Lo que pasó ayer en la clausura del Congreso del PSOE andaluz en el que ha salido reelegida como secretaria general Susana Díaz, tiene una enorme trascendencia, porque se puso de manifiesto la tremenda brecha que en estos momentos divide al PSOE: por un lado, la dirección de Ferraz dispuesta a replantear el modelo de Estado y, por otro, el PSOE de siempre que, bajo ninguna circunstancia, quiere que eso ocurra en los términos en los que plantea Sánchez, es decir, el de la España plurinacional.
Pero la realidad es que el equipo de Sánchez ya ha empezado a moverse en esa dirección, y recaba apoyos para intentar llevar adelante su propuesta. Fuentes de Ciudadanos reconocieron a Merca2 que recientemente la portavoz socialista, Margarita Robles, se dirigió su homólogo del partido de Rivera, José Manuel Villegas, para decirle que el PSOE va a proponer una reforma del artículo 2 de la Constitución Española con el fin de que en el mismo encaje el concepto de España como una nación de naciones.
El artículo 2 de la CE dice lo siguiente: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas”. La reforma del mismo supondría una auténtica revolución constitucional, y desde luego chocaría con la oposición del PP y Ciudadanos que se oponen radicalmente a esa propuesta.
Pero lo cierto es que la intención de Sánchez va más allá: lo que pretende es ampararse en el rechazo de populares y riveristas para decir a su partido que no le queda más remedio que buscar otros apoyos, es decir, los de Podemos y los partidos nacionalistas.
Y eso implicaría, de facto, una moción de censura a Rajoy apoyada por todos esos grupos y la probable abstención del PNV. Ahora bien, la cuestión está en si el propio PSOE sería capaz de secundar una iniciativa como esa o si, por el contrario, la ‘oposición’ interna a Sánchez rompería la baraja causando una fractura definitiva en el Partido Socialista.