una realidad en el mundo de la automoción.
Todo ello mientras que España lucha contrarreloj en la transición ecológica para adaptarse a la nueva realidad climática. Y en esa realidad el vehículo a gas cada vez tiene más peso.
El parque total de vehículos de gas natural se sitúa en el mes de junio en 17.932 unidades, según datos de Gasnam, con un crecimiento del 26% en lo que va de año. Destaca el crecimiento de las matriculaciones en el sector del transporte de mercancías y pasajeros que se han incrementado un 62% con respecto al mismo periodo del año anterior.
En total se han matriculado 3.716 vehículos a gas natural en lo que va de año: 2.406 turismos, 755 furgonetas, 335 camiones y 220 autobuses.
Adicionalmente, la infraestructura de suministro de gas natural no deja de crecer. En el primer semestre del año se han abierto siete nuevas estaciones, pero las previsiones son mucho más optimistas. Para 2021, se espera contar con más de 200 gasineras en España.
LA INFRAESTRCUTURA, VITAL
Con estas cifras quedan pocas dudas sobre el impacto del gas en el sector de la automoción. Pero queda todavía un paso importante: dotar la red nacional de carreteras de los suficientes puntos de recarga de combustible para que nadie tenga la sensación de intranquilidad. Algo que en las últimas semanas ha tenido un importante espaldarazo.
En concreto, hace poco se ha conocido que Redexis y Cepsa han alcanzado un acuerdo para la creación de la mayor red de estaciones de repostaje de Gas Natural Vehicular (GNV) en España -conocidas como gasineras-, con el objetivo de ampliar la oferta de soluciones energéticas y fomentar la movilidad sostenible.
De esta manera queda claro la apuesta por este segmento en las principales compañías del sector. Un empujón que, en gran medida, ayudará en la toma de decisiones a quienes compren un vehículo en los próximos meses.
Y es que ambas compañías se comprometen a dotar a España de una red de cobertura nacional de infraestructuras de recarga de gas natural para vehículos ligeros y pesados, de fácil acceso y con tiempos de carga similares al repostaje de los hidrocarburos tradicionales.
UN ESFUERZO CON RECOMPENSA
Mediante una inversión de 30 millones de euros en el periodo 2019-2021, Redexis acometerá la construcción y mantenimiento de 50 gasineras ubicadas en Estaciones de Servicio de Cepsa en España, con depósitos de GNL (Gas Natural Licuado, utilizado por el transporte pesado de larga distancia) y GNC (Gas Natural Comprimido, utilizado por todo tipo de vehículos en ámbito regional e interregional), de cuyo suministro y comercialización se encargará Cepsa. Asimismo, esta alianza pretende alcanzar las 80 estaciones de servicio antes del fin de 2023, con una inversión total de 60 millones de euros.
Entre los aspectos más destacados que se van a desarrollar es que esta red de estaciones de gas natural vehicular contará con equipos de vanguardia. Se desarrollará en zonas urbanas y también cubrirá los principales corredores de transporte, de manera que tanto el transporte pesado como ligero podrán acometer desplazamientos con la seguridad de contar con una red que garantice su repostaje de gas natural.
UNA ALTERNATIVA PARA “YA”
Pese a todo, y retomando el inicio del artículo, ¿se puede hablar de alternativa a los motores clásico de combustión? Parece que, incluso, se puede ir más allá de tratamiento como simple alternativa. Y es que el gas vehicular supone una idea de movilidad sostenible, ya que reduce las emisiones de CO2 y elimina la emisión de partículas y óxidos de azufre, contribuyendo así a mejorar la calidad del aire en las ciudades al tiempo que reduce los niveles de ruido.
Los vehículos tienen más autonomía, son igual de seguros y cuentan con la misma potencia que otros motores de combustión. Además de ser competitivos en coste, pues se benefician de descuentos o bonificaciones en el impuesto de circulación, permiten circular en escenarios de alta contaminación, gracias a que cuentan con la tarjeta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT), lo que supone una gran ventaja de acceso a grandes ciudades ante posibles restricciones de tráfico. Los vehículos de GNV son aptos para todo tipo de movilidad: conducción urbana, interurbana o de larga distancia.
El GNV como combustible para vehículos ligeros y pesados supone ahorros del 30% en coste por kilómetro frente al diésel y del 50% frente a la gasolina. Estos modelos disponen de una gran autonomía: pueden recorrer hasta 1300 kilómetros sin necesidad de repostar, gracias a su doble depósito de gas y gasolina.