La gestión del agua ahoga a los vecinos en Valladolid

El doble. Los jubilados de Valladolid (mayores de 65 años) tenían una bonificación del 50% en el recibo del agua. Pero en estas llegó el Ayuntamiento y decidió eliminar dicha gratificación. Por tanto, en 2017 pagaron la mitad, y en 2018 pagarán el doble.

Una medida que se tomó en el primer consejo de administración de la Entidad Pública Empresarial Local (EPEL) llamada Aquavall (Agua de Valladolid), creada el 1 de julio de 2017 tras la remunicipalización del servicio, llevada a cabo por el PSOE junto a Valladolid Toma la Palabra, y que barría de un plumazo a Agualid, la concesionaria durante las dos últimas décadas. A cambio, creó una nueva bonificación para familias con bajos ingresos.

Nueve de cada diez ciudadanos consideraban como buena la gestión anterior a la remunicipalización del agua

“En la práctica, económicamente, la repercusión de la bonificación anual a percibir por un jubilado mayor de 65 años sería de unos 12,5 euros al año. Si se tiene en cuenta que puede haber unos 12.000 hogares en Valladolid en esta situación, le supone a la EPEL unos 150.345 euros al año, mientras que la repercusión de la nueva bonificación es de 56.039 euros, de modo que se estaría recaudando potencialmente 94.306 euros más de personas con menos recursos”, denuncia el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada.

EL PRECIO DEL AGUA EN VALLADOLID

Los vecinos de Valladolid estaban contentos con la gestión que había del agua. De hecho, y según un estudio de Comunicación Imagen Opinión Pública (Cimop), nueve de cada diez consideraban buena la calidad del servicio.

Sólo uno de cada diez entrevistados reconocía haber tenido problemas con el suministro de agua, y la mitad consideraba que era barata. Respecto a su calidad, dos de cada tres la valoraba como buena o muy buena.

Otra encuesta, efectuada por Ipsos, revelaba que el suministro de agua era el servicio público mejor valorado de Valladolid (71% a favor). ¿Cuál era el aspecto más apreciado? La buena gestión con ausencia de cortes, presión y buen funcionamiento del contador (88%). A continuación, el servicio de alcantarillado (75%), y la calidad del agua suministrada (72%). Y, según Facua, Valladolid era la segunda ciudad donde el agua era más barata de España.

Otra pesadilla que han vivido los vallisoletanos después que se produjo la remunicipalización tiene que ver con la facturación. Recibidos duplicados, errores en las facturas y fallos de lectura con algunas de las incidencias, según el Instituto Coordenadas: “Se dispararon las quejas y reclamaciones por parte de los usuarios, que se sintieron en muchos casos desamparados y abandonados”.

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La respuesta por parte de Aquavall ha sido la externalización del servicio de lectura de contadores. ¿Adjudicatario? Sociedad de Fomento Agrícola Castellonense, Facsa, por 226.875  euros.

“Pero lo que más sospechoso es que, en 2017, se adjudicaron casi 58.000 euros a cuestiones informáticas mientras que la previsión de contratos de 2018 de Aquavall incluye una partida mucho más cara de 800.000 euros para contratación del servicio de aplicaciones varias para la gestión integral del agua durante dos años”, señalan desde el Instituto Coordenadas. Es decir, que lo han licitado dos veces porque la primera empresa no funcionó correctamente. Y concluyen: “Un salto más que considerable que pone en duda la gestión eficiente del dinero público en Valladolid”.