Las zonas de control y vigilancia en los aeropuertos siempre han sido un tedio para los viajeros. El cinturón, los zapatos, los dichosos líquidos… un engorro como parte del proceso. Pero lo que están viviendo estos días en el aeropuerto de El Prat en Barcelona, debido a la huelga de los trabajadores de Eulen, empresa que se encarga de prestar estos servicios, está provocando colas kilométricas y hartazgo.
Y la peor noticia para quienes tendrán que pasar por Barcelona durante los próximos días es que el conflicto sigue igual de enquistado, y los trabajadores de Eulen no tienen previsto recular de manera inminente.
Esas, al menos, son las últimas novedades que llegan desde El Prat. Este viernes, con la Generalitat como parte activa en la mediación, en la que además ha participado el gestor aeroportuario Aena, el conflicto sigue sin solución. Ninguna de las contraofertas presentadas a los trabajadores ha satisfecho.
De este modo, tras la reunión en el departamento de Trabajo, que duró cerca de nueve horas, el abogado del comité de huelga, Leopoldo García, expuso que la propuesta de Eulen no da respuesta «a ninguno de los puntos» más destacados de «la tabla reivindicativa elaborada por la asamblea de trabajadores», por lo que no pueden apoyarla.
Un verano duro para El Prat
La situación, lejos de salir del agujero actual tiene visos de alargarse. Un ejemplo, como ha destacado el abogado, es que una de las condiciones que los trabajadores pusieron para desconvocar la huelga era que la empresa retirase la demanda por huelga ilegal, algo que no ha hecho, por lo que se celebrará un juicio por este asunto el 9 de agosto en el juzgado de lo social número 9 de Barcelona.
Asimismo, la pelota parece estar en el tejado de Eulen, que se ha limitado a comprometerse a «estudiar y valorar» las propuestas de los trabajadores, sobre todo aquellas referentes a «la incongruencia entre la carga de trabajo y la dimensión de la plantilla». Punto que ha llevado a los paros y que son la principal reivindicación.
Bajo este contexto, los próximos paros parciales están convocados para los días 6, 7, 11 y 13 de agosto, mientras que a partir del día 14 la plantilla intensificará su protesta y llevará a cabo una huelga indefinida de 24 horas.
Todo esto se suma a los actos vandálicos que se están produciendo en Barcelona (y otros puntos de España) que tienen como objetivo los puntos turísticos. Lo cual está provocando una imagen de rechazo al exterior de la cual la ‘marca España’ puede quedar notablemente dañada.