Así te seducen Alcampo o Carrefour para fundir tu bolsillo

Centro Comercial Nassica (Getafe). Entre la variada oferta de establecimientos, Carrefour. Con una superficie de 7.000 metros cuadrados, el surtido con el que se encuentra el cliente es de lo más variado: desde taller de bicicletas a montaje de neumáticos, pasando por la parafarmacia o los platos preparados. ¿La guinda? Wifi gratis.

A pocos kilómetros de allí, en la misma localidad madrileña, concretamente en el sector III, Alcampo tiene uno de sus centros. Ya sea usuario de uno o de otro, una vez que dé el paso de adentrarse en ellos, acabará siendo seducido por los múltiples ‘encantos’ que ambas cadenas pondrán en su recorrido.

Un caminar que arrancará siempre a la derecha de las cajas conforme usted entra. ¿Por qué? Porque, por norma general, solemos girar como las agujas del reloj, de izquierda a derecha. Si nos ‘tapan’ esa salida, nos desorientamos. Al girar hacia la izquierda, se abre ante nuestros ojos un mundo nuevo.

Las promociones son el primer ‘caramelo’ que nos regalan para hacernos creer que el resto de productos son apetecibles de comprar

¿Y qué es lo primero que se va a encontrar? Con las promociones. Ya sea en Carrefour (3×2, por ejemplo), o en Alcampo (25 días de Alcampo), nada más introducirse en sus pasillos tendrá la necesidad de echar al carro esas ofertas irresistibles.

Ahí comenzará a llenar esos carros que parecen idóneos para una mudanza de su casa dada la capacidad que tienen. ¿Y sí prefiere otro más pequeño? También lo tendrá, pero a diferencia de épocas pasadas, son más altos, para que quepan más cosas.

CARREFOUR Y LA ALIMENTACIÓN

El principal motivo que nos lleva a un supermercado, en la mayoría de las ocasiones, no es adquirir unos neumáticos, un televisor o un ordenador. Lo habitual es que vayamos a un Carrefour o a un Alcampo a llenar la cesta de la compra.

Tras las ofertas, no espere encontrar la sección dedicada a alimentación. Antes de llegar a ella, habrá que pasar, sí o sí, por los espacios dedicados al tiempo libre, automoción, droguería, perfumería, ropa, ocio…  O los artículos propios de la época.

Por ejemplo, en invierno, junto a las ofertas encontrará un amplio catálogo de juguetes y productos de Navidad (acompañado por una banda sonora de villancicos que levantarán su ánimo festivo y sus deseos de comprar turrones o mazapanes). En verano, todo lo relacionado con la jardinería o las actividades al aire libre como tiendas de campaña, barbacoas… En San Valentín, ramos de flores, cajas de regalo, perfumes, o todo aquello que él o ella se merecen.

De esta manera, cuando llegue a la fruta, la verdura, la carne o el pescado, las bebidas refrescantes, el embutido o las pizzas, es posible que el carro ya esté medio lleno porque habrá recorrido unos cuantos metros dentro del establecimiento. ¿Satisfecho? Mucho, porque en el mismo están los chollos, y eso significa ahorro de dinero. ¿O no? Lo más seguro es que no; si hubiese realizado una lista de la compra, una gran mayoría no estarían en el mismo.

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¿Más hechizos? Para que no pase de largo, los productos más ‘golosos’ estarán siempre a la altura de sus ojos. También los más caros. Por ejemplo, en una gama de aceites de oliva, los más baratos estarán ‘a sus pies’, o tendrá que estirar el cuello cual jirafa para verlos. Otra cosa es que esa garrafa de cinco litros pueda bajarla con sus propias manos. Entonces, o pide ayuda, u opta por adquirir el producto de la competencia un poco menos económico.

Si es un cliente habitual, Carrefour o Alcampo jugarán con usted de vez en cuando al gato y al ratón, por definirlo de alguna manera. Si los cereales están entre las latas de conserva y el pan de molde, un día se llevará la sorpresa del cambio de su ubicación. Con ello lo que consiguen es que siga caminando entre sus estanterías buscando lo que necesita y, de paso, se fije en otros productos, en los que no había pensado, pero que acabarán en su casa.

Más al fondo también es posible que se encuentre los llamados productos ecológicos. O los propios de un determinado país (Colombia, Rumanía…) cuya comunidad en la zona sea más que representativa. Un panal de rica miel para estas personas que, antes de echarlos en la cesta, se habrán recorrido medio supermercado para adquirir esa marca que le trae recuerdos de su país.

Para concluir, si usted es goloso, amante de las chucherías, o va acompañado de niños, Carrefour o Alcampo le tienen preparada una última sorpresa. Esperando llegar a la caja, en la denominada como fila única, tendrá al alcance de su mano, y de la vista de sus peques, chicles, regaliz, gominolas, chocolatinas, o botellas de agua con sus personajes favoritos como Frozen o Darth Vader. Las pilas también están disponibles en estos metros finales.

“¿Echamos esto?”. ¿Cuántas veces ha pronunciado esta frase o le han hecho la pregunta a usted? Infinidad. Y la respuesta suele ser: “Échalo, ya vamos cargados”. O “ya que estamos aquí”. Nada está puesto al azar en un supermercado como Carrefour o Alcampo. Le harán dar vueltas y más vueltas. Si hay poca gente, la música será tranquila. No tenga prisa. Relájese. Si es ‘hora punta’, la música será más dinámica porque hay que acelerar el ritmo de compra. La premisa es sencilla: cuanto más tiempo pase, más se gastará.