Un trader alemán, identificado como Armin S., ha comenzado una cruzada legal contra el banco francés BNP Paribas para que le pague 163 millones de euros debido a un error de escritura en una orden de derivados que sufrió en diciembre de 2015.
El operador está tratando de lograr que BNP cumpla con una transacción de hace tres años en la que encontró un error de escritura en el sistema del banco que le permitió ordenar un derivado por 326.400 euros en lugar de 163 millones de euros. El sistema de precios mostró los valores por 108,80 euros en vez de los 54.400 euros reales. La entidad no identificó el fallo hasta una semana después de la operación.
Presentó su primera demanda en Frankfurt en 2017. En un principio solicitó un millón de euros porque, según Bloomberg, esperaba una decisión rápida que le hubiera permitido cobrar fácilmente el resto de su reclamación. Al llegar a finales de 2018 sin una solución, Armin S. debía cambiar de estrategia ya que las reclamaciones prescriben a los tres años en la justicia alemana. Dos opciones: presentar una demanda por la totalidad de los 163 millones de euros (con los consiguientes costes legales si perdía) o seguir adelante con el millón.
Decidió litigar por seis millones de euros en la corte alemana y presentar otra demanda por otros 152 millones de euros en los juzgados de París, sede oficial de BNP Paribas. La intención del trader es que los jueces franceses se queden con el caso hasta que sus homólogos alemanes dicten la resolución final, según Bloomberg. Las leyes europeas reflejan que si el mismo caso se presenta en diferentes países, el tribunal que primero se encargue de resolver el litigio debe decidir la jurisdicción adecuada mientras el otro espera.
La apuesta de Armin S. se basa en que el juez francés se quede con el caso para evitar la prescripción de la demanda en Alemania. Por su parte, BNP ha declinado hacer comentarios a Bloomberg sobre esta demanda.
No es la primera vez que una persona o empresa utiliza la estrategia de presentar una demanda en varios países de la Unión Europea. En 2012, la firma automovilística Porsche se apresuró a presentar una demanda en su país de origen al iniciar un caso en Stuttgart días antes de que un hedge fund pudiera demandar a la compañía por 195 millones de dólares (casi 170 millones de euros) en Londres. Porsche intentó evitar así las condiciones más exigentes de los tribunales de Reino Unido.