Trabajan en servicio para descargar películas a semanas del estreno en cine

Los estudios de cine están considerando si ignorar las objeciones de las cadenas y seguir adelante con un plan para alquilar películas digitales, apenas un par de semanas después de su estreno en las salas.

Warner Bross y Universal Pictures, dos de los mayores impulsores, siguen en conversaciones con Apple y Comcast, para llevar adelante el proyecto, incluso sin las cadenas de cine. Tras meses de negociaciones, las dos partes han sido incapaces de llegar a un acuerdo para crear un producto premium de 25 a 42 euros para descargar películas, según fuentes anónimas cercanas a las discusiones.

Los principales estudios de Hollywood, a excepción de Walt Disney, están ansiosos por introducir un nuevo producto para compensar la caída en las ventas de DVDs en la era de Netflix. Se ha discutido compartir una división en los ingresos de la “prima de vídeo bajo demanda” con las cadenas de cine si dan su bendición al proyecto, pero los últimos quieren que el compromiso dure 10 años de pago por esos ingresos, cuestión que los estudios han rechazado.

Las acciones de los principales circuitos de cine como AMC han sido golpeados desde que empezó 2017

Los acuerdos con distribuidores potenciales como Apple o Comcast podrían ser alcanzados a principios de 2018 para vender descargas digitales de las principales películas dos semanas después de su debut en las salas de cine, según la fuente anónima.

Los pactos darían a los estudios una forma de emitir un ultimátum a las cadenas de teatro. Si no dan su visto bueno a la operación, empezarán a vender las descargas de películas de todos modos, pero las cadenas de cine podrían resistirse y boicotear películas programadas para su venta vía descarga días después de su debut.

Como consecuencia de este conflicto, las acciones de tres de las mayores cadenas de cine cayeron este viernes. AMC descendió 4,2% hasta 10,73 euros, Regal Entertainment bajó 4,3% a 13,36 euros y Cinemark Holdings retrocedió 2,6% a 29,52 euros, en Nueva York.

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Algunos de los ejecutivos de estudios han tomado posturas menos agresiva y no quieren luchar contra quienes aún ejercer un enorme poder sobre la industria. Los estudios y las cadenas de cine deben negociar de forma independiente debido a las normas antimonopolio.

De todos modos, es probable que la escalada en las tensiones alimente las preocupaciones de los inversores sobre la industria cinematográfica, ya que más espectadores encuentran razones para quedarse en casa. Las acciones de los principales circuitos de cine como AMC han sido golpeados desde que empezó 2017 por la incertidumbre alrededor de estas conversaciones, así como el descenso de 12% que sufre la taquilla durante verano. Hasta el 13 de agosto, la venta de entradas al cine cayó 4,1%, según ComScore.

La venta de la exclusividad sobre nuevas películas es complicada, en parte porque los directores y los actores más grandes de Hollywood valoran más a la gran pantalla que a la televisión. Sin embargo, la industria ha permitido que el período de exclusividad se redujera de seis a tres meses para su venta en DVD.

ANALISTAS creen que es imposible alcanzar un acuerdo antes de 2018

La reciente decisión de Walt Disney de crear su servicio de streaming para sus películas es un guiño más ante la creciente demanda para ver películas en casa, cuestión que aumenta la presión para llegar a un acuerdo con los estudios. Las distribuidoras argumentan que vender descargas les permitiría capitalizar lo que ganan los cines en sus aperturas de fines de semana.

Caída de acciones

Las cadenas de cine han minimizado la severidad de esta amenaza, incluso cuando las acciones del sector se desploman. Adam Aron, director ejecutivo de AMC, pasó “días  dedicado a reunirse con inversores” a mediados de mayo, según contó a analistas a principios de agosto durante la presentación de resultados trimestrales.

Lo cierto es que Aron celebró “reuniones de emergencia” con otros estudios sobre este tema durante los últimos dos meses y llegó a la conclusión de que no había consenso alguno y no era posible alcanzar un trato en los Estados Unidos antes de finalizar 2017.

Sostienen que 50% de los ingresos de una película provienen de su estadía en los cine

Amy Miles, presidenta ejecutiva de Regal, leyó en voz alta un artículo del New York Times que afirmaba que la necesidad de alcanzar un acuerdo respecto a la “prima de vídeo bajo demanda” era urgente por la disminución en las ventas de DVDs. Este artículo se publicó en 2010. “Aquí estamos siete años después, todavía discutiendo la urgencia de un servicio premium. No hay consenso entre los socios de los estudios”.

Diversos enfoques

No hay consenso, pero las conversaciones continúan. Los términos que se discuten varían entre cada estudio y cada cadena de cine, con conversaciones centradas en la posibilidad de descargar películas unos 17 días después de su debut en cines, por unos 42 euros, o de cuatro a seis semanas después de su lanzamiento por 25 euros.

Otra posibilidad es experimentar primero con un lanzamiento fuera de los Estados Unidos, el mayor mercado de entretenimiento en el hogar, según una de las fuentes.

Alrededor del 50% de los ingresos de una película provienen de su estadía en los cine, puestos en peligro bajo este sistema, pero los estudios han dicho que este porcentaje ha crecido dada el colapso de ventas en DVD. En la primera mitad de 2017, las ventas de DVDs cayeron 10%, según un investigador respaldado por la firma DEG. Los alquileres de DVD de las tiendas también cayeron 20% interanual, mientras que las ventas digitales subieron 8%.

Disney no está interesada en participar en estas discusiones porque cree en su estrategia de enfocarse en su propio servicio. Pequeños productores como Lions Gate Entertainment, detrás de la franquicia de “Los Juegos del Hambre”, esperan se dé un acuerdo. Su presidente ejecutivo, Jon Feltheimer, cree que esto ocurrirá en los próximos 12 meses. “Espero que suceda. Sería genial para el negocio”.