domingo, 15 diciembre 2024

El amor te une tanto que acabarás pareciéndote a tu pareja

Los polos opuestos se atraen, o eso es lo que siempre nos han hecho creer en cuestiones de amor, ¿No es cierto? Pues bien, parece ser que esto no es totalmente cierto y que en el amor no siempre se atraen personalidades completamente diferentes. Si miráis a vuestro alrededor, veréis como las personas suelen escoger a compañeros de vida con gustos similares a los suyos y que eso de los polos opuestos es una cuestión de películas. Además, también se suele escoger a una pareja con el mismo nivel educativo y con un peso y una estatura muy similar.

Esto es lo que se puede observar a simple vista y lo que afirman los científicos, ya que un nuevo estudio publicado en Nature Human Behavior ha deducido que cuando se escoge a una pareja se buscan, de forma inconsciente, rasgos genéticos muy similares a los propios, por lo que el parecido, tanto físicamente como en personalidad, es inevitable.

Para realizar este estudio, los científicos de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, decidieron analizar la presencia de algunos genes concretos relacionados con rasgos físicos en una enorme base de datos. A partir de ahí, rastrearon las secuencias genéticas que estaban relacionadas con rasgos físicos, como la altura o el índice de masa corporal, de un total de 24.000 personas. Al hacer esto, los investigadores usaron esta información genética para predecir el aspecto físico de las parejas de cada una de estas personas.

El mecanismo de elección de pareja en el ser humano es totalmente selectivo, se busca a una persona afín.

Sorprendentemente, los científicos lograron averiguar en parte una relación estadística entre los marcadores genéticos en cuanto a las alturas de las parejas. En cuanto al índice de masa corporal, la relación estadística fue mucho más débil que en la altura, pero también fue significativa a nivel de estadística.

La conclusión que se ha sacado es que el mecanismo de elección de pareja en humanos es totalmente selectivo y no se da al azar como en otras especies. Los humanos eligen a un compañero de vida con características similares a las suyas, al igual que ocurre con, por ejemplo, los pájaros azules del Este. Estos pájaros también tienen un mecanismo selectivo que les hace emparejarse con pájaros que tienen el mismo color de plumaje, es decir, los azules oscuros con los oscuros y los azules claros con los claros.

También se analizaron los marcadores genéticos relacionados con el nivel educativo y se encontró una relación similar en las parejas. Esto demuestra, una vez más, que las personas tienden a buscar individuos que compartan sus mismos intereses y aficiones, o al menos la mayor parte, para formalizar una relación.

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La pregunta es, ¿Afecta esto al ser humano? La respuesta es sí, afecta a la arquitectura del genoma humano ya que, si las personas altas deciden tener hijos con otras personas altas, probablemente sus hijos también sean altos. La selección permite que ciertos rasgos físicos sean heredaros y, según este estudio, es uno de los motivos por los cuales ocurre esta selección, la reproducción.

Por el momento no se han analizado más marcadores genéticos, pero los investigadores quieren saber más acerca de cómo se escogen las parejas. Por ello, ahora quieren analizar otro tipo de rasgos como, por ejemplo, las preferencias políticas o el coeficiente intelectual, para conocer todas las tendencias relacionadas con las relaciones de pareja.


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