Cumplir los objetivos marcados para nuestro negocio es sinónimo de que lo estamos haciendo bien. Pero debemos tener en cuenta que hay circunstancias que escapan de nuestro control y pueden dificultarnos la consecución de nuestras metas. Esto no debería desanimarnos, sino empujarnos a un mayor esfuerzo para lograr lo que queremos.
Lo habitual es que al comienzo del año quien está al frente de un negocio se marque unos objetivos para el mismo. Sin embargo, no es raro que a medida que avanzan las semanas esas metas parezcan cada vez más lejanas, y mucho más si estamos en un escenario tan complicado como el actual. Si no quieres que esto te pase, vamos a ver algunos consejos que te ayudarán a alcanzar las metas que te has propuesto para este año a nivel profesional.
Cumplir los objetivos es cuestión de tiempo

Cuando se trata de cumplir metas el tiempo siempre juega en nuestra contra. Porque suelen aparecer dificultades que hacen que tengamos que dar algunos rodeos para llegar al objetivo, y esto puede hacer que no lo alcancemos en el tiempo previsto. Sin embargo, vamos a ver que podemos organizarnos mucho mejor de lo que creemos.
No se trata de que le dediques más horas a tu negocio para llegar a tus metas, porque seguro que ya le dedicas muchas. Sino de conseguir que el tiempo durante el que estás trabajando sea mucho más efectivo. ¿No sabes cómo conseguirlo? Pues presta atención a estos seis pasos o consejos que hemos preparado para ti.
No te falta tiempo, te sobran distracciones

Si le dedicas una media de ocho horas diarias a tu negocio y piensas que te falta tiempo para llegar a alcanzar los objetivos que te has planteado, es que algo estás haciendo mal. Es posible que pases ocho horas en el trabajo pero, ¿cuántas horas de trabajo realmente efectivo realizas cada día?
Seguro que son menos de las que crees. Empieza a controlar el tiempo que pasas revisando el móvil, los ratos de más que pasas en las redes sociales no haciendo nada útil, esos artículos de un blog que has acabado leyendo aunque ahora mismo no te hacen falta para nada, etc. Estos pequeños ladrones de tiempo son los culpables de que tu jornada no te cunda tanto como debería, así que es hora de intentar eliminarlos del todo o, al menos, limitar su incidencia sobre tu jornada laboral.
Aprende a priorizar para cumplir tus objetivos

Muchas veces no sabemos distinguir lo que es urgente de lo que es importante, y eso hace que acabemos dedicando demasiado tiempo a lo urgente y poco a lo importante. Lo que a final de año se acaba notando en el cumplimiento de nuestro objetivos. Por eso, es fundamental aprender a priorizar tareas.
La mayoría de tu tiempo de trabajo debe estar dedicado a tareas verdaderamente importantes. Lo recomendable es que dediques a ellas las primeras horas de la jornada, porque si las dejas para más tarde es posible que la pereza haga acto de presencia y acabes procrastinando. Y cuantas más tareas importantes dejes para más tarde, más tareas urgentes tendrás unos días después.
Planifica tu semana de trabajo

Si sabes más o menos el volumen de trabajo que tienes cada mes y lo tienes repartido en diferentes tareas, procura repartirlas de forma equitativa en varias semanas. Esta es otra forma más de evitar la acumulación de tareas urgentes, porque si lo dejas todo para última hora te acabarás encontrando en un laberinto sin salida que disparará tus niveles de estrés.
Procura predefinir las tareas que abordarás cada semana del mes. Recuerda la importancia de establecer prioridades a la hora de cumplir tus objetivos y procura atender las responsabilidades más importantes de tu negocio en las primeras semanas del mes. Así, si ocurre algo cuentas con la tranquilidad de saber que las tienes terminadas o de saber que tienes tiempo suficiente para abordarlas.
Planifica cada día de trabajo para cumplir los objetivos

Aunque te hayas marcado metas a largo plazo que esperas haber cumplido cuando acabe este año, piensa que lo que haces o no haces cada día tiene una influencia directa sobre que llegues o no a esos objetivos. Por eso, además de planificar las tareas de la semana, organiza bien el trabajo de cada día.
Basta con dedicar los últimos cinco minutos de la jornada a pensar en lo que harás al día siguiente. Así, cuando llegues a trabajar no tendrás que perder ni un solo minuto y te podrás poner inmediatamente con las tareas prioritarias. Si además dejas cada día un poco de tiempo para imprevistos, podrás atender incluso esas tareas urgentes que aparecen a última hora.
Fomenta la responsabilidad compartida

La microgestión es algo habitual para muchos emprendedores, pero no siempre es positiva. Si trabajas con otras personas, es momento de compartir responsabilidades. Aunque tú seas el último responsable de tu negocio y el más interesado en que todo salga bien, debes asegurarte de que tu equipo de trabajo cumple con sus obligaciones.
De nada te sirve tener un experto en contabilidad si luego tienes que revisar tú las cuentas, o contar con un profesional de la secretaría si al final acabas siendo tú quien elabora documentos como los presupuestos o las cartas a clientes. Delega tareas en personas verdaderamente responsables y muéstrales tu confianza en su trabajo.
Gestiona la energía para cumplir los objetivos

Si planificas bien tus jornadas y delegas ciertas tareas, comprobarás que el nivel de presión sobre ti desciende, lo que aumentará tus niveles de energía. Y esto es algo que repercute muy positivamente en tu negocio, porque incrementa la productividad, lo que te situará un paso más cerca de cumplir tus metas.
Organizar bien tu tiempo y tu trabajo te permitirá tener más tiempo para descansar, y ya sabes que el descanso es esencial para poder rendir más. Así que presta mucha atención a tus niveles de energía, ellos pueden ser un buen indicador de si lo estás haciendo bien o tienes que hacer algunos ajustes más.