Letizia y todas las veces que mostró su «mala milk»

Si sobre el físico de la Reina Letizia se han escrito ríos de tinta, no muchos menos se han volcado sobre su sonado temperamento. Una mujer fuerte con las ideas claras, perfeccionista, exquisita, rígida y con mano dura en las importantes cuestiones a las que haya que aplicársela.

«Es el Estado y está en estado», se llegó a escribir de ella cuando se quedó embarazada de su hija, la princesa de Asturias, Leonor de Borbón. Y precisamente a raíz de este estado, y valga la redundancia, de gestación surgió una desagradable anécdota donde Letizia trazó la línea definitiva, enseñó la patita y también los dientes

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Letizia y el Rey sordo

Letizia Ortiz

Año 2008. Tras cuatro años de feliz matrimonio, los príncipes de Asturias, en un acto de cercanía con el pueblo llano deciden abrir las puertas de su corazón y de su casa a la prestigiosa revista ‘Vanity Fair’. En aquel excelso reportaje se conseguiría ver el trabajo diario de los herederos de la Corona un poco más de cerca. Lo que parece que no sospechaban es que estaban tratando con periodistas. Letizia, qué resbalón, por Dios.

En la naturalidad, exquisitez y profesionalidad que caracteriza a la ahora reina consorte de España, Letizia propuso que, para que observasen su labor diaria aún más in situ, los compañeros encargados del reportaje podrían acompañarlos a un acto que tendría lugar en Murcia. Felipe, en un momento de la conversación, no escuchó lo que estaba diciéndole su esposa y esta le espetó. «¡Hijo, hoy estás sordo, la verdad!». Felipe es el Rey, pero ella es su esposa. Aunque no es esta, ni de lejos, la primera vez que Letizia deja al Rey con un palmo de narices.

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