Te creías a salvo frenando justo antes del radar, ¿verdad? Esa maniobra de última hora que hacías con el corazón en un puño, pensando que eras el más listo de la carretera, ahora puede jugarte una mala pasada.
Bueno, pues atención: la DGT ha ido perfeccionando sus sistemas y ya no basta con un frenazo exprés para librarte de la sanción. A partir de ahora, olvídate de creer que un simple gesto te salvará; hay nuevas reglas en juego y conviene escucharlas.
¿Por qué el frenazo ya no basta?

Durante años, bastaba con pisar el freno un segundo antes de llegar al aparatit y te librabas. Era casi un arte estudiado en conversaciones de sobremesa y cafés improvisados.
Sin embargo, esa táctica está perdiendo eficacia. Ahora el truco de frenar en seco se ve de lejos y puede salirte muy caro si te pillan, porque las máquinas han ganado un sexto sentido para detectar cuándo vas a tope y cuándo simplemente malabarismos de velocidad.
Nuevo enemigo al acecho en carretera según la DGT

Aunque no lo percibas, un nuevo enemigo te observa más allá del punto exacto donde creías seguro. La evolución tecnológica no descansa, y los sistemas tradicionales quedaron anticuados.
Y, sin embargo, no es ciencia ficción: esas torres grises que ves al borde de la calzada forman parte de un entramado que vigila tu ritmo de conducción, no solo tu velocidad punta. Así que, aunque no aceleres peligrosamente, las irregularidades te pueden costar un pico.
Descubre el truco secreto

Hasta ahora no te lo habían contado, pero hay un sistema secreto que suma sensores para vigilar cada cambio de marcha. No solo te cazan sobrepasando el límite, también te miden en los instantes previos.
Resulta que, en vez de un único radar, se emplean dos puntos de control próximos. Así miden cuánto frenas y cuánto recuperas velocidad en el tramo intermedio. Y ese vaivén, si es demasiado brusco, se traduce en multa al instante.
Doble cinemómetro, doble peligro según la DGT

Este método con doble cinemómetro de la DGT ya se está extendiendo y combina registros muy precisos de tu comportamiento. Ni siquiera notas que te están analizando, pero los equipos entrelazan datos sin descanso.
No es un capricho: pretenden reducir maniobras temerarias y atajar el frenazo-rebufo que ponía a prueba la paciencia de muchos. Si creías que bastaba con un frenazo milimétrico, olvídalo ahora dejan huella digital de cada acelerón.
Radares de tramo y su magia oculta

Los llamados radares de tramo esconden una mágica media: no se fijan solo en el pico de velocidad, sino en el promedio entre ambas cabinas. Tu piensas que pasas sin novedad, pero ellos saben si te has pasado de frenada.
Y, ojo, no requiere que superes el límite. Con una bajada brusca y posterior acelerón dentro del tramo, la DGT da por hecho que ocultas maniobras peligrosas y prepara el parte correspondiente para la DGT.
Patrones de velocidad bajo lupa

No se trata de cazar violadores del límite, sino de controlar el patrón de velocidad. Si eres de los que pisan y levantan el pie con frecuencia, podrías estar condenado sin saberlo.
Lo peor es que, a simple vista, todo parece normal. Pero esas irregularidades de pocos kilómetros por hora son interpretadas como síntomas de conducción agresiva, y la sanción puede ser muy superior a una multa convencional de exceso de velocidad.
Red de puntos silenciosos

En España ya hay unas noventa ubicaciones con este sistema, vigiladas por ayuntamientos o por la propia DGT. No es algo masivo, pero crece de forma progresiva y sigilosa…
Te cruzas con ellos sin cartelitos llamativos y piensas que solo son sensores de paso. Pero, en realidad, forman parte de una red que analiza tu comportamento de principio a fin, sin darte tregua ni margen para el despiste.
Sanciones por variaciones bruscas

Basta un solo frenazo seco antes del primer radar y un acelerón excesivo después para que te caiga la multa por variaciones bruscas. No importa si no superas el límite: te multan por conducción irregular.
El importe puede llegar a rozar los quinientos euros y te pueden restar puntos del carné, porque la DGT considera la maniobra como temeraria. Y claro, nadie quiere ver ese cargo inesperado en su buzón.
Opiniones encontradas en la carretera

Con este sistema, mucha gente aplaude que se persigan conductas peligrosas… pero otros lo ven excesivo. Hay quien dice que imponerse demasiados controles quiebra la confianza en la carretera.
La DGT defiende que premia una conducción constante y segura, mientras que críticos creen que convierte cada coche en un sospechoso hasta que demuestre lo contrario. Sea como sea, el debte está servido.
Cómo esquivar la trampa sin riesgos

Lo primero es sencillo: conduce con suavidad y evita abruptos cambios de velocidad. Para esquivar la trampa, mantén una línea de ritmo uniforme, casi como si pasearas.
Y, aunque no lo creas, te aseguro que circular así no solo te libra de multas, sino que reduce tensión y fatiga. Por que, al final, el objetivo real de la Dirección es que llegues sano y salvo, sin sobresaltos ni sustos de última hora.