Para el segundo trimestre del año 2016, el Ayuntamiento de Barcelona notificó que iniciaría la implantación del Plan Urbano de SuperBlock en 2017, con una inversión inicial calculada en los diez millones de euros, los cuales se ajustarían a diversas acciones a realizar en los distritos de Sant Martí, Eixample, Gràcia, y en áreas de ámbito local en los barrios de Horta, Sant Andreu, Prosperitat y Sant Gervasi.
De esta manera, a través de una rueda de prensa la teniente de Urbanismo, Janet Sanz, confirmó que durante el actual mandato se desarrollarían una serie de acciones que buscan reducir el tráfico de vehículos privados, al mismo tiempo que fomentan y protegen la circulación peatonal de los ciudadanos aledaños a las zonas en las cuales se implantarán los bloques correspondientes. Igualmente, mencionó que dicho plan estará integrado por dos fases, durante la primera se pondrían en marcha algunas medidas transitorias y variables, de fácil y rápida ejecución para notar cómo se aprovecharía el espacio que dejaría la restricción del paso vehicular. Y durante la segunda, se procedería a expandir el programa tomando en consideración las observaciones obtenidas durante la primera fase, para aplicar las mejoras correspondientes.
Con estas medidas, se busca recuperar espacios en una ciudad que tiene una densidad de población tan alta como Barcelona, y eso se logra al reducir la circulación vehicular. Por ello, durante el mes de septiembre que se celebró el día sin coche – lo cual consiste en determinar un área de la ciudad que permanecerá cerrada al tráfico y libre para los peatones, que regularmente transitan en bicicletas – fue el momento perfecto para visualizar cómo se vería la ciudad sin el traslado de los vehículos privados, así que en ese mes, colocaron en marcha ciertas acciones que integran el plan inicial del proyecto SuperBlock, del cual se considera al urbanista Salvador Rueda, como el «alma mater».
De esta manera, el programa: «llenamos de vida las calles. La implantación de las supermanzanas en Barcelona», se enmarca en un proceso incesante de mejora y evolución del espacio público, con la finalidad de lograr más espacios verdes, reducir los altos niveles de contaminación y ruido ambiental. Por ende, los SuperBlock (como se le conoce entre los ciudadanos) procuran alternar la distribución del espacio público entre vehículos y personas, dando prioridad al peatón y favoreciendo la movilidad sostenible, a medida que se incentiva el uso del transporte público y los caminos a pie.
En este sentido, la participación ciudadana tiene presencia a lo largo de todo el programa, desde la diagnosis hasta la ejecución de las actuaciones, pues, forman parte importante del proyecto de SuperBlock, dado que, serán los primeros beneficiados y afectados por las nuevas medidas. Por esta razón, desde el inicio se determinó que el programa estaría repleto de la implicación de vecinos, entidades y colectivos, así como de expertos y técnicos del Ayuntamiento de Barcelona. De este modo, la participación estaría abierta a todas las personas interesadas mediante encuentros, actividades y talleres, con la finalidad de acelerar el proceso de asimilación en la ciudad,
Así, el plan de los SuperBlock se inició en el barrio El Poblenou de Barcelona, en el cual se instaló un «superbloque», el cinco de septiembre del año 2016, obligando a los conductores a ir alrededor del exterior. Tal como se muestra, en la siguiente imagen.
¿Cómo ha sentado a los vecinos la propuesta de SuperBlock?
Sin embargo, la medida no fue aceptada por todos los aledaños a la zona. Y es que, el 15 de enero del presente año, algunos residentes salieron a las calles a protestar en contra del bloque instalado, alegando que con él, el traslado al centro de la ciudad será más complicado. Igualmente, refutaron el hecho de que no les fue notificado con suficiente tiempo sobre la medida a implementar, mientras que, las empresas también se unieron a la protesta argumentando que los bloques dificultarían sus procesos comerciales, específicamente, aquellos que involucran cargas y descargas de materiales y/o productos. Su molestia se incrementó aún más, cuando se les comunicó que solo los conductores locales podrían circular libremente por la zona (a baja velocidad), mientras que el resto, tiene una orden prohibitiva, acentuándose la protesta en las calles de Barcelona. Entonces, las vías quedaron establecidas de la siguiente manera:
Aunado a ello, el Directo del proyecto, Salvador Rueda, opina al respecto que los cambios no se asimilan de la noche a la mañana. Por ello, la existencia de los SuperBlock tomará tiempo en ser aceptada por la totalidad de la población. Denotando, además, que no es el primer bloque instalado en la ciudad, pues, a mediados del año 1993, fue instalado uno cercano a una iglesia histórica del centro de la ciudad. Y con él, los altos índices de contaminación atmosférica descendieron con el paso de los años, así como el transporte público ganó más presencia en las ciudades.