Cuando montas tu negocio es normal que la ilusión te motive y te haga seguir adelante día tras día, pero cuando las cosas se estabilizan y la gestión de tu empresa se convierte en algo habitual, puede haber un cierto estancamiento. Es por ello que es importante mantener vivo el emprendimiento.
Porque si no lo haces, lo más probable es que tu negocio acabe dirigiéndose hacia el fracaso, incluso aunque en los primeros meses de existencia haya resultado ser todo un éxito. Miles de ejemplos reales así lo demuestran.
El acartonamiento del emprendimiento

En la puesta en marcha de negocios existe una etapa en la que hay un cierto acartonamiento. Se da cuando el proyecto ya ha empezado a funcionar. Es un momento en el que el emprendedor puede sentirse un tanto desconectado de su idea, porque ahora que está funcionando ya no sabe qué más hacer.
El período entre los 12 y los 24 meses de vida de un negocio es especialmente delicado. De lo que hagamos durante el mismo va a depender en gran medida que el mismo sobreviva o que tengamos que darlo por finiquitado.
La curva gradual del emprendimiento

Este fenómeno que acabamos de explicar es algo totalmente normal, porque el desarrollo y crecimiento de un negocio es una curva gradual que va desde arriba hacia abajo. Lo que tenemos que conseguir es que el descenso no sea en picado.
Para no estar un día arriba y al día siguiente darnos cuenta de que hemos llegado abajo, debemos buscar alternativas que nos ayuden a mantener vivo el emprendimiento, que es justo lo que vamos a ver ahora.
Nunca dejes de planificar el futuro de tu negocio

La mayoría de los emprendedores tiene el primer año de su negocio muy planificado gracias al plan de empresa que han elaborado. Pero agotado el recorrido del mismo ya no saben muy bien qué tiene qué hacer.
La solución a esto es tan fácil como seguir planificando. Ahora tu negocio está en marcha y funciona, eso está bien, así que es hora de plantearse nuevos objetivos y estudiar cómo vas a poder lograrlos.
No te gastes más de lo debido

Gestionar bien las cuentas de tu negocio es fundamental para que este pueda sobrevivir, y para ello una de las primeras cosas que tienes que hacer es ponerte un sueldo que sea justo y, a la vez, deje recursos suficientes para que tu proyecto pueda seguir creciendo.
Pero cuando las cosas se estabilizan surge la tentación de “meter la mano en la caja” más de lo debido, y esto es justo lo que no debes hacer. Porque antes de que te des cuenta podrías haberte gastado unos recursos que podrían llegar a ser totalmente necesarios para tu negocio en un futuro.
Nutre el sentido de tu negocio para mantener vivo el emprendimiento

Cuanto mejor vaya el negocio más riesgo existe de que se produzca ese acartonamiento del que hablábamos antes. Es cierto que suele surgir entre los 12 y los 24 meses, pero puede llegar a aparecer en cualquier momento.
Para librarte de su sombra, lo mejor que puedes hacer es seguir trabajando en el sentido de tu negocio. Busca qué es lo que justifica realmente que tu negocio esté en el mercado y esté funcionando. Esto te dará claves para tomar decisiones.
Utiliza el método de prueba y error

Un buen emprendedor nunca se queda de brazos cruzados, incluso aunque esté ganando millones de euros. Piensa en Elon Musk, podría retirarse y vivir tranquilamente, pero sigue al pie del cañón.
Eso es precisamente lo que tienes que hacer tú, seguir probando nuevas vías de negocio. Para ello nada mejor que el clásico método de ensayo y error. Seguramente te equivoques en más de una ocasión, pero también descubrirás cosas muy interesantes que podrían llevar a tu proyecto al siguiente escalón del éxito.
Reinventa tu negocio para mantener vivo el emprendimiento

Piensa en tu relación con tu negocio como si fuera una relación de pareja. Al principio todo es pasión, pero con el paso del tiempo las cosas se van serenando. No por ello debes dejar que la rutina se apodere de tu vida, siempre hay alternativas para reavivar la llama.
Con tu negocio es exactamente lo mismo. Si notas que lo que tienes ya no te gusta tanto como al principio, prueba cosas nuevas. Por ejemplo, explora nuevos mercados o lánzate a conquistar a un nuevo tipo de público.
Asume retos

Muchas veces nos atrevemos más a probar cosas nuevas cuando las cosas van mal que cuando van bien. Sin embargo, para mantener vivo el emprendimiento no debes esperar a que algo no vaya como debe para pasar a la acción.
Es normal que tengas algo de miedo cuando se trata de tomar ciertas decisiones o asumir retos, pero es algo que debes hacer. Por muy bien que vaya tu proyecto, siempre debes dirigirlo hacia adelante. No puedes quedarte varado en mitad del mar o acabarás por hundirte.
Toma perspectiva

Cuando el negocio funciona, pero tú no te sientes cómodo con él, está claro que el problema es lo que te pasa a ti, así que en este caso también tienes que pasar a la acción. Con frecuencia, alejarse y tomar perspectiva te ayuda a aclararte las ideas.
Si tienes un buen equipo de trabajo, tal vez podrías delegar tus funciones en alguien de confianza. Puedes aprovechar tu tiempo libre para descansar e incluso para meterte de lleno en otro proyecto que te esté rondando la cabeza.
Despídete de tu negocio

Si te has dado cuenta de que tu proyecto ya no te llena como lo hacía antes, quizá sea momento de tomar una decisión drástica. La vida son ciclos y puede que este haya llegado a su fin, pero no deberías dejar que tu desapego hacia tu proyecto suponga el fin de este.
Hay muchas formas en las que puedes desvincularte de tu negocio, podrías traspasarlo o venderlo. Dejar que sea otro el que se ponga al mando y lo conduzca hacia el futuro.





























