Sucedió un día como otro cualquiera. A las oficinas de AXA llegan los partes de 27 personas que, a causa de un fallo eléctrico, han visto como los alimentos que tenían en el congelador se han echado a perder. Todo normal, en principio. Sin embargo, en la aseguradora saltan las alarmas. La indemnización debe ingresarse en una misma cuenta corriente. El seguro está con la mosca detrás de la oreja.
“Hemos invertido más de tres millones de euros en herramientas tecnológicas. Se estima que su uso ayuda a detectar más de un 20% de los siniestros fraudulentos cuando hace tres años apenas suponían un 5%”, asegura Arturo López-Linares, director de Siniestros de AXA.
Un ingeniero de telecomunicaciones suplantó la identidad de 27 personas muertas para sacar 300 euros de cada una de ellas
¿Y cómo acabó la ‘película’? Gracias al uso de esta tecnología, se descubrió que detrás del fraude sólo había una persona, un ingeniero de telecomunicaciones que había conseguido los documentos de identidad de esas 27 personas… ¡que estaban muertas! La indemnización a la que tenía derecho era de 300 euros por cada una de ellas. En total, 8.100 euros.
“El año pasado evitamos pagos indemnizatorios fraudulentos en todos los ramos por un importe total de 62,7 millones de euros. La tasa de fraude en España aumentó hasta el 1,7%”, concreta Arturo López-Linares. Y añade: “El número de siniestros fraudulentos detectados fue de casi 20.000, de un total de un millón. La mayoría de los asegurados son honestos”.
El seguro se pone las pilas
La tecnología está siendo un gran aliado para las compañías aseguradoras. Gracias a ella se pudo detectar cómo otra persona incluyó una serie de fotos de su chalet para demostrar los daños que había sufrido. Con las pertinentes técnicas de análisis de las fotografías, se comprobó que eran antiguas, no del día en el que el asegurado dijo que se había producido el siniestro.
También se está poniendo ‘de moda’ destrozar el viejo teléfono móvil para, con la indemnización, pagarse el último modelo. “El año pasado se observó un repunte de los casos semanas antes del lanzamiento al mercado de dos nuevos modelos de smartphone. Los indicios que hicieron sospechar que se trataba de un fraude fue un exceso de daños en la descripción del siniestro, una contratación del seguro con posterioridad al siniestro, y un cambio de versión en la declaración”, puntualiza Arturo López-Linares.
La razón del despegue de este intento de estafa es que, según Rastreator, uno de cada cuatro españoles ya se considera adicto a este dispositivo. Es más, tres de cada cuatro aseguran no poder vivir sin él, y el 16% confiesa que comete la imprudencia de mirarlo mientras está conduciendo. De hecho, y por término medio, cada ciudadano lo usa de media unas tres horas y treinta minutos a diario.
¿Más madera? Las falsas intoxicaciones alimentarias que ‘sufrían’ los turistas que venían a España, procedentes sobre todo del Reino Unido. Una trama en la que estuvieron involucrados 77 despachos de abogados británicos que captaban a los ‘enfermos’ a la salida de los hoteles o en los aeropuertos.
De vuelta a casa, interponían la correspondiente demanda, y la ganaban porque el régimen jurídico británico es tan laxo que bastaba el recibo de haber comprado un medicamente para justificar la intoxicación. Y la indemnización se repartía de la siguiente manera: un 60% para el letrado, y un 40% para el turista. “El coste ha sido superior a los 60 millones de euros durante los tres últimos años”, matiza el representante de AXA. El hecho de que los plazos de prescripción eran de tres años, los gastos jurídicos desorbitados, y el impacto reputacional negativo, hacía que se llegase a un acuerdo lo más rápido posible.
También se han destapado otro nuevo fraude. Tal es el caso de usar pólizas de concesionarios de coches de manera inadecuada. ¿Cómo funciona? Una, o varias personas físicas, se dan de alta como profesionales de la venta de vehículos. Hasta aquí todo normal. Lo que sucede es que, a través de internet, lo que hacen es ofrecer seguros de auto a un menor precio pasando el vehículo de un tercero por un coche propio de su flota. “Esta contratación es fraudulenta porque las pólizas Global Concesionario únicamente dan cobertura a la Responsabilidad Civil básica de los vehículos de flota del concesionario, siempre que fuera conducido por personal autorizado, con limitación en un radio de kilómetros y en horario comercial”, especifica Arturo López-Linares.
Por ramos, auto sigue siendo el que concentra mayor porcentaje de fraude al seguro (60%). A continuación, multirriesgos (hogar, comercio y oficinas, y comunidades), con el 30%. El 10% restante es para transporte, industrias, salud, accidentes y vida. Por comunidades autónomas, Melilla, Murcia, Andalucía y Canarias ocupan lo más alto del podio, mientras que en el otro lado de la balanza se encuentran Madrid, País Vasco, Ceuta y Cataluña.
“De no haberse producido esta lucha, podría haber tenido un efecto directo en la prima”, anuncia Arturo López-Linares. Y eso hubiera tenido una incidencia en el precio final del seguro. ¿Cuánto? La prima habría aumentado un 5% en auto, y un 4% en hogar.