Se trata de un secreto a voces: los operadores de telefonía están teniendo enormes dificultades para captar nuevos clientes al mismo ritmo que despliegan fibra óptica. Y quizá esa no sea una necesidad, puesto que se trata de una inversión a largo plazo. Pero la realidad, como demuestran los resultados semestrales de Telefónica, es que el saldo neto entre altas y bajas es preocupante.
Según el informe presentado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para rendir cuentas de los primeros seis meses de 2018, la cifra total de clientes de banda ancha es de 6.032.000 millones de usuarios. La cifra representa un leve crecimiento del 0,2% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior.
El dato preocupante es que echando la vista al cierre del primer trimestre de 2016 el número de clientes de banda ancha era de 6.030.000 abonados. Prácticamente la misma cifra. Es decir, el saldo neto entre los clientes que se han ido y los nuevos que han llegado a la compañía es imperceptible. Pero es que retrocediendo hasta 2015, el dato era de 5,8 millones. Por lo que la progresión de los últimos años es plana.
La única noticia positiva para Telefónica es que la conversión de clientes del ADSL a la fibra sí avanza con buen ritmo. En 2016 los clientes de FTTH eran 2.675.000; mientras que en el primer semestre de este ejercicio la cifra se eleva hasta los 3.667.000. Esto significa que un millón más de clientes tienen recibos más altos, lo que la rentabilidad por cliente sigue en aumento.
De hecho, en el propio informe del operador azul indican que la estrategia sigue apalancada en los activos diferenciales que representan las ofertas convergentes. Y, además, cita su estrategia de “más por más” para elevar las facturas de sus abonados. Esto representa la subida de 5 euros cada pocos meses que hacen a los clientes por ofrecerles más velocidad o algún tipo de servicio adicional que no han solicitado.
LA TV DE TELEFÓNICA TAMPOCO DESPUNTA
Esta falta de nuevos clientes en la compañía provoca una reacción inmediata en los accesos de televisión. Y es que desde el primer semestre de 2015 tan solo ha habido 339.000 nuevos abonados. La cifra absoluta, que se aproxima a los 4 millones de clientes con servicios de televisión, muestra un crecimiento muy reducido. Algo, no obstante, que es la tónica del sector.
Ninguno de los grandes rivales de Telefónica está incorporando a su cartera de clientes de televisión un importante volumen de usuarios. Por eso, durante las próximas semanas será crucial la pelea comercial por la captación de abonados. Sobre todo con el fútbol de por medio.
Cabe destacar que tan solo Movistar y Orange tendrán las principales competiciones; mientras que Vodafone apenas cuenta con ocho partidos de LaLiga. Y esa será la carta que juegue Telefónica para aumentar su base de clientes de televisión; y, de manera paralela, los nuevos clientes de banda ancha. Porque estrujar la cartera de los antiguos clientes de la compañía tiene un límite.