El primer dibujo de Miguel Ángel sale a la venta por dos millones de euros. El mundo del arte se ha visto sacudido por la reciente subasta del primer dibujo conocido de Miguel Ángel, que ha sido valorado en la asombrosa cifra de dos millones de euros. Este hallazgo no solo resalta la maestría del célebre artista renacentista, sino que también ofrece una ventana fascinante a su juventud y formación. El dibujo, titulado «El Estudio de Júpiter», es una obra que data de 1489, cuando Miguel Ángel contaba apenas 15 años. En ese tiempo, estaba bajo la tutela del renombrado maestro Domenico Ghirlandaio, donde comenzó a pulir su talento innato.
Se llama “El Estudio de Júpiter” y estuvo mal catalogado por un tiempo
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La importancia de esta obra trasciende su valor monetario; se trata de un testimonio palpable del genio en ciernes que más tarde revolucionaría el arte con obras maestras como la Capilla Sixtina y la escultura de David. «El Estudio de Júpiter» no solo captura la esencia del dios romano, sino que también refleja la influencia del Renacimiento en la concepción del arte, donde la anatomía humana y la expresión emocional comenzaban a cobrar un protagonismo sin precedentes.
La subasta de esta pieza única no solo atraerá a coleccionistas y amantes del arte, sino que también generará un renovado interés en la vida y obra de Miguel Ángel y de artistas contemporáneos a él como Leonardo Da Vinci. Este evento subraya cómo el arte, incluso siglos después de su creación, sigue siendo un objeto de deseo y admiración, capaz de conectar a las generaciones pasadas con las presentes. Con el telón de fondo de un mercado del arte en constante evolución, la venta de «El Estudio de Júpiter» promete ser un hito que marcará el rumbo de futuras transacciones artísticas, al tiempo que reafirma la relevancia de Miguel Ángel en la historia del arte.
El legado de Miguel Ángel, uno de los grandes renacentistas

A medida que nos adentramos en este fascinante relato, exploraremos el contexto histórico de la obra, su impacto en el legado del artista Miguel Ángel y lo que significa para el mercado del arte contemporáneo. La historia de este dibujo no es solo la historia de un objeto, sino la historia de un joven prodigio que, con su talento y visión, cambiaría el curso del arte para siempre.
En el año 2019, el reconocido historiador del arte Timothy Clifford, quien dirigió las Galerías Nacionales de Escocia entre 1984 y 2006, hizo un anuncio que resonó con fuerza en el ámbito artístico: el hallazgo de la primera obra conocida de Miguel Ángel. Este descubrimiento, que se conoció inicialmente como «El hombre sentado», ha desafiado las nociones preestablecidas sobre la juventud del maestro renacentista, generando un gran revuelo en la comunidad artística.
La juventud de un genio

Se ha establecido que este dibujo fue creado por Miguel Ángel cuando apenas tenía 15 años, aunque en un principio se mencionó que podría haberlo realizado incluso a los 12. Esta obra representa un vistazo fascinante a la etapa formativa de un artista que más tarde se convertiría en un ícono del Renacimiento. La presentación de esta pieza en el mercado ha capturado la atención de coleccionistas y amantes del arte por igual.
Recientemente, la galería londinense Dickinson exhibió «El estudio de Júpiter» en la Bienal Internacional de Anticuarios de Florencia, con un precio de salida de dos millones de euros. Este evento marcó un hito en la historia del arte, ya que la obra no solo es un testimonio del talento precoz de Miguel Ángel, sino también un objeto de deseo en el competitivo mercado del arte contemporáneo.
Un dibujo de gran valor histórico

El boceto, realizado en dos tonos de tinta marrón, presenta el perfil de un hombre vestido con una toga, sentado y mirando hacia la izquierda. Su mano derecha está extendida hacia adelante, mientras que en la izquierda sostiene un bastón que reposa sobre sus rodillas. Esta figura se inspira en una estatua de mármol romano, concretamente un Júpiter entronizado del siglo II d.C., que pertenecía a la colección del comerciante Giovanni Ciampolini en Roma a finales del siglo XV.
Es interesante notar que, aunque «El estudio de Júpiter» fue adquirido en una subasta en París en 1989, su procedencia era desconocida en ese momento, ya que pertenecía a «una mano anónima». La obra fue restaurada, añadiendo la parte superior del cuerpo de la figura, y actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Esta rica historia añade un nivel adicional de interés y valor a la obra, convirtiéndola en un objeto de estudio y admiración.
Un legado que continúa

El descubrimiento de esta obra no solo ilumina la juventud de Miguel Ángel, sino que también resalta la relevancia continua del arte renacentista en la actualidad. A medida que «El estudio de Júpiter» entra en el mercado, se abre un nuevo capítulo en la apreciación del legado de uno de los más grandes artistas de la historia. Este evento no solo es un testimonio del talento excepcional de Miguel Ángel, sino también una celebración del arte en su forma más pura, que sigue inspirando y fascinando a las generaciones presentes y futuras.
La fascinante historia detrás del dibujo de Júpiter: un tesoro de Miguel Ángel

Un joven artista en el taller de Ghirlandaio. A finales del siglo XV, Florencia se convirtió en el epicentro del Renacimiento, y en este vibrante entorno, muchos estudiosos han coincidido en que el autor de un notable dibujo debía ser un joven aprendiz en el taller de Domenico Ghirlandaio.
Este taller no solo fue un lugar de aprendizaje, sino también un crisol de talentos donde se formaron artistas como Andrea del Verrocchio, Sandro Botticelli y los hermanos Pollaiuolo, entre otros. Entre estos talentosos aprendices se encontraba Miguel Ángel, quien, durante este tiempo, recibió la protección y el mecenazgo de Lorenzo de Médici, una figura clave en la promoción del arte y la cultura de la época.
La importancia del dibujo en el desarrollo artístico
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El dibujo, que ha sido catalogado como la obra sobre papel más antigua del célebre arquitecto y escultor italiano, no solo es un testimonio de su habilidad precoz, sino también una ventana a la fascinación que existía en ese momento por la escultura.
Aunque no es el primer dibujo que representa a Júpiter entronizado, su singularidad radica en que no es una copia exacta de la escultura original. Esto sugiere que Miguel Ángel no se limitó a replicar lo que veía, sino que se inspiró en otros dibujos que, a su vez, representaban la famosa escultura.
Influencias y aprendizaje

Giorgio Vasari, un contemporáneo de Miguel Ángel, escribió sobre cómo el joven artista aprendió a través del estudio de los dibujos de Ghirlandaio. Este proceso de aprendizaje le permitió no solo copiar, sino también apreciar y analizar las obras de maestros como Giotto y Masaccio. Desde sus inicios, Miguel Ángel demostró ser un copista excepcional, capaz de imitar la técnica de su maestro con una habilidad notable.
Cuando el actual propietario adquirió el dibujo hace más de treinta años, su historia era un misterio. Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que la obra se originó en el taller de Ghirlandaio, aunque inicialmente se le atribuyó a otros artistas, incluyendo al propio Domenico y a Fra’ Bartolomeo. La conexión entre este dibujo y la obra temprana de Miguel Ángel fue establecida por Miles Chapell, un experto en los dibujos florentinos de los siglos XV y XVI.
Elementos clave para la atribución

La atribución de la obra a Miguel Ángel se basa en varios factores esenciales, como se detalla en Finestre sull’Arte. El tema, los materiales utilizados y el estilo del dibujo son coherentes con lo que conocemos de las primeras etapas de la carrera de Miguel Ángel. El uso de dos tonos de tinta marrón, por ejemplo, es una técnica que él empleó con frecuencia, a diferencia de los dibujos de Ghirlandaio.
Durante el proceso de conservación, se descubrió que el dibujo había sido cortado de una hoja más grande, que probablemente contenía otros bocetos y estudios. Además, el borde derecho irregular mostraba signos de rasgaduras, sugiriendo que el dibujo había sufrido problemas de humedad a lo largo de su historia. Esta revelación añade una capa adicional de interés a la obra, ya que nos permite vislumbrar su recorrido a través del tiempo.
La obsesión por «El Estudio de Júpiter»

Desde su descubrimiento en 2019, «El Estudio de Júpiter» ha capturado la atención de coleccionistas y críticos debido a su extrema rareza. Miguel Ángel fue conocido por destruir la mayoría de sus dibujos, y aunque aproximadamente 600 de ellos han sobrevivido, cada vez que uno de sus trabajos llega al mercado, genera una gran expectación.
Aunque la demanda por esta obra puede ser menor en comparación con otros dibujos que han alcanzado precios exorbitantes en subastas recientes, como uno que superó los 23 millones de euros en 2022, «El Estudio de Júpiter» sigue siendo una pieza valiosa, con un precio de 2 millones de euros, lista para revolucionar el mercado.
Un legado que perdura

La historia de este dibujo no solo resalta la genialidad de Miguel Ángel desde una edad temprana, sino que también refleja la rica tradición artística de Florencia durante el Renacimiento. A medida que el interés por «El Estudio de Júpiter» crece, se reafirma la importancia de preservar y estudiar las obras de este maestro, cuyas contribuciones al arte continúan resonando en la actualidad. Este descubrimiento no solo enriquece nuestra comprensión del artista, sino que también subraya la relevancia del arte en la cultura contemporánea.





























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