La tensión de «Sueños de Libertad» alcanza el punto culminante en el capítulo en el que las mentiras se desmoronan, los corazones se levantan y las sorpresas dan un vuelco para siempre. El miércoles, 2 de abril, la serie dará como resultado varios giros argumentales que dejarán atónitos a los espectadores.
Desde descubrimientos hasta pasiones prohibidas, cada personaje se enfrenta a decisiones que pueden cambiar su vida. Begoña y Andrés viven su amor al borde de la cuerda, pero esta vez la suerte parece habérseles puesto en contra. Don Pedro está muy ocupado haciendo una red de intrigas que le pueden costar caro; y Manuela, la eterna leal, se encuentra en una lucha entre la duda y la lealtad.
AMOR EN LAS SOMBRAS

El amor maldito existente entre Begoña y Andrés ha sido un tiempo ignorado desde el primer momento, y en este capítulo, finalmente explota. Después de múltiples encuentros clandestinos, los amantes son descubiertos por Damián, quien los encuentra en el peor momento. La imagen de Andrés saliendo de la habitación de Begoña no deja lugar a dudas y las consecuencias podrían ser verdaderamente desbaratadoras.
Begoña, consciente del peligro del asunto, se ve casi forzada a plantearse medidas drásticas para proteger su buena reputación. Su primer impulso es despedir a Manuela, quien en su opinión podría suponer una amenaza, pero Julia logra hacerla cambiar de opinión. «A veces, el miedo nos arrastra a tomar decisiones equivocadas», la advierte Julia y la hace recordar que actuar por impulso solo empeorará las cosas. No obstante, la tensión sobre las cosas aún queda latente y el futuro de la relación que mantiene Begoña con Andrés es un futuro incierto.
Por otro lado, Manuela vive su verdadera crisis de conciencia. La imagen que tenía de Begoña, a partir de lo que le había explicado María, choca con la mujer que se está conociendo. «No sé en quién confiar», admite en un momento de debilidad, demostrando que las apariencias engañan. El impacto ocasionado por el descubrimiento llevado a cabo por Damián no se hará esperar. Andrés, persona que suele manejar situaciones complicadas, en esta ocasión parece no encontrar salida.
«Si esto se sabe, lo perderemos todo», dice Begoña en el discurso cargado de dramatismo. La pregunta en el aire es si Damián aprovechará esta información para chantajearles o si, por el contrario, actuará de una forma inesperada. Julia aparece como esa voz de la razón que empieza a dar sentido al enredo. Su intervención no sólo logra que Begoña no despida a Manuela, sino que también sirve para afrontar una reflexión sobre las segundas oportunidades.
«Todo el mundo merece un margen de error», dice ella entre otras cosas; sin embargo, se intuye que, en el mundo que existía en este relato de ambición y traiciones, el perdón es un lujo que pocos pueden permitir. Mientras tanto, el espectador se preguntará si hay salida para Begoña y Andrés en el escándalo que se avecina. Las miradas cómplices, las citas a escondidas, la pasión que les une no podrán ser suficientes ante la crudeza de la vida. El amor en el relato «Sueños de Libertad» parece estar condenado a vivir entre las sombras.
DON PEDRO EN SUEÑOS DE LIBERTAD

Don Pedro siempre ha sido un gran experto en el arte del ajedrez empresarial, pero ahora sus movimientos pueden volverse en su contra. Al invitar a Tasio a una reunión trascendental, lo que hace es desplazar tanto a Marta, como a Joaquín y sembrar un descontento en su equipo. «Joaquín empieza a sentirse un pez que va siendo invadido por un cierto cansancio en el momento que empieza a dejar de ser visible», apunta un compañero en un momento preciso.
La desconfianza hacia Don Pedro no sólo afecta a sus colaboradores, ahora Carmen y Tasio empiezan también a dudar de sus intenciones sintiendo que los está usando como prenda con la intención de atacar a los De la Reina. «Nosotros no somos peones, Carmen», advierte Carmen, dispuesta a defender su posición, pero la reciente relación con Damián los obliga a dar una vuelta de tuerca a sus prioridades.
Pero ese giro más sorprendente se lo lleva Irene. Tras haber cometido un error en el laboratorio, descubre algo importante acerca de Luis y el perfume al que desarrollan para Galerías Miranda. «A veces te acabas encontrando la verdad donde menos lo esperas», musita Irene cuando ella, pues inicialmente se muestra decidida a guardar silencio. Pero un movimiento sorpresa de Don Pedro la fuerza a sacar a la luz un secreto que oficializa los rumores que ya sabían que podían cambiar el curso de la empresa.
La correlación entre Don Pedro y Tajio constituye otro de los puntos candentes. Lo que empezó siendo un cuerpo de motivos suficientemente venal se ha ido resquebrajando. «Tasio no es un hombre que se deje manipular», advierte Carmen con un tono próximo a la advertencia, una advertencia que responde a un modo de verbalización que parece predecir una preocupación que no es baladí, y que al final acaba siendo profética.
Si el seductor de mujeres no deja de subestimar a todos aquellos que le rodean, tal vez incluso el escenario de un eventual desembarco o una eventual reposición de posiciones se convierta en el escenario prefijado para la soledad en la que quizás se encuentre. Por lo que respecta a Joaquín, ya no está dispuesto a aceptar el papel del menor, el tiempo de dedicación conversa con Gema a propósito de las horas es sólo el principio de otro tipo de compras.
SECRETOS FAMILIARES Y CONEXIONES

Las relaciones que plantea el relato «Sueños de Libertad» son un rompecabezas: cada pieza que encaja muestra una imagen más compleja. Marta intenta que Pelayo restablezca su conexión con Darío. Él se niega y pone toda una serie de argumentos contundentes en su relato: «Hay heridas que nunca se cierran, Marta» le responde Pelayo, dando a entender que el pasado aún le atormenta.
Gema, por su parte, llega a su propia revelación. Dándole en la cabeza la confiesa un amor imposible por Darío, a Fina; pero es Marta la que le revela la verdadera identidad del enigmático personaje. «En esta familia, nada es lo que parece» reflexiona Gema y, de pronto, comienza a entender que está a punto de descubrir un mundo de secretos.
Mientras, Carmen se empapa en el trabajo de ventas y empieza a descubrir lo que puede llegar a ser capaz de hacer.
Gema, cuando ve que Carmen lo está haciendo, la arenga y anima a Joaquín a que reclame a quien les paga un trato justo. «Es el esfuerzo invisible, el que más duele cuando no se toma en cuenta», le dice, como recordatorio, que es importante la autosatisfacción y tan sólo alegra saber que algo se ha hecho cuando hay un «pués yo también lo hice». La conexión entre Pelayo y Darío es particularmente enigmática. Marta se empeña en encontrar motivos que pueda sustentar su comportamiento como algo más que una simple relación de amistad, pero Pelayo no está por la labor de recordarlo, le aconseja que mejor no.
«Algunas historias no concluyen bien», le dice con acritud, dando a entender que hay heridas que nunca sanarán. ¿Podrá Marta lograr que cambie de opinión o será Darío quien avanzo primero? Gema, tras enterarse del origen, de la mentira que gira en torno a Darío, queda igual, perpleja imaginando cómo podría encajar eso de haber descubierto la verdad de lo que le ha estado pasando de una forma u otra.