El ambiente en Sueños de Libertad, con el aire cargado en Perfumerías de la Reina está resultando insoportable para el desarrollo de la actividad. En efecto, lo que inicialmente fue una pugna por el poder se ha transformado en una lucha por la mera existencia de la empresa. Don Pedro, el antiguo y bien considerado eje de la empresa, percibe cómo temblaría el suelo en el cual está apoyado.
La posible pérdida del contrato con Galerías Miranda no supone simplemente un tropiezo comercial, si bien lo es; supone, quizás, el principio del fin de su reinado. Y por otra parte, Luis, una especie de prodigio de la perfumería, va hundiéndose en su propia obsesión y alejando las personas que, por una cierta influencia, son las más cercanas al mismo.
DON PEDRO Y EL LÍMITE CON LA DERROTA

Don Pedro ha dejado de ser el que era en Sueños de Libertad, llevándolo todo a los extremos. Sus movimientos eran antes como uno de esos que se va calculando al milímetro, pero ahora parecen desesperados. El intento de intentar comprar las acciones de Julia a través de María le desvela la debilidad que tiene para todo lo que ls leyes le dan; eso es lo que Andrés toma, no sólo ha hecho un intento de enfrentarle, sino que le ha puesto en evidencia su jugada más ruin y baja.
Damián y Andrés tienen un plan de ataque. La única que puede detener a Pedro será Digna, que es la matriarca que ha sido quien ha marcado el camino de una forma que parece haberlo tenido todo por años y años. La cosa es que no es fácil de convencer. Pedro no se deja engañar, juega: «Pronto seré parte de esta familia», reitera, aunque el mismo apela algo que quizás no ha estado nunca en su propio código de lealtades. La lucha no lo es por acciones, lo es por el alma de la compañía.
Luis vive, por su parte, en un mundo distinto. La prenda, su obsesión por el nuevo perfume lo ha vuelto un extraño para Luz, que no reconoce al hombre por el que se enamoró. Pero se vislumbra un atisbo de esperanza: parece llegar a la conclusión de que ha cruzado una frontera. El verdadero reto no consiste en salvar el perfume, sino en salvar su vínculo matrimonial.
Sintiendo como si las paredes de la oficina se cerraran a su alrededor, Pedro se da cuenta de que son cada vez más los que dudan del hombre que se encuentra en la dirección del Grupo, y su forma de ser se torna irritable en la misma medida que su miedo se incrementa. Marta, que fue larga parte de la historia que se contaría en ese capítulo, quien siempre había sido la incondicional de Pedro, se convierte en la mujer que lo mira, quien se interroga si ha apoyado al hombre equivocado.
CORAZONES AL DESCUBIERTO EN SUEÑOS DE LIBERTAD

Irene no logró disimular su dolor en Sueños de Libertad cuando Damián anunció su salida hacia Roma. Su mirada lo decía todo: hay gratitud, sí, sí, pero hay algo más que eso en su corazón. El médico tiene prioridades claras y lo primero es su familia. Fermín, el observador incomodo de la escena, no dice nada, se pregunta por lo que ocurrirá cuando esa tensión no se resuelva.
Claudia se consume en las tinieblas mentales mientras Raúl le confiesa su nuevo amor. Sus celos están motivados por un sentimiento de lealtad hacia Gaspar, pero hay algo más profundo. Manuela, siempre certera, ha conectado, sin embargo, ciertas piezas en el puzzle: su sobrina está enamorada del chofer. Gaspar no entiende cómo alguien puede pasar de la más profunda euforia a la más amarga desesperación en unas cuantas horas… Raúl, ebrio de felicidad, no es consciente del pequeño terremoto emocional que ha desencadenado.
Por su parte Joaquín y Gema también tienen sus dudas. Al llegar Teo, la vida de los dos se transforma, pero cuando el pequeño enferma, Joaquín descubre en sí mismo un instinto paternal que ni él mismo sospechaba que tenía. ¿Ha hecho bien al tomar esa decisión? El tiempo lo dirá, pero a la hora del regreso, por primera vez, el abogado vislumbra un futuro más allá de expedientes y demandas.
Irene sabe que debe dejar marchar a Damián, pero el corazón difícilmente entiende de razones. Cada día es una lucha entre eso que quiere y eso que sabe que debe ser. Fermín, callado, percibe su dolor. ¿Debería interferir? Pero, ¿con qué derecho? Él tiene sus propios fantasmas.
EL DINERO EN EL LIMBO

Joaquín no es un simple observador. Tras someter a Don Agustín a un interrogatorio que lo llevó a aceptar sus peores miedos, Joaquín se ha puesto a investigar en silencio. Lo que descubre es aterrador: el dinero de la adopción nunca llegó a su destino. ¿A dónde fue? ¿Y por qué? La trama parece ir tomando forma, pero cada respuesta parece abrir un nuevo interrogante.
Por su parte, Begoña respira tranquila: ahora que Damián es el tutor de Julia, cree que María ha dejado de ser una amenaza. Pero, verdaderamente, la vida en Perfumerías de la Reina nunca es suficientemente sencilla: hay fuerzas moviéndose, de las que ni siquiera puede sospechar, y el patrimonio de la niña sigue expuesto.
Y en medio de la tempestad de la vida de la niña, Luz busca la complicidad de Begoña tras otro enfrentamiento con Luis, con quien su matrimonio pende de un hilo. Cuando él le promete que va a cambiar, sus palabras ya no tienen la fuerza que podrían tener en su juventud.
Joaquín sigue el rastro del dinero y llega a una conclusión inquietante: que hay alguien en el interior de la familia que está involucrado. Pero, ¿quién se atrevería a robarle a una niña? Cada nombre que pasa por su mente le duele más que el anterior, porque duele más la traición si viene de los tuyos.
María, a pesar de estar un poco más lejos, no se ha pronunciado con su última palabra. Hay algo que ignoramos, un documento, una firma, un resquicio legal que puede cambiarlo todo. En cuanto la verdad llegue a la superficie, ya no habrá nadie a salvo.
Luz, con los ojos llorosos, le confiesa a Begoña que ya no reconoce al hombre con el que se ha casado. Luis promete cambiar, pero ya no bastan las promesas; la declinación es otra de las cosas que carece de valor. «A veces, el amor no es suficiente», dice Begoña en voz baja. Incluyendo la idea de que a lo mejor, ella misma, también ha oído alguna vez esa misma frase y se la ha podido aplicar en su propia vida.




























































































