viernes, 13 diciembre 2024

Las películas chinas harán temblar a Hollywood

Adam Minter

Era 2007. El presidente de China, Xi Jinping, cenaba con el embajador de los Estados, quien le preguntaba al líder asiático si había alguna buena película últimamente. Xi respondía que tenía Banderas de nuestros padres, dirigida por Clint Eastwood, en su lista de pendientes.

Si bien Jinping admitía que le fascinaban las películas de la Segunda Guerra Mundial, hechas en Hollywood, porque son “grandiosas y voraces”, pensaba que las producciones chinas se preocupaban demasiado en “hablar de cosas malas en palacios imperiales”.

42% de la taquilla china en 2016 estuvo compuestas por películas extranjeras, la mayoría proveniente de los Estados Unidos

Si nos guiamos por lo que Jinping desea ver, entonces probablemente sea un fan de Wolf Warrior 2, que resalta el patriotismo chino y acaba de convertirse en la película de mayor recaudación de fondos en la historia del país asiático y el primer título local en entrar al top 100. Los cineastas chinos ahora buscan copiar el estilo patriótico de Hollywood, y Wolf Warrior 2 es demostración de su capacidad. Se trata de una buena noticia para el público del país asiático y una advertencia hacia Hollywood.

Desde que China abrió sus puertas al entretenimiento extranjero, Hollywood ha mantenido gran fortaleza entre su audiencia. En 2016, las películas internacionales -la mayoría originada en los Estados Unidos-, representaron el 42% de la taquilla china, a pesar de que el gobierno permite que solo 34 películas extranjeras se publiquen cada año, restringiendo las impopulares.

Lo cierto es que hay un hambre innegable de historias chinas bien contadas. Históricamente, dos factores han obstaculizado el cumplimiento de esa demanda. El negocio cinematográfico se ha retrasado mucho en China respecto a los estándares de Hollywood: desde efectos especiales hasta coreografías de escenas de persecución, pero la incertidumbre política ha llevado a que los cineastas se censuren. Los resultados han derivado en películas que no se veían bien, ni contaron historias convincentes.

Varias comedias chinas han triunfado gracias a su humor locales, buenas producciones y gustos de la clase media

Recientemente, esto ha cambiado. Los cineastas locales han encontrado géneros que pueden explotar sin interferir con la censura gubernamental, y sus habilidades de contar historias han mejorado conforme lo hacían sus presupuestos, y se exponían a más películas de Hollywood. Varias comedias chinas, por ejemplo, se han convertido en grandes éxitos, impulsadas por un humor con sabor local, buenos valores de producción y temas que tocan los gustos de la clase media.

Por más satisfactorio que haya sido el éxito, los estudios chinos han fracasado en su mayoría con un premio mayor: hacer películas de acción de gran presupuesto que puedan competir con las grandes taquillas hollywodenses.

No es por falta de intentos. En 2016, el director más famoso de China dirigió La Gran Muralla, una coproducción entre China y Estados Unidos de 150 millones de dólares (127,5 millones de euros), en la que Matt Damon defiende la muralla china de monstruos hechos por ordenador.

El intento fracasó, tanto en la crítica como en los cines. El esfuerzo buscaba incluir “elementos chinos”, pero lo hizo con torpeza.

A medida que las producciones chinas sean mejores, recuperarán gran parte de lo que Hollywood viene perdiendo en taquillas

Muchos en Hollywood seguramente esperaban que Wolf Warrior 2 se convirtiera en un fracaso similar. La historia sigue a Leng Feng, un exsoldado caprichoso que bebe en exceso, en parte para sofocar el dolor de la pérdida de su novia presuntamente muerta. En el curso de la película, encuentra un propósito, patriotismo y redención, debido al rescate de un hombre que desafía a la muerte a ciudadanos chinos atrapados en un país africano. Si bien se trata de un cliché, en China, donde los militares son tratados como patriotas unidimensionales, Leng se convirtió en una revolución cinematográfica.

Wu Jing, la estrella de la película y director, no niega que los elementos de la trama sean inspirados por películas estadounidenses. “¿Por qué no puedo hacer películas que promuevan el espíritu chino? Hace algunos años, probablemente podría no haberlo hecho”, pero ahora planea Wolf Warrior 3.

Los cineastas de China aprovechan una ventaja al comprender el estado de ánimo de las audiencias locales. A medida que mejoran, probablemente puedan recuperar parte de lo que Hollywood ha perdido en taquilla. Para Hollywood, esto es signo de una floreciente competencia, pero también una oportunidad para ser creativos y tomar en serio a la audiencia asiática.


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