Lo que debes ganar para ser considerado clase media

En España, este término es un concepto que casi todos asumen como propio, independientemente de sus ingresos reales. Sin embargo, cuando se trata de definir con precisión cuánto dinero debes ganar al mes o al año para pertenecer a este grupo, las respuestas suelen variar. Incluso los expertos no siempre coinciden en una cifra concreta. Más allá de los ingresos personales, ser clase media depende también de factores como el contexto económico general y las diferencias regionales. En este artículo, exploraremos los criterios económicos más aceptados y las percepciones que rodean a esta categoría social en España.
¿Qué significa este término?

Para entender quién pertenece a la clase media, es fundamental acudir a las cifras oficiales. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se considera clase media a quienes tienen ingresos que oscilan entre el 75% y el 200% de la renta media nacional. En términos simples, esta definición se centra en el poder adquisitivo relativo: cuánto ganas en comparación con la mayoría de la población.
En España, esta clasificación se complementa con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La Encuesta de Condiciones de Vida, publicada en 2022, sitúa la renta media anual en 16.814 euros. A partir de este dato, se puede establecer que los ingresos que determinan a la clase media oscilan entre 12.611 y 33.628 euros anuales.
Las cifras mensuales

Como no todo el mundo calcula sus ingresos anuales, es útil traducir estas cifras a una base mensual. Según los datos del INE, las personas que ganan entre 1.051 y 2.802 euros al mes pueden considerarse dentro de la clase media. Este rango incluye a una parte significativa de la población española, aunque las diferencias regionales y el coste de vida pueden hacer que esta definición sea más o menos precisa dependiendo de la zona.
Por ejemplo, vivir en grandes ciudades como Madrid o Barcelona con un sueldo mensual de 1.200 euros puede ser más complicado que hacerlo en zonas rurales con el mismo ingreso. Este es uno de los factores que llevan a muchas personas a cuestionar si realmente pertenecen a la clase media, incluso si sus ingresos encajan en los rangos oficiales.
Clase baja, clase alta y la mayoría en el medio

Los mismos datos que ayudan a definir la clase media también arrojan luz sobre los extremos. Según la OCDE y el INE, quienes ganan menos de 12.611 euros anuales se consideran clase baja, mientras que aquellos cuyos ingresos superan los 33.628 euros al año forman parte de la clase alta. Esto deja a la mayoría de los españoles dentro de la clase media, aunque con rangos amplios que incluyen realidades económicas muy distintas.
En este sentido, no es lo mismo ganar 1.100 euros al mes que acercarse a los 2.800 euros. Ambos ingresos están dentro del rango de la clase media, pero las posibilidades económicas y las percepciones de estabilidad son completamente diferentes.
La percepción de esta clase en España

Aunque las cifras oficiales ofrecen una base clara para determinar quién pertenece a la clase media, la percepción individual puede ser muy distinta. Según un barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 44,6% de los españoles se considera parte de la clase media, mientras que solo el 4% se identifica como clase alta. Esto demuestra que muchas personas, incluso aquellas con ingresos más bajos, prefieren identificarse con esta categoría por la estabilidad y el prestigio social que representa.
Por otro lado, factores como la estabilidad laboral, los gastos fijos y las deudas influyen en cómo las personas perciben su situación económica. Un ingreso mensual de 2.500 euros puede parecer suficiente para ser considerado clase media, pero si los gastos superan esa cantidad, la percepción cambia drásticamente.
¿Qué hace que alguien se sienta de esta clase?

Más allá de los ingresos, hay otros factores que contribuyen a que alguien se sienta parte de la clase media. La estabilidad laboral es uno de los principales indicadores. Tener un contrato fijo o un empleo estable da la sensación de pertenecer a esta categoría, incluso si los ingresos están por debajo del promedio.
El nivel educativo también juega un papel importante. Las personas con formación universitaria o superior tienden a considerarse parte de la clase media, aunque sus ingresos no siempre lo reflejen. Además, aspectos como la posibilidad de acceder a vivienda propia, viajar ocasionalmente o disfrutar de ciertos bienes de consumo son símbolos que refuerzan esta percepción.
Las diferencias regionales dentro de esta clase

En España, el coste de vida varía considerablemente según la región, lo que afecta directamente a cómo se percibe la clase media. En comunidades autónomas como Extremadura o Castilla-La Mancha, donde los precios de bienes y servicios son más bajos, un ingreso de 1.200 euros al mes puede ser suficiente para mantener un nivel de vida considerado clase media.
En contraste, en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Bilbao, el alto coste de la vivienda y otros gastos esenciales hace que el mismo ingreso se perciba como insuficiente. Estas diferencias regionales complican la definición de la clase media y refuerzan la idea de que esta categoría depende tanto de los ingresos como del contexto en el que se vive.
La evolución de esta clase en España

A lo largo de las últimas décadas, la clase media en España ha experimentado cambios significativos. Factores como la crisis económica de 2008, la pandemia de COVID-19 y la inflación reciente han afectado tanto los ingresos como la percepción de estabilidad.
Aunque los datos sugieren que la mayoría de los españoles aún se consideran clase media, muchas familias han visto reducirse su poder adquisitivo. Esto ha llevado a un fenómeno conocido como la «polarización de la clase media», en el que las diferencias entre los ingresos más bajos y los más altos dentro de esta categoría son cada vez más pronunciadas.
¿Es suficiente el ingreso para definir esta clase?

Un aspecto interesante del debate sobre la clase media es que los ingresos no siempre son el único indicador. Gastos como el alquiler, las hipotecas, la educación de los hijos o los servicios básicos tienen un impacto significativo en el presupuesto familiar. Por eso, muchas personas que técnicamente cumplen con los requisitos de ingreso para ser consideradas clase media no se sienten parte de esta categoría.
Además, la sensación de pertenencia a la clase media está ligada a factores culturales y sociales. En España, la clase media ha sido históricamente sinónimo de estabilidad, progreso y aspiraciones. Por eso, incluso quienes enfrentan dificultades económicas prefieren identificarse con esta categoría antes que con la clase baja.
Reflexión final: clase media, un concepto en evolución

Definir qué significa ser clase media en España no es tarea fácil. Las cifras de ingresos ofrecen una base, pero las percepciones individuales, los gastos y las diferencias regionales añaden capas de complejidad al debate. Para muchos, pertenecer a la clase media es más una cuestión de aspiraciones que de ingresos concretos.
En cualquier caso, es evidente que la clase media sigue siendo un pilar fundamental de la sociedad española, aunque los cambios económicos y sociales han alterado su composición y sus características. En última instancia, la definición de clase media continuará evolucionando, reflejando las transformaciones de la economía y las aspiraciones de la población.